lunes, 31 de agosto de 2015

Pensamientos Libidinosos I

Hace calor, el ruido de la ciudad acompaña a una joven que va caminando sola por la calle cincuenta y tres, su modo de andar da cuenta que no tiene un rumbo fijo, pero a la vez puede verse determinación.

Se detiene enfrente de un pequeño centro comercial, logra ver en el segundo piso un aviso que llama su atención y entra sin dudarlo, sube por unas escaleras de mármol blanco que van en forma de caracol, gira ala derecha y se encuentra de frente el local que en su ventana tiene un gran aviso en luz fluorescente que dice: "TATTOOS".

Ella entra y ve a dos hombres de aproximadamente 35 años, uno delgado y otro gordo. El primero tiene sus brazos llenos de tatuajes, y tiene perforaciones en su nariz, orejas y en la cejas; el segundo es calvo, y en su calva tiene tatuadas figuras de tigres blancos. Están fumando unos Marlboro, se sorprenden por la llegada de una visitante peculiar que les interrumpe su conversación.

-Hola, estoy interesada en tatuarme- dijo a la vez que trataba de identificar la canción que estaban escuchando. 

-¿qué tal linda?, ehhh ¿algo en particular?- respondió el primero, apagando su cigarrillo en un cenicero que tenia en el borde de la ventana.

-aquí tenemos varios modelos, si gustas ver- menciono el segundo, que se puso de pie y le paso a ella una carpeta llena de diferentes motivos.

-quiero algo pequeño y sencillo para empezar- señalando la figura de una pequeña lagartija.

-bonita elección- dijo el primero, saco un Cd de Pantera y lo puso en el reproductor.

-¿donde lo quieres?- pregunto el hombre gordo que examinaba la piel blanca y virgen de tatuajes de la cliente.

-ok, puedo preguntar ¿cuantos años tienes?- pregunto el primero con dudas de la mayoría de edad de ella.

-tengo 18, los cumplí el Sábado, pues lo quiero en un lugar discreto, como mi pie, y si me gusta pues tal vez me haga otros- tranquilizando a los dos hombres, que empezaron a alistar tinta y agujas, y demás implementos para trabajar.

-a propósito ¿cómo es tu nombre?- pregunto en un tono amable.

-mi nombre es Pilar-

-Bueno Pilar, ¿dónde empezamos?-

-ehhh creo que esa lagartija se vería bien en mi pie-

Ella se sentó en una silla que le pareció silla de odontología, se quito sus zapatillas y medias, el hombre delgado tomo su pie con delicadeza y comenzó a planear su trabajo.

-puede doler un poco- dijo mirándola a los ojos.



domingo, 30 de agosto de 2015

No 19. La semana Libidinosa: Sexo con mi amor platónico

-ring, ring, ring- Cuando sonó el teléfono por tercera vez, estaba en mi cama desnuda jugando un rato con mi clítoris pensando en el futuro. No conteste y seguí en mi cama relajándome.

El teléfono sonó de nuevo.

-Hola- conteste cuando sonó por cuarta vez.

-¿cómo estas Pilar?, pensé que no me ibas a contestar- hizo una afirmación que me hizo pensar que sabia sin lugar a dudas que me encontraba en casa, lo cual me pareció extraño.

-si, estaba algo ocupada- me senté en el sofá de la sala iluminado por el sol.

Intente sonar segura, sin embargo no reconocí la voz por el momento, pero elegí seguir la conversación sin pensar demasiado en ello. La voz sin duda me resultaba interesante y familiar, aunque no demasiado.

-¿qué vas ha hacer hoy?- pregunto en un tono que me sonó seductor y coqueto.

No tenia nada qué hacer en realidad, había pasado los últimos días con Daniel y Oscar, pero se habían ido de viaje aprovechando los días libres, y Julian solo lo vería hasta mañana. No quería decir que tendría la tarde libre, pero...

Mi pensamiento se interrumpió cuando la voz del desconocido volvió a sonar:

-dale, estoy como aburrido y me gustaría salir contigo

Su gentileza me cautivo, de modo que dije -esta bien-, y empece con mis dedos a pellizcarme suavemente un pezón.

-pero no te noto muy convencida- dijo en un susurro que mostraba algo de frustración.

-no, si, estoy libre, no problem- y mi mano bajo hasta mi clítoris.

-entonces paso #$#$&- la ultima parte no la entendí.

-ehh si- dije sin tener seguridad a qué se refería mi afirmación.

-listo, entonces ya paso por tu casa-

Colgó.

