lunes, 18 de mayo de 2020

Encontré mi primer relato

Este fin de semana encontré de casualidad mi primer intento por escribir algo, y creo que fue lo primero que escribí debido a que es de mis experiencias más placenteras, voy a dejar la versión original a continuación, y tal vez pueda pulirlo estos días.






hace años necesitaba salir de la capital, y encontrarme a mi misma en un ambiente diferente, en ese entonces elegí una isla ...el mar ...la playa de San Andres, la cual nunca había visitado. Habían pasado los días en los que hice todos los planes posibles como turista,y ya sabía dentro de mi que algo especial tenía que suceder; a mi modo de ver es como si canciones báquicas retumbaron en mi interior diciéndome “haz que suceda”.

Cierta tarde fui a la isla de Jhony Cay, es un lindo viaje en lancha que para los que somos amantes de la naturaleza resulta inolvidable ...una isla pequeña... encantadora para los que no estamos acostumbrados a estas “travesuras” de la madre naturaleza.

Aquel día llevaba un bikini rojo...mi color favorito, unas sandalias bastante cómodas, mis gafas oscuras ...trato de ir siempre muy ligera. Recorrí la pequeña isla, nade un buen tiempo en el mar de pálida arena ...y de pronto la musica llamaba mi atención, pasando la playa, más allá de las carpas...un kiosko...un oasis, en donde había muchas personas reunidas, lo que creo en mi una necesidad aventurera...aventuras que son propias de una bacante ...Bromio dios me llamaba con su vino, con su deleite y con su sabiduría en las artes del placer.

Corrieron cadenas y cadenas de melodías … fluyeron corrientes de alcohol ligero ….cayeron gotas de sudor mezcladas con el aroma de la brisa marina … el sol bajaba hasta perderse ...las almas eran cada vez menos y solo la arena sería testigo de lo que se venía. Era una especie de cabaña, donde en el centro una pista de baile casi improvisada, pero con un buen sonido que mezclaba el sonido del mar y la música; la danza con los isleños del lugar tenía un componente erótico innegable, me lance a bailar sin pensarlo ...solo hice caso a mis sensaciones, y creo que en ese momento mi fisonomía invitaba a otros a acercarse, no solo a mi, era más bien una invitación al baile de los sentidos ….el manto nocturno cubrió la isla, había bailado con un par de isleños, un caleño, un costeño ….todo en una diversión que no había trascendido en algo fantástico, hasta que llegó él …. un isleño ...negro ...1.80 de estatura ...rapado ...35 años de edad...le llamaban Joe, con un español limitado pero entendible ...me abrazo en un baile que me hizo derretir al sentir a mi alrededor sus fuertes brazos, no era en sí su fisiología, era el mensaje que me enviaba, el cual mi cuerpo interpretó como “eres mia”.

Eran manos atrevidas las de Joe, las sentía como estaban en mi espalda, pero no les bastaba estar ahí ...bajaban lentamente con el transcurrir de los segundos que parecían horas, hasta que sus manos agarraron firmemente mis nalgas, mi reacción no fue de sorpresa, pues esperaba que el mensaje se completara y fuera mucho más claro para mi..... “eres mía esta noche”. La reacción de la gente fue en cambio bien distinta, los que vieron la situación aullaban como lobos que temen acercarse a una fogata, aullidos de un placer autorestringido por las propias almas humanas encerradas en cárceles de moral.

