Pensamientos Libidinosos II: Capitulo 1

Nuestra mirada esta en el techo de una habitación, tenemos la perspectiva de un espejo cuidadosamente colocado para que las parejas que visitan el cuarto puedan observar sus momentos de placer desde los ojos de un espectador inerte. Pero en esta ocasión no es una pareja, es un trío, dos hombres y una mujer que se confunden en una masa de energía sexual, todos parecen hacer lo posible por contribuir al placer de la masa y ello lleva a recompensas no imaginadas. El primer hombre, es joven y es su primera experiencia de este tipo, tuvo temor de no tener una erección esta noche, pero al llegar a la habitación esos temores se diluyeron al ver el rostro deseoso de sexo de Pilar; el segundo hombre es el mayor de los tres, tiene experiencia en actividades como esta, sin embargo, es la primera vez que desea tanto a una mujer, especialmente en una situación como esta. Ella... solo cierra los ojos y deja que todo suceda y se preocupa que lo que suceda tenga el matiz del placer, es decir, no parece pasiva recibiendo placer, sus movimientos denotan el propósito de brindar sensaciones a sus amantes.

Ahora cambiamos de perspectiva, como una araña que baja del espejo, lo hacemos cuidadosamente, nos acercamos y notamos varias cosas: todos tienen una capa de sudor en sus pieles, ella es la única con los ojos cerrados, y ambos han llegado a un ritmo y una coordinación que parece un acuerdo para dar el máximo de placer a Pilar. Enseguida oímos sus gemidos, que se combinan con gritos que hablan el lenguaje de lo libidinoso, ellos la siguen prudentemente guardando toda sus energías para poder seguir penetrándola, lo que no tarda en llegar al propósito acordado.

De su vagina y se su culo, podemos ver como un liquido blanco se desborda mientras las vergas de estos hombres no detienen su movimiento, en ese instante nos aturde todo, la escena, los gemidos, los gritos, perdemos la visión y caemos a un pozo oscuro.

Pasan horas, días y semanas ¿tal vez años?, estamos de nuevo en una habitación, pero no es la misma, no tiene un espejo en el techo, somos de nuevo una araña en su telaraña, miramos alrededor y esta vez solo vemos a una persona, la reconocemos de inmediato, se encuentra desnuda, sus pequeñas tetas tienen un tono azul por el reflejo de la pantalla de su portátil, hay silencio que solo se interrumpe levemente por el sonido del teclado. Pero podemos oler, y nuestro potente sentido del olfato nos indica que recientemente ha ocurrido algo interesante en aquella cama, algo que seguramente ha llenado de sensaciones la piel y el cerebro de ella. Queremos saber qué esta escribiendo, pero ya todos lo sabemos, es una pregunta inadecuada; lo que resalta de la escena es que descubrimos cómo escribe ya que de hecho, la hemos leído en múltiples ocasiones.

-Quieres espiarla ¿no es así?-

Escuchamos esa voz, en principio consideramos que hay alguien mas en la habitación, pero pronto reconocemos que esa voz no tiene un origen definido, podría estar en nuestra mente, no descartemos que sean nuestras propias cuerdas vocales activadas sin nuestro permiso.

-Solo admítelo, quieres espiarla, deseas estar con ella-

Pensamos que estaríamos perdidos si hablamos con esta voz, contestar seria admitir locura. Y es algo que puede que no ayude con nuestra autoestima. 

-Piensas en follartela, disfrutar su cuerpo, en darle placer y en destrozarla-
-La verdad pienso que no puedo evitar saber de ella-

Y ahí se fue nuestro miedo a la locura, o tal vez ya aceptamos que lo estamos y no nos importa. 

-Puedo ayudarte a espiarla-
-¿ayudar?-
-Sí, puedo hacer que la veas en sus momentos más íntimos sin que nadie note tu presencia-
-Vivo para eso, bueno si es que puedo llamarme alguien que esta "vivo"-
-Eso no debe importarnos, lo que debe interesarte es el costo-
-Imagino no debe ser cualquier insignificancia-
-Solo digo que puede que pierdas la razón, no podrás decernir realidad y fantasía-
-¿qué tan malo puede ser?-
-Creo que en absoluto... usted o ustedes podrían perderse aquí-
-¿por qué me habla como si fuera muchas personas?-
-Mi buen amigo, eso no tiene importancia, además usted ya conoce la respuesta a esa pregunta; bueno, quiero ser claro, sus anhelos lo van a llevar a desaparecer, entre más la anhele a ella lo que podemos llamar su existencia se ira agotando hasta que sea absolutamente nada-
-No parece tan malo-
-Aquí malo o bueno no son palabras adecuadas-
-¿qué sucede si me niego?-
-Usted despertará y se olvidara de todo... incluso de ella-
-no entiendo muy bien esto cómo funciona pero...-
-Mi buen amigo, estoy seguro que recuerda esa imagen desde le techo de esa habitación, piensa que es una escena que sucedió hace poco, pero al mismo tiempo tiene la sensación que pueden haber pasado años-
-Sí, es confuso eso-
-Pero estoy seguro que su experiencia fue... digamos interesante-
-Creo que es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo-
-Bueno, puedo hacer que esa experiencia que tuvo se repita en otros escenarios, como si fuera una realidad aumentada-
-Entiendo, no veo porque negarme-
-Y hace bien-
-¿Volveremos a hablar?-
-No podría asegurarlo, pero estaré cerca, ahora solo cierre los ojos, va a sentir un breve mareo-

