sábado, 17 de diciembre de 2016

En Nombre del Padre II

En el transcurrir de los días se hizo usual que al llegar del colegio siempre encontraba a mi padre encerrado en su cuarto con su novia, y también se hizo costumbre masturbarme con los gemidos de ella; en cierto punto realmente considere que ellos asumían que las paredes eran anti-ruido, y creo que tiene que ver con que mi padre nunca me escuchaba en mi cuarto... incluso cuando tenia novia.

Una tarde fue un poco diferente, maravillosamente diferente a decir verdad, pues en el momento de subir sigilosamente al segundo piso, escuche sus gemidos un poco más claros y cercanos; eso hizo que subiera con mucho más cuidado, sentí que sudaba de más cuando pude ver que la puerta que siempre estaba cerrada en esta oportunidad no lo estaba del todo. Lo primero que cruzo mi mente fue seguir sin detenerme hasta mi cuarto, y encerrarme el resto del día, sin duda seria lo más sensato y menos arriesgado. También pensé en darme la vuelta e ir a casa de un amigo el resto de tarde, sin embargo la idea de ver desnuda a la joven novia de mi padre resultaba muy tentador.

La abertura de la puerta no era muy amplia, seguramente su encuentro ha sido tan espontaneo que no se percataron de cerrar la puerta, decido entonces echar un vistazo, me acerco muy lentamente y puedo ver como la punta de la cama se mueve por el movimiento de ellos, pero no veo nada más, trato de acercarme más pero la novia de mi padre hace notar que ha tenido un intenso orgasmo; se detienen y todo queda en silencio, entonces retrocedo y voy hacia las escaleras, subo a mi cuarto y solo pienso en ella, en verla desnuda.

Al día siguiente todos mis amigos me decían que estaba algo callado y distraído, tenían toda la razón, solo pensaba en cómo actuar si tenia otra oportunidad, solo pensaba si esa misma tarde después de clases ellos dejarían de nuevo la puerta abierta y esta vez -con un poco de suerte- podría ver más. En clase solo pensaba en ella y cómo se vería desnuda, no podía esperar en regresar a mi casa pronto.

No espere a nadie y fui directo a mi casa, me emocione anticipando el momento, pero en mi fantasía ella estaba sola en el cuarto de mi papá, gemía también, pero era debido a que ella misma se daba placer. Llegue pronto a casa, tenia suerte, ya desde el primer piso los escuchaba, subí la escalera lentamente, no podía soportar la espera y saber si ese seria el día en que por fin podría ver; al poner un pie en el segundo piso y girar me sentí muy decepcionado al ver la puerta completamente cerrada.

Creo que esos días decidí buscar una novia o algo parecido, alguien que me ayudara con esto que estaba viviendo; un amigo me dijo esos días que una vecina de él se había fijado en mi y que si me acercaba a ella pues el resto no seria difícil -no pregunte cómo él sabia eso-, creo que fueron argumentos muy poderosos porque al día siguiente la invite a salir -afortunadamente ella no sabia de mi reputación de morboso- y le robe un beso, el cual fue correspondido. Laura era la mayor de tres hermanos, ella cumplía con el rol materno mientras su mamá trabajaba, era algo gordita, con un rostro agradable y unas tetas muy llamativas

No fue difícil llevarla a mi cuarto unos días después, no había nadie en mi casa e imagine que ella gemiría igual a la novia de mi padre -no pregunten por qué-, creo que solo era un deseo irracional, y lo comprobé cuando Laura después de desnudarse solo se acostó y me dejo todo el trabajo a mi, y claro, ni un solo gemido; me vine en sus tetas y le dije que se fuera, espere una cachetada, pero ella lo tomo bien, como una cómplice casi incondicional.

Esa misma noche tuve problemas para dormir, estaba pensando en demasiadas cosas, baje a la cocina a comer algo, todo estaba oscuro y en silencio, o por lo menos a mi me parecía así, subí de nuevo las escaleras, cuando llegue al segundo piso la puerta del baño se abrió, y la novia de mi padre salia en toalla, se había duchado; pude ver otro tatuaje, esta vez en su brazo, una especie de tribal como de espinas de rosas, ella me vio pero no se sorprendió. No me dijo nada, y yo no le dije nada, me di cuenta que no habíamos cruzado mas de tres palabras en todo este tiempo. Estoy casi seguro que mi actual fetiche de ver a una mujer en toalla nace en ese instante, tuve la fantasía que esa toalla se caía y me dejaba ver todo su cuerpo, pero no sucedió, sin detenerse y apenas dándose cuenta de mi presencia volvió al cuarto de mi papá y cerro la puerta. Esa noche la cama rechino más que nunca.