Quede desconcertada, pero emocionada, iba a ser como una cita a ciegas, pues seguí sin reconocer la voz. A continuación no pude contenerme y seguí estimulando mi clítoris con mayor intensidad, quería tener un orgasmo que me relajara, pero fui interrumpida.

Sonó el citofono.

-alo-

-es el joven Esteban en portería-

Quede fría, era la ultima persona que me esperaba de ser el Esteban que conocía.

-ah, si que siga- respondí, y calcule que tenia aproximadamente dos minutos para vestirme.

Fui a mi cuarto, y me puse lo primero que encontré: una pantaloneta que me quedaba ajustada de color azul, y una camiseta tipo esqueleto que apenas me cubría, era blanca y dejaba a descubierto mi ombligo. No pensé en ponerme ropa interior.

Sonó el timbre.

Abrí la puerta y despeje las dudas que tenia, era el Esteban que conocía, el muchacho más popular de mi colegio, logrando en mi una alegría que no pude ocultar.

-hola, pasa- lo invite con entusiasmo.

-uy, llegue muy temprano- me miro de arriba a abajo sorprendido pero satisfecho de lo que veía.

-un poco, no me acordaba que vives aquí al frente- saque una disculpa desesperada.

Esteban se sentó en el sofá, hizo un gesto con su mano para peinarse su cabello rubio y saco algo de su mochila.

-compre películas estos días, podemos ver una- Me las mostró, y me llamo la atención que tenia varias de Viernes 13, hace años no las veía.

Me senté junto a él, colocamos la película y empezamos a verla tranquilamente, sin embargo no podía dejar de pensar la locura que era para mi la situación, pues nunca habíamos sido cercanos, nunca habíamos tenido una conversación mayor a cinco minutos, pero la realidad es que estaba sentado en mi sofá, a mi lado, y podía darme cuenta que él no ponía atención a la película, más bien sus miradas se enfocaban en mis piernas y mi pantaloneta.

Jason Vorhees acechaba a una pareja que estaba follando en una casa rodante, era una mujer rubia con su pareja.

-deberíamos hacer lo mismo ¿no crees?-

-tal vez- respondí y me acerque ligeramente a él pero tenia mi atención en la pantalla.

-es que tengo una fantasía-

-y ¿cuál es?- respondí comunicando sutilmente que estaba dispuesta.

Me miro fijamente a la cara, pero al ver que no correspondía su mirada se fijo en mis senos y en mis pezones que se resaltaban a través de la camiseta.

-es que pues nunca me han dejado hacer sexo oral- lo dijo como sintiendo vergüenza.

-¿en serio?- eso llamo mi atención, pues no espere ese argumento, entonces gire mi cabeza y lo sorprendí mirando mis senos.

-si de verdad, ninguna me ha dejado, y pues me dijeron que tu si te dejas, entonces...- lo interrumpí con una afirmación.

-que tontas, si es bien rico-

-entonces, ¿puedo?-

-si, puedes-

Se levanto, y rápidamente bajo mi pantaloneta dejándola en el suelo, se quedo viendo mi coñito con deseo y curiosidad. Acerco su nariz olfateando con profundidad mi aroma, enseguida me dio una lamida que recorrió toda mi vagina, generando entusiasmo en Esteban el descubrir que previamente ya estaba húmeda y dispuesta.

-que rica huele-

A continuación empezó a besar mis labios, con ternura, dando en ocasiones pequeñas lamidas a mi clítoris, su mirada estaba fija en mi vagina, pero también miraba mi rostro de ves en cuando como para evaluar mi placer desde mis expresiones.

Con mis manos acaricie su cabello suavemente comunicándole comodidad, deje mi mano izquierda en su cabello, la derecha la lleve a mis pezones que pellizque con firmeza.

Esteban empezó a mover su lengua de arriba a abajo cada vez más rápido, trate de hacer coincidir mis gemidos con el ritmo que él llevaba, a la vez que inicie a mover mi cadera ligeramente. Lo tome del cabello con ambas manos, halandolo para que aumentara la intensidad... se canso y se detuvo.

Inicio entonces con movimientos lentos y circulares con su lengua, me relaje y me dispuse a disfrutar la sensación; disfrútalo y no busques tu orgasmo, pensé. La constancia de Esteban se prolongo varios minutos, diez, quince, veinte minutos.

Cambio de ritmo, ahora intenso, entendí que quería hacerme venir, abrí más mis piernas para que él se encargara de todo. Sentí como si estuviera a punto de estallar.

-sigue¡¡, sigue¡¡, sigue¡¡, sigue¡¡ ahhh¡¡-

Puso mayor atención en mi clítoris, y siguió lamiéndome con agilidad. Logro que tuviera un orgasmo bastante intenso, vi su sonrisa al verme sonrojada, despeinada y satisfecha en el sofá.