Ven conmigo -dijo Joe

¿a donde? - pregunté con inocencia fingida

a caminar en la playa, lejos de todos - me dijo

Caminamos, a veces juntos, a veces separados...como danzando, y entre más pasos dábamos menos luz alumbraba el camino, hasta que llegamos a un punto en donde solo la luna tímidamente dibujaba nuestras siluetas con un tono azul; me detuve mirando al infinito mar, y cómo pequeñas luces me daban pista de su movimiento... Joe detras mio me vuelve a abrazar, acercándose esta vez de una forma más íntima...y me dice al oído:

quiero esto - en ese instante sus manos bajaron a mi tanga, la desató con facilidad y delicadeza

No respondí nada en ese instante, pero mi cuerpo ya le había dado respuesta … sus dedos fueron directamente a mi clítoris...

lo que hizo que salieran un par de palabras de mi boca.... “si.....ahi ..ahi”

Sus dedos entraban cada vez más, más y más profundo...con mis manos lo detuve, y le dije “pero yo también quiero” ...mis manos subían por sus piernas, llegue a su pantaloneta, su verga estaba dura ...muy dura y mi entrepierna....derretida. Lo mire de frente a sus ojos, puse mis manos en su pecho mientras le decía... “acuéstate” ….se acostó en la arena, yo me arrodille y baje su pantaloneta, no veía, pero sentía, lo agarre y fue un impulso el meterlo a mi boca ...era grueso...estaba muy mojado, lo saboreaba lentamente, mientras con mis manos lo acariciaba...de arriba a abajo, muy lento, con pasión, con desespero camuflado de tranquilidad, Joe me tomaba del cabello, en ocasiones empujaba mi cabeza contra su verga tratando de meterlo hasta mi garganta -sinceramente no soy una buena deeptroath-, ahí lo detuve nuevamente, me hice encima de él y le dije -lo quiero tener adentro, todito adentro- ...y así sucedió...entró con facilidad...ya estaba muy mojada y sin esfuerzo entró todo, estaba yo muy emocionada, tenía que contenerme para no moverse desenfrenadamente, pero no lo soporte por mucho tiempo, al Joe agarrar mis senos no pude contenerme más, el desespero lujurioso de una bacante se apoderó de mí; mis movimientos y gemidos eran cada vez más desenfrenados ...sin control....sin razón ...sin pudor.....y sin esperarlo mi primera explosión de sensaciones ...un orgasmo que hizo temblar todo mi cuerpo ...me rendí en su pecho...exhausta...sin fuerzas.


Sin embargo Joe, no tenía planeado aún descansar, su energía libidinosa estaba todavía en crecimiento, muy lejos de agotarse, me alzó sin problemas de mis piernas, y de pie siguio penetrandome a un ritmo lento pero constante, su respiración se hacía cada vez más agitada, yo solo pensaba que deseaba que él se desahogara.....ahí me acostó en la arena, él se hizo encima, agarro mis piernas y las puso en sus hombros...yo deseaba venir de nuevo, así que comencé a estimular mi clítoris mientras recibía sus embestidas, en las cuales me daba cuenta de toda su excitación...lo sentía como entraba todo y salía, esperando tenerlo adentro por mucho tiempo...que su desenfreno fuera eterno en mi cuerpo...


...de repente ...de nuevo ...pierdo la razón ..el control sobre mi cuerpo llega a cero mientras las embestidas son cada vez más frecuentes...cada vez más salvajes ..y mis ojos mirando las estrellas en tanto que todo mi ser se retorcia de placer en un intenso orgasmo...termine...pero venía otro seguido, este más intenso...más prolongado...y Joe seguia y seguia...estabamos empapados en sudor...y vino otro orgasmo que no encontró en mi cuerpo más respuesta que gemidos profundos...ya ni fuerzas tenía para temblar; pero sentí como él empezaba a desvanecerse, su verga salió por última vez, me lleno mi cara y pecho con un abundante chorro de semen, joe quedo exhausto a mi lado, mientras yo con mis dedos llevaba todo ese semen a mi boca, lo probaba, saboreaba mientras recuperamos el aliento, era en ese instante un delicioso néctar que saciaba mi sentido del gusto, que me conectaba a la sensación de estar desnuda...libre...tranquila ante la naturaleza, ebria de placer.

...pasaron los minutos, ya no se escuchaba música, ni las voces entre las palmeras...solo el romper de las olas … que nos indicaba que era hora de volver.

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