Al día siguiente me vi en la tarde con Laura, solo eramos amigos, pero por alguna razón cada vez me resultaba menos atractiva, y evidentemente pensaba cada vez más en la pareja de mi padre; no puedo decir que ella no lo intento, pues cada vez sus escotes eran más pronunciados cuando salia conmigo, sin embargo en menos de una semana perdí el interés en ella, deje de llamarla e hice lo posible por no verla más.

Lo que les contaré a continuación sucedió un viernes en la noche, mi papá me dijo que vendría hasta el sábado en la noche, si no estoy mal había planeado un pequeño viaje con su novia -al cual obviamente yo no estaba invitado-, de modo que me quede en casa solo viendo un par de películas en mi cuarto; aproximadamente a las 10:00Pm me dio mucha hambre y baje a la cocina a prepararme algo, creo que me hice un sandwich de atún, me lo comí en la cocina y subí de nuevo, pero cuando llegue al segundo piso vi la puerta del cuarto de mi padre abierta, me invadió una inmensa curiosidad, ¿qué podría encontrar ahí?, ¿tal vez algo de la ropa interior de la novia de mi papá?, o ¿a lo mejor no hay nada interesante?; decidí entrar, total ellos estaban a kilómetros de distancia y nunca sabrían que entre con la intención de encontrar algo de ella -pero ella si lo supo-, y tal era mi estado que cualquier cosa habría sido suficiente.

Encendí la luz, vi la cama que estaba tendida y visualice en un segundo las horas de placer que han sucedido ahí; a simple vista no había nada de ella, solo de él, abrí la mesita de noche y solo vi un montón de condones, de varias marcas y de varias características que yo particularmente desconocía en aquel entonces, cogí unos que decían "punto g" y los guarde en mi bolsillo. Busque debajo de la cama y nada había ahí, luego en el armario y me sorprendí al ver ni siquiera un pantalón de ella, incluso mire detrás del tv y nada; no puedo negar mi decepción, entonces me acosté en la cama y mire al techo, me pregunte si nunca habían considerado que yo podía escuchar sus encuentros, luego considere que era probable que no les importara, al fin y al cabo es la casa de mi padre. Me levante y con mi mano pude sentir un objeto solido debajo de la almohada, sin pensarlo corrí un poco la almohada para no destender la cama y me encontré algo sorprendente.

Un consolador naranja, hecho como de goma o plástico, me pregunte si era de los de pilas, pero realmente no tenia importancia cuando me percate que este pequeño objeto naranja ha estado varias veces dentro del coñito de la novia de mi padre; considere la fortuna del consolador, pero en ultimas es un objeto, luego pensé en lo afortunado que era mi papá.

Quiero aquí hacer un pequeño comentario: a pesar de no ser virgen, en ese momento fui bastante consciente que nunca había contemplado la vagina de una mujer ¿eran todas iguales? claro que no, ya he visto en el porno que son diferentes, sin embargo nunca he visto una, o saboreado alguna, incluso no puedo decir si tienen olor, ¿acaso todas huelen igual?. Señor lector seguramente le sucedió que sus primeras parejas no dejaban que encendiera la luz, o que no dejaban -por vergüenza- apreciarlas desnudas, y hasta no le dejan a uno hacerles sexo oral... bueno por todo esto yo desconocía muchas cosas de la anatomía femenina.

Por eso me es algo difícil explicar lo que hice a continuación. Lleve el consolador a mi nariz, y aspire con fuerza, !qué exquisito aroma¡, es algo que me es imposible describir, creo que no existen palabras para poderles ilustrar ese aroma y lo que viví en ese instante, sin duda el olor impregnado en ese consolador daba cuenta de lo exquisito de la vagina de Pilar. Y enseguida -me sonrojo de lo que voy a decir- también pensé en probarlo, ya que tal vez podría tener algún vestigio de su sabor, puse el consolador a la altura de mi boca y lo lamí, primero solo con la punta de la lengua, y luego como si fuera un helado, pero no puede distinguir o percibir un sabor el particular.

Decidí tomar prestado el consolador -aun hoy en día lo guardo-, subí a mi cuarto, y me hice una de mis mejores pajas que recuerdo, con el consolador en mi cara e impregnándome del dulce olor de la vagina de la novia de mi padre.




Continuara.....


domingo, 11 de diciembre de 2016

En Nombre del Padre I

Nunca he estado seguro de contar esta historia tan abiertamente, ya que puedo estar contando temas muy sensibles para algunas personas; esta historia no es un total secreto, pues claro que se le he contado a algunos amigos -no a todos- y siempre que la he narrado no puedo evitar emocionarme. En la actualidad tengo 24 años de edad y estoy estudiando, pero en la época de los acontecimientos que estoy a punto de compartir con ustedes tenia 17, y recién cumplidos ya que todo puedo decir empieza el día de mi cumpleaños.