Abrimos los ojos, estamos confundidos y algo aturdidos, pero ¿qué es esa sensación para alguien que no cuenta con un cuerpo?; es de noche y estamos al aire libre, hay palmeras, música de fondo, el sonido del mar. Vemos muchas personas que disfrutan de una vacaciones esperadas por todos, en el fondo una cabaña que en realidad es un techo de hojas de palmera con seis columnas que lo sostienen. La música es típica de la isla, tal vez sea regueea, no somos capaces de clasificar ese sonido, lo que si nos interesa es ver a la gente bailar, hay alcohol y parejas viviendo un idilio en su relación, hombres nativos de la isla, negros que llevan poca ropa, barba mal cuidada, ojos rojos, y cabello largo de rastas. 

Nos cuesta acostumbrar nuestros sentidos, huele a marihuana y alcohol, las personas conversan, hay gritos que quieren animar la fiesta, es una reunión de personas de muchas nacionalidades y culturas, creemos escuchar personas hablar en alemán y francés, hombres negros y mujeres blancas, como fichas de un ajedrez que se mueven fuera de sus normas. La cabeza nos da vueltas y recordamos el sentido de nuestra presencia aquí.

Ella esta en el centro de la "pista de baile", tiene un vestido de baño de dos piezas, rojo muy intenso y podemos ver todos sus tatuajes, parece que todos a su alrededor quieren verlos, los aprecian por segundos y luego retiran la mirada, lo hacen hombres y mujeres sin distinción. Pero nosotros no estamos obligados a retirar la mirada. Baila con un negro que la dobla o triplica en tamaño, se tiene confianza, seguramente se le facilita seducir mujeres blancas. Sus manos enormes recorren su cintura, la toman, la exploran y detallan la respuesta de cuerpo. 

-Aquí hay mucha gente- le escuchamos decir entre todo el ruido.
-No creo que todos quepan en esas dos lanchas-
-Quiero que estemos solos-
-De pronto si gritamos "fuego", todos correrían y estaríamos solos-
-Quiero que seas mía-

Vemos como la toma del brazo y la conduce fuera de la cabaña, nosotros los seguimos evitando chocar con la gente, pero luego recordamos que no tenemos cuerpo y solo avanzamos, tardamos algo en acostumbrarnos a la oscuridad, hay palmeras que forman un oasis, o un bosque de palmeras si acaso es adecuado decir algo así. Avanzamos, los perdemos de vista, pero seguimos en linea recta, todo se hace mas oscuro y no hay nadie, la música se escucha a los lejos y la risa y gritos de las personas se hacen murmullos. 

No tardamos en llegar al otro extremo de la isla, una playa no muy grande con arena blanca, no hay luces, solo la luna que da un tono pálido a la arena y las luces artificiales al otro lado de la isla; vemos movimiento, una masa negra se mueve en el suelo, nos acercamos, nos sorprenden unos gemidos, ella se encuentra acostada en la arena y sus piernas se entrecruzan por la cintura del negro que, apenas apoyándose en la arena le embiste con fuerza. Las manos de Pilar, sus dedos y uñas recorren la espalda de su amante, se besan apasionadamente.

-eres mía-

Las piernas de ella tiemblan, se aferran a la ancha cintura del negro, regalándonos un orgasmo intenso, seguido por la venida del amante, vemos en contraste, una vagina rosada y blanca en cuyo interior hay una verga negra, gruesa que al moverse deja salir un semen blanco como la arena. El negro no pierde el tiempo, la pone en cuatro y la sigue penetrando, ella sin oponer la mínima resistencia se deja llevar.

-¿me vas a seguir llenando...?- Lo que ella iba a decir no pudo entenderse, pues el negro aumento la fuerza de sus embestidas.
-mi leche es toa pa ti-

Le siguieron na sonoras nalgadas, la agarro del cabello, la obligo a girar la cabeza y sus lengua juguetearon, se miraron a los ojos, ella desafiando y él aceptando el desafío.

-las blancas son putas, me gustan las blancas-

Luego otra mano de la una nalgada y se posa en su cuello apretándolo ligeramente, ella se estremece y él la controla, domina los movimientos del orgasmo, lo hace suyos, ella cierra los ojos, gime tratando de expresar que se ha venido por tercera vez, han sido dos orgasmos, no lo notamos pues su cuerpo es controlado. Los movimientos del negro se hacen lentos y fuertes, la llena de nuevo, le hala el cabello y en su oído le susurra, no obstante, no podemos distinguir las palabras, pues no entendemos en qué idioma las ha dicho.

Ella queda tendida en la arena, respirando agitadamente, él se levanta, se viste y se va. Los dedos de Pilar acarician su clítoris, los frota delicadamente, luego se lleva los dedos a la boca. 

Nos quedamos un rato  viendo su cuerpo en esa pintura pálida de la noche azul, sus curvas, su cuerpo desnudo, nos acercamos pero no podemos tocarla, su rostro refleja que esta complacida pero no agotada, disfruta de este momento como si quisiera sentir en su piel la arena que se pega y la fresca brisa del mar. Nos acostamos a su lado y todo se hace oscuro.

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