Pero antes de eso quiero establecer como era mi vida a los 16; primero que todo debo decir que vivo con mi papá, en ese momento él tendría alrededor de 45 años de edad, mi madre murió cuando yo tenia dos años en un accidente, así que solo la conocí por fotos y por las historias de mi papá y de mis tías. Mi padre nunca se volvió a casar, nunca le conocí una novia o algo similar -aunque supongo que algo tuvo- y a pesar de ellos siempre lo he visto como un hombre feliz, muy serio, aveces regañón pero hablo de una felicidad en la cual tenia tranquilidad.

Sin embargo esa tranquilidad no se veía reflejada siempre, muchas veces había tensión en su cara y entre mas crecía yo mas le preocupaban cosas; por ejemplo el que saliera con amigos, el que tuviera novia, el que en ocasiones no sacara las mejores notas. Cuando cumplí 16 fue difícil para él, pues ya pasaba mas tiempo fuera de casa que con él, y eso hizo que nuestra relación se hiciera distante, pero siempre habían peleas, creo que creía que estaba en malos pasos, y tal vez si, pero él exageraba y los que si estaban en malos pasos eran mis amigos.

El barrio no es bonito lo acepto, pero también hay buenas personas que lo salvan -almenos por ahora-, para ser sinceros mi padre no ha sido enteramente recto en su vida, pero sus negocios han hecho que nada nos falte. No les he dicho mi nombre, -y no lo diré- siempre pensé que si podía cambiarme el nombre escogería David, así que, así me conocerán en esta historia.

Mis amigos le tenían miedo a mi padre, así que nunca iban a mi casa. Mi casa, !ah mi casa¡, siempre me ha encantado mi casa, es bastante grande, tiene tres pisos y es bastante espaciosa, tanto que mi cuarto esta en el ultimo piso,y el de mi padre en el segundo junto con un baño -bastante grande- y en el primero pues la sala, cocina, comedor y un patio.

Últimamente veía a mi padre en su PC, distraído, hablábamos cada vez menos y me regañaba cada vez más, era muy incomodo estar con él, y cada vez se hacia más difícil.

Es importante decir que estuve por primera vez con una mujer a mis 16, en mi cuarto un viernes en la tarde, no fue como lo imagine -lo acepto veo mucho porno- y me había imaginado algo bastantemente más caliente, estoy casi seguro que mi papá se percato, pero no dijo nada. Mi padre tiene en su cuarto una colección generosa de vídeos porno, en dos cajas hay un montón de DVDs de películas, la mayoría películas normales, pero si uno buscaba al fondo daba con que estaban ocultas las de adultos. Durante dos años las he visto todas, cada vez que él salia, iba a su cuarto y buscaba en su videoteca clandestina, -lo admito, me masturbaba por lo general tres veces al día- veía su colección en mi cuarto y cuando era posible regresaba y las dejaba en su lugar, creo hasta el día de hoy que mi padre nunca lo supo.

Una tarde que estaba solo lleve a una amiga del colegio a mi casa, entramos a mi cuarto y le mostré una de esas películas, se sonrojo y se puso furiosa, no me dijo nada, solo se fue y no volvió a hablarme; creo que le contó a sus amigas pues empezaron a verme como el morboso del salón -me lo tenia merecido- y eso creo que implico que no tuviera más oportunidades con ninguna compañera.

Todo esto me lleva a mi cumpleaños 17, mi papá me llevo a comer pizza y me dio un celular -mi primer celular-, y recuerdo muy bien que me dijo que tenia una amiga o una novia, y que pronto la iba a llevar a la casa; no estoy seguro ahora que lo pienso si estaba pidiendo permiso o tal vez una aprobación, lo que sé es que en ese momento pareció más una imposición y una advertencia.

Me parece que fue un sábado el día que la conocí, debo decir que no soportaba la idea de tener una mamá o alguien que quisiera desempeñar ese rol conmigo, por eso a pesar que mi padre me había dicho que estuviera temprano para que la conociera... decidí no hacerlo. Le hable a algunos amigos de la novedad, algunos se burlaron e hicieron chistes que no me causaron gracia al respecto, otros simplemente no dejaron ver su opinión.

Eran alrededor de las 10:00pm cuando llegue a casa, vi la luz prendida en el segundo piso, así que supuse que iba a haber un nuevo enfrentamiento con mi papá, entre y escuche el ruido de su TV, que estaba ubicado fuera de su cuarto en una especie de sala de estar. Subí lentamente pensando en simplemente ir a mi cuarto, escuche voces y supe entonces que su amiga -o novia- aún estaba ahí.

Debí hacer una mueca pues mi papá me lanzo una mirada de advertencia, y todo fue totalmente diferente a como lo imagine; primero que todo la amiga de mi padre es algo joven -después me entere que tenia 21-, mas bien bastante joven, y bastante bonita, tiene un rostro y unos gestos amables que me dejaron perplejo, apenas si salude, y salí casi huyendo hacia mi cuarto, creo que eso le pareció divertido pues vi su sonrisa algo burlona... para ser justos tampoco debió ser fácil para ella, pero uno en esos momentos no piensa en nada. Me encerré en mi cuarto y no podía dejar de pensar en la novia de mi papá en lo joven y bonita que me ha parecido, en que yo esperaba una mujer de la misma edad de mi padre y en que mi "madrastra" por así decirlo era casi de mi edad.

No tarde en acostarme y disponerme a dormir, mire el techo, y seguí pensando en ella, creo que pasaron horas, y ya la casa estaba en silencio; no, no estaba en total silencio, imagine que mi padre podría estar viendo porno, pero obvio que no, estaba con su novia... esos gemidos son en efecto de su novia.

Seamos sinceros señor lector, unos de los peores pensamientos o experiencias en la vida de un hijo es pensar en la vida sexual de sus padres; lo he escuchado de amigos, también me lo han contado primos, y estoy seguro que usted sabe de qué estoy hablando, lo diré así: cuando se es consciente que los padres tienen una vida sexual, la imagen que tenemos de ellos cambia y de alguna forma todo lo que pensamos de eso nos resulta repugnante.

Pero en esta situación escuchar a la novia de mi papá, y tener la seguridad de que están follando produjo en mi una casi inmediata erección, no podía dejar de pensar en ella. Y lo que sigue, ya lo imaginaran, no pude contenerme y me masturbe escuchándolos, nunca había escuchado gemidos reales, creo que son mucho mejores que los de las películas porno, puede sonar tonto y redundante lo que voy a decir pero es la forma que mejor describe mi sensación en ese entonces: sin duda es un gemido autentico y honesto.

La cama de mi papá es una cama doble, bastante grande, bueno, mi papá es un hombre bastante grande y su novia una mujer bastante pequeña y delgada por lo que sus gemidos también iban acompañados por el rechinar de la vieja cama. No puedo negarlo, fue una noche especial para mi, pero supongo que mucho más especial para mi papá.

A la mañana siguiente baje con mucha hambre, la cocina estaba en el primer piso, cuando entre estaban ya desayunando mi padre y su novia, los salude tímidamente y me senté, mi papá hacia unos huevos revueltos para todos, y también había chocolate con tostadas según vi, y según era la costumbre. Mi padre se veían relajado y de buen semblante, y su novia, bueno usaba una camisa de mi padre y podía ver sus piernas, note que tenia un tatuaje en el pie, el solo verla me provoco una erección, y ver su rostro me hizo preguntarme cómo se vería mientras gemía, no hay nada que me generara más calentura que ver a esas actrices haciendo gestos cuando se venían.

Creo que ella se sintió incómodamente observada por mi, o tal vez en si la situación era incomoda y novedosa para todos nosotros, ella decidió salir de la cocina y mis ojos se fueron tras ella. Mi papá entonces me dijo algo de un paseo corto, me pareció una buena idea, pero también me pareció extraño, él no suele ser así. Decidí que lo mejor para mi en ese momento era salir de la casa, mientras la novia de mi papá estuviera ahí todo iba a ser incomodo, enseguida llame a un amigo y salí después de desayunar.

Pase todo el día afuera, pero no podía dejar de pensar en lo de la noche anterior, quise decírselo a un amigo pero no sabia cómo podría escucharse tal historia, regrese a casa cerca de las 5:00pm, con la esperanza que mi casa estuviera vacía. Pero no lo estaba, lo supe cuando subía la escalera y escuche los mismos ruidos de la noche anterior, pero esta vez mucho mas intensos, y claro muchos mas cerca, me acerque y me detuve en la puerta del cuarto de mi padre, comprobé que esa mujer experimentaba un placer totalmente honesto, esos gemidos no pueden ser fingidos, y esta vez pude escuchar cuando ella acabo, el rechinar termino y volvió el silencio, algo dijo mi padre y ella le contesto algo que no entendí, por nada del mundo quería que se enteraran de mi presencia.

Subí a mi cuarto, me encerré, y de nuevo no pude evitarlo, imagine ese rostro con expresiones de placer, visualice su delgado cuerpo desnudo y sudoroso, solo quería estar -más que nada en el mundo- en los zapatos de mi padre. Pero era imposible, no podía, y no podía tener una mujer. Es ese doloroso momento donde te das cuenta que solo tienes la masturbación como desahogo.



Continuara....





Ana - III

Al subir por las escaleras sentí que mis rodillas temblaban, de emoción, no de miedo, abrí la puerta torpemente y la ajuste sin cerrarla, me duche brevemente, me seque y me acosté en la cama; imagine que él entraba al cuarto y me veía, y que no podría resistirse y saltar enseguida encima de mi. Pero creo que eso solo sucede en las películas; pasaron varios minutos y esa puerta jamas se abrió, ni una brisa de viento intento entrar.

Seré sincera, al día de hoy -tampoco es que me obsesione la idea- estoy segura que algo paso en esa piscina, me han dicho que no, pero estoy segura que si, por lo tanto no voy ha hablar de eso, pero si les describiré que paso en ese momento a solas.

Seguía excitada, me denude completamente en esa cama y mis pezones continuaban tan duros como en la piscina; estaba molesta -creo que frustrada- pero mis ganas y mi libido evidentemente seguían ahí con una energía considerable. Comencé por rozar ligeramente mis pezones, no imaginan cómo ese solo acto me excita, y en ese momento sentí que mi placer subía vertiginosamente, cerré los ojos, imagine de Andres entraba de repente y me sorprendía masturbandome, mordía y chupaba con tal intensidad mis pezones que se enrojecían.

Apreté mis senos con fuerza, como sin un hombre me tomara desesperadamente, -creo que la desesperada era yo- a continuación con un dedo acaricie ligeramente mis labios vaginales, los recorrí haciendo tres óvalos seguidos, muy lentamente; luego me penetre con un dedo, hasta el fondo, luego otro dedo, y con ambos inicie a hacer algunos movimientos irregularmente satisfactorios en mi vagina, tarde en venirme, ya que lo había hecho como una mujer frustrada -entendí que lo estaba, y mucho- que llevaba meses de abstinencia.

Esa tarde no sucedió nada interesante, creo que fuimos a almorzar y a conocer el pueblo, caminamos y hablamos los cuatro; hablamos de la universidad, de la vida, de la relaciones de pareja. Olvide mi frustración, ellos nunca se dieron cuenta que me había molestado lo sucedido, en realidad no me agradaba saber que no era capaz de seducir a un hombre, o por lo menos no lo suficiente como para llevarlo a la cama.

En la noche fuimos a tomar una cervezas -nunca había vivido una noche tan calurosa-, y una cerveza helada me pareció el mejor plan. Fuimos a un bar no muy agradable cerca al centro del pueblo, creo que tiene que ver con que mi idea de un bar es muy diferente a este, en donde: 1) la música esta demasiado alta y no se puede hablar, y hay que gritar para hacerse entender, 2) el calor es insoportable, 3) esta lleno de gente. Jorge no dejaba de manosear a Pilar, la besaba, tocaba sus senos, solo le faltaba desnudarla... lo que no tardaría en suceder, solo tomaron una cerveza y se fueron, dejándome sola con Andres.

No podíamos hablar, o no queríamos hablar, quería ser suya, nos besamos y tomamos otras dos cervezas, le pedí que nos fuéramos del bar, él también quería irse, caminamos sin afán por la plaza central del pueblo, habían fuegos artificiales no sé porqué, me beso en el parque y toco mis senos, se dio cuenta lo duro que se habían puesto mis pezones, y me dijo que le encantaba sentirlos así, algo me comento de como por su trabajo podían pasar meses sin que viera una mujer... y que el único desahogo era un pajazo en el monte. Creo que le dije que quería ayudarlo esa noche, y no vi cara más iluminada desde entonces.

Llegamos al hotel, nos entregaron la llave y subimos, ya en el pasillo pude escuchar de nuevo a mi amiga, sin duda la estaba pasando muy bien, Andres me miro y sonrió, nos quedamos un rato escuchándolos, la cama rechinaba y Pilar gemía... gritaba; abrí la puerta de nuestra habitación y me tire en la cama enseguida, Andres entro, cerro la puerta se me tiro encima, abrió mi blusa rápidamente, entonces mis tetas quedaron su disposición, metió mis pezones en su boca, uno y después el otro y el primero de nuevo, sus labios los apretaron sin compasión y deje salir sin restricción mis primeros gemidos de la noche, y creo que incluso los primeros de mi vida.

Permitanme recordar algo: hasta ese momento solo había tenido un par de parejas estables, y como vivía con mis padres mi vida sexual había sido algo así como clandestina ya escondidas, algo cohibida podría decirse pues nunca acepte ir a moteles, con mi segundo novio a pesar que vivía solo, -en realidad compartía apartamento- nunca estábamos solos del todo, por eso siempre tuve o pensé que tenia que contenerme.

Pero esta noche no tenia que contenerme -y no lo hice- en absoluto, supe que esta era la primera vez que lo hacia como una mujer madura, sin restricciones y sin miedos. Mi compañero hacia notar sus meses de abstinencia, empezó a lamer todo mi cuerpo, lo que hizo que me estremeciera en la sabanas, bajo lentamente y mi coñito fue el principal blanco de sus lamidas.

Su lengua entro profundo, probo cada rincón de mi vagina, tanto fuera como adentro, tuvo paciencia y me dio olas de placer; se detuvo, metió un dedo, luego otro, lentamente entraban y salían, su lengua también hacia su trabajo.  Se levanto, se puso con condón y rápidamente volvió a mi, tomo con sus manos mis tobillos y los puso en sus hombros, me puso al borde de la cama, sentir la punta de su verga en mis labios me pareció deliciosamente desesperante. Entro con fuerza -nunca había sentido eso- y salio lentamente para de nuevo entrar con firmeza, gemí, y ello lo alentó.

Querido lector, déjame darte otra claridad: siempre había hecho el amor con ternura, lento, disfrutando el momento de una manera tranquila, ese para mi -o por lo menos hasta ese momento- era la única forma de hacerlo, no conocía más.

Andres continuaba penetrándome con fuerza, con una mano sostenía mi tobillo y con la otra tocaba mis tetas, apretaba mis pezones y ocasionalmente metía sus dedos en mi boca. Aumentaba el ritmo, sus ojos se concentraron en el movimientos de mis tetas; su frente comenzaba a perlarse y creo que la temperatura de la habitación subió un par de grados.

No lo vi venir, estaba ya en el camino, y sin él bajar el ritmo logro que yo tuviera mi primer orgasmo sin restricciones, me estremecí en la cama, pero él me sostuvo con firmeza, pronto acelero el ritmo, yo gemí con fuerza, lo saco, se quito el condón y lleno mis tetas con su semen.

El lunes siguiente estaba con mi amiga en la universidad, le conté lo que había sucedido, y cómo Andres gasto una caja de condones esa noche conmigo, y que había dormido realmente poco, le comente lo bien que la había pasado. Ella sonrió y pregunto algunos detalles, yo trate de contarle, y enseguida Pilar me hablo de otro plan para ese fin de semana, con otros amigos de ella. Pude darme cuenta que dude, no dije si y no dije no en ese momento, sé porque le gusta ese estilo de vida, pero también entiendo lo arriesgado que puede ser.

Durante meses no supe nada de Andres, y creo que en cierto punto lo había olvidado, simplemente seguí adelante; una noche me llamo, me dijo que estaba en Bogota y quería verme, le dije que no, pues estaba ocupada -no era cierto-, cuando colgué me arrepentí.

Supe que estaba en el Cauca o en el Urabá, no lo recuerdo. Algún día supe por mi amiga que lo habían herido en combate, quise llamarlo pero no sabia a donde, su antiguo numero no funcionaba. Establecí de nuevo una relación de pareja, pero nunca olvide esa aventura.

Hoy escribiendo esta historia puedo darme cuenta que nunca volví a saber de él, de su amigo Jorge sé que tiene cinco hijos y tres matrimonios, y de mi amiga... bueno ustedes lo sabrán mejor. Cuando se esta casada y con hijos no es posible tener amistades como las de antes.




FIN




viernes, 9 de diciembre de 2016

Ana - II

Creo que las sorpresas pueden ser divertidas -no lo fue para mi en ese momento-, especialmente para aquel que ve tus cara y tus gestos cuando eres sincera con algo que ni habías considerado, y claro, había también en mí un poco de terror.

Es muy temprano y llegaron por mi puntualmente, hacia bastante frío, han sido años desde la ultima vez que salia tan temprano de mi casa, ni mis padres ni mi hermano se percataron de que salí a esa hora de la casa. Mi elección fue sencilla, unos jeans y una chaqueta de jean me pareció bastante prudente tanto si hacia calor como si no; en la maleta solo iba una pijama y mi vestido de baño de una pieza, además de lo básico.

Se preguntaran qué me sorprendió de esa manera, !oh Dios¡, motos, unas malditas motos, nunca he subido en una, y básicamente es debido a que me dan miedo, no puedo explicarlo, pero solo tragedias vienen a mi mente cada vez que veo una moto, y no, no es que alguien cercano haya muerto en un accidente, y si, si que he visto varios accidentes... creo que son impresionantes; y ahí están los tres -Jorge con Pilar abrazada a su cintura, y Andres- mirándome como esperando que me desmaye -no les di ese gusto-, y con risa nerviosa los salude a cada uno. Me acerque primero a mi amiga, también iba en jeans, y con una blusita que dejaba muy poco a la imaginación del buen observador; luego a Jorge, y en ese instante pensé muchas cosas, había visto a mi amiga -claro antes de ser amigas- salir con hombres muy atractivos, y otros no tanto, pero este Jorge era demasiado atractivo, creo que exhala seguridad y narcisismo, esta sin camisa, cualquier mujer querría estar con él... sin duda; y de ultimo salude a Andres con un beso en la boca y me enfrente a un reto, subir a la moto como una veterana de las dos ruedas, me puse el casco y no supe como asegurarlo, mis mejillas se calentaron, Andres se volvió hacia mi y tiernamente me ayudo, me subí torpemente, me aferre fuertemente a su cintura y cerré los ojos.

No supe a donde íbamos, hacia demasiado frío, pero eso me hacia aferrarme más a mi nuevo amigo, su espalda ancha me daba una sensación de seguridad y un calor agradable, pero el viaje que para mi fueron casi diez horas -en realidad fue una hora- no fue nada agradable, la velocidad me dio terror, pero no dije nada, creo que Andres se dio cuenta pero nunca hizo un comentario al respecto.

Es curioso que en esos momentos mi mente se puso en blanco, no recuerdo tener pensamientos específicos, creo que solo sensaciones como de caer o volar... y caer. Abrí los ojos cuando se detuvo, era un peaje, aún no sabia a donde íbamos, creo que en realidad no era relevante el destino; volví a cerrar los ojos y nos los volví a abrir hasta que llegamos al destino.

No hay una mejor sensación que la de poder poner de nuevo mis pies en la tierra, por el contrario veo que mi amiga a disfrutado el viaje, la veo radiante; llegamos a un hotel, tiene una muy buena vista, se siente como si estuviera construido en el borde de un abismo, hay piscina, y el clima -hacia bastante calor- realmente no esta mal.

Me quede disfrutando el paisaje, creo que necesitaba algo de tranquilidad, ver ese abismo verde, y solo perderme en la vista y ver como los buses, carros, camiones, andaban por ese camino serpenteante.  Mi amiga se hizo a mi lado, hizo un comentario de la vista, y luego me dijo que nos quedaríamos en ese hotel, y que debíamos entrar para alojarnos -ya ellos había arreglado la estadía-, sentí algo de alivio en pensar que podía recostarme cinco minutos.

Evidentemente compartiría cuarto con Andres, cuando entramos, lo primero que me percate era lo pequeño que era el cuarto, apenas si cabía la cama y había una ventana pequeña a la cabecera de la cama -la vista era excelente-, al lado de la cama un pequeño baño con una ducha aceptablemente limpia.

Entre al baño, sin duda de ningún genero mi prioridad es la piscina -siempre lo ha sido-, me desnude y me mire al espejo, me pregunte si mi cuerpo puedia ser objeto de deseo, enseguida pensé que por alguna razón mi compañero de cuarto estaba en este viaje, de alguna manera sabia que la respuesta era si. Cuando me puse el viejo vestido de baño lo primero que note es que había engordado un poco desde la ultima vez que lo vestí -hace 3 años aproximadamente- y eso resultaba algo vergonzoso especialmente en ese plan; estoy segura que el rojo complementa bien mi piel blanca y mi cabello rubio, mis senos quedaron algo apretados, siento como si en cualquier momento se me fueran a salir, pero puedo ver que eso puede llegar a ser una ventaja en el juego de la seducción, sin embargo no sé si estamos jugando ese juego aún... o tal vez ya estar acá en un cuarto juntos es que ya nos hemos seducido mutuamente, o incluso tal vez este tipo de planes no necesite seducción. De una cosa estoy segura, y es que mi EX se mordería los codos al verme así.

No todo esta a mi favor, hay unos gorditos donde antes no había, bueno tal vez siempre han estado ahí y nunca me había dado cuenta; igual estoy casi segura que mis senos van a distraer o mejor aún captaran toda la atención. Me doy cuenta que si funciona ya que no me había percatado de mi entrepierna, literalmente mi vestido era "comido/tragado" por mi coñito. Creo que tuve un mini-infarto ante no saber si podría ser algo por así decirlo seductor o coqueto o por el contrario una total vulgaridad matapasiones.

!A la mierda¡, no iba a quedarme pensando y re-pensando, ya me estaba estresando por estar pensando en tantos detalles; De repente hay algo que distrae mi atención... mi amiga ya empezó a divertirse en el otro cuarto, sin duda no tiene pena alguna que la escuchen.

Salgo del baño y le digo a Andres que voy a la piscina, él no aparta le mirada de mis senos, creo que no se lo esperaba, y dice que va conmigo, saca una toalla de su maleta y se va conmigo; la piscina esta fría -me encanta-, Andres dice que esta tibia, lo relevante es que para ambos esa casi excelente, me sumerjo un par de veces y la recorro a lo largo. Mis pezones están como piedras, una piedras preciosas claro esta, y puedo darme cuenta como él esta atento a todo.

Me acerco a él y le chapoteo agua en la cara, él hace lo mismo, yo me tapo la cara ante sus ataques y luego él se acerca, toma mis manos y me obliga a destapar mi rostro, me mira a los ojos y me besa... y yo lo beso. Me abraza y yo lo abrazo... mis senos se aprietan contra su pecho, no lo hace con amor, eso es nuevo para mi, en efecto el deseo sexual y el romántico son diferentes, y este sin duda es un deseo meramente sexual, solo deseo en este instante que me toque mis senos como aquella noche en el bar, con firmeza, con pasión. Cuando vi su mano acercarse pude saborear la sensación, la anticipación al contacto... cuando alguien salto violentamente a la piscina, sentí ahogarme en el agua que fue arrojada hacia mi cara.

Era Jorge, seguido por Pilar que se veían también entusiasmados por la piscina, claro ellos se tomaron su tiempo, y ver la mejillas rosaditas de mi amiga me hicieron sonreirle instantáneamente, se habían tardado su tiempo, creo que la prioridad de ellos difiere a la mía, y aquí les voy a compartir un pensamiento que nació en ese instante y que por el resto de la semana estuvo en mis pensamientos como un intruso:

Alguna vez escuche que en una escena porno no había nada más importante que la química que puede existir entre los actores, ya que eso el que observa el vídeo puede darse cuenta de cuanta química hay entre ellos, y eso hace que una escena sea mejor o peor calificada. Pues bien, estos dos tienen la mayor química que he visto en una pareja, claro es una química que tiene sus bases en la pasión, y ello me lleva a pensar que no podría haber mejor escena porno que una protagonizada por ellos dos.

La forma qué él la mira a ella, como si todo su deseo, toda su libido se conectara al cuerpo de ella, y ella sin embargo devolvía una mirada no menos intensa en la cual podía interpretarse mil palabras de invitación al placer. Recordé los gemidos que escuche y no pude evitar sentir un poco de envidia.

Voy a compartirle querido lector otro pensamiento intimo y secreto: al momento de haber conocido a Jorge y saber que salia con mi amiga hace algunos meses, pensé en competir con ella, este hombre tan dolorosamente atractivo podría ser mio; pero al verlos en esa piscina pude darme cuenta que yo no tenia ni tuve oportunidad alguna.

Recordé de nuevo esos sonidos de placer, y me hice una imagen, en la cual Jorge estaba encima de mi amiga desahogándose como si no fueran a verse en meses y ya se necesitaran; y en ese punto yo ya estaba más allá del umbral del placer... de nuevo mi vagina parecía que se derretía.

Es muy probable que Andres sintiera algo parecido o que por lo menos pudo ver mi gesto de envidia, y ellos lo llevo de nuevo a mis brazos, pero esta vez sus manos no dudaron, pero no fueron a mis senos; cuando toco con firmeza mi vagina sentí una especie de alivio, mi amiga no era la única que podía divertirse.

Pude ver que Jorge hacia algo parecido a mi amiga, pero ella le daba la espalda en una esquina de la piscina, comprendí donde estaba el placer de él. Andres movía su mano en círculos, lentamente, luego un dedo rozaba lentamente cerca a mi clítoris, casi gemí, pero me contuve -no quería risas en ese momento tan significativo para mi-, enseguida ese mismo dedo exploro más profundo, y más profundo, hasta que llego al fondo; me dijo que estaba sorprendido por "encontrarme tan húmeda", pude sentir en mi pierna su pene, estaba bastante duro ya, y eso me llevo a tomar la iniciativa.

Busque con la mirada a nuestros compañeros, pero ellos ya estaban en sus asuntos como si nosotros no existiéramos, o mejor, como si fuéramos una ola mas en la piscina la cual se llevaba lentamente el vestido de mi amiga.

Salí de la piscina y lo invite a que me siguiera...


Continuara....