-yo también tengo una fantasía- le dije mirándolo fijamente a los ojos a la vez que frotaba mis senos con mis manos.

-¿si?- pregunto alegremente.

Me puse de pie, me quite mi camiseta, lo tome de la mano y lo guié a mi habitación, le di un pequeño empujón y lo tumbe en mi cama.

-de aquí no te va sin que...-



FIN DE MI ADOLESCENCIA...



viernes, 28 de agosto de 2015

Cigarrillo y Cerveza III

El cielo esta nublado y gris, todos esperan una tarde de lluvia de esas que se extienden hasta el día siguiente, en un parque esta una joven pareja sentada en un banco de madera y hierro, que esta al frente de unos columpios oxidados. Hay dos niñas riendo y jugando a la que más alto llegue.

La joven pareja esta en silencio, observando el cielo, ella busca en el bolsillo de su chaqueta de jean una pequeña caja de cartón, saca un cigarrillo KOOL mentolado, se lo pone delicadamente en sus labios, gira su cabeza y lo mira fijamente, él reconociendo el gesto saca un encendedor plateado de su pantalón, lo enciende para que ella pueda encender su cigarrillo.


Aspira profundamente, soltando el humo en dirección de los columpios, le ofrece una cigarrillo a él, lo acepta y lo enciende él mismo. 

-¿qué hacemos si llueve?- pregunto Evelyn, como hablándole al aire en voz alta.

-no sé- dijo Jonathan, que se sentía torpe cuando ella le hacia esas preguntas.

Él se quedo contemplando un momento el cabello rubio de Evelyn, bajo su mirada y observo por un segundo su escote, notando que llevaba un brassier rosa.

-si, llueve, nos vamos a mi casa- se pudo ver una breve sonrisa que ella rápidamente oculto.

Las niñas del columpio empezaron a gritar, y huyeron de las primeras gotas que sintieron en sus cabezas, Eve extendió su mano explorando la intensidad de la lluvia en un gesto automático.

-vámonos- se levanto, termino su cigarrillo, lo tiro al suelo y lo piso para apagarlo. 

-vale- dijo él con el cigarrillo en los labios.

La lluvia incremento su intensidad en pocos segundos, la joven pareja hecho a correr a través del parque y por otras dos cuadras hasta llegar a una casa con un puerta azul de metal. Eve abrió la puerta con dificultad, le temblaban sus manos por el frío, subieron unas cortas escaleras y entraron a una pequeña sala.

Ella tomo rumbo a al baño, y regreso con dos toallas, ofreciéndole una a su compañero; Jonathan se seco rápidamente el cabello con movimientos desordenados que lo dejaron con un peinado extraño. Eve sonrío. No había nadie en la casa, él se percato que no sabia nada de la vida de ella, desconocía con quién vivía.

Eve se secaba el cabello delicadamente, agarraba grupos de mechones y los escurría como queriendo conservar su liso no natural. Se quito la chaqueta de jean y la dejo sobre una silla al tiempo que prendía la Tv para que su compañero no se aburriera. Sin embargo Jonathan tenia su atención en ella, le parecía sexy la escena que presenciaba. 

A continuación Eve se quito su blusa, apenas considerando la presencia y las miradas de su compañero. Enseguida Jonathan se sintió afortunado de poder contemplar más a detalle el sujetador rosa que antes solo había podido apreciar levemente; hacia que los senos de Eve se juntaran de una manera que él considero una visión de perfección.

-ya regreso- dijo ella, mientras él la miraba irse en dirección a su cuarto al final del pasillo.

Eve entro al cuarto, Jonathan la observo inclinarse y quitarse su pantalón de jean oscuro, pudo ver una tanguita de encaje del mismo color del bra, enseguida se incorporo, llevo sus manos a la espalda se quito el sujetador, se dio vuelta y cerro la puerta.

Jonathan giro su mirada a la ventana de la sala, y vio como el granizo golpeaba fuertemente el vidrio... suspiro.


lunes, 24 de agosto de 2015

Concierto para medias veladas y tatuajes I

La habitación esta oscura, no se puede ver nada salvo por breves momentos en donde un flash de luz la ilumina por un segundo, puede verse en el centro una figura masculina con una cámara, y en un rincón una silueta femenina que cambia ágilmente de posición con cada flash.

-que sexy-

La cámara apunta a su espalda, el camarógrafo se da cuenta que ella tiene una piel tono canela, luego apunta más arriba y viene un nuevo flash quedando en su mente un brassier de encaje color azul oscuro.

Esta demasiado sexy, pensaba sin cesar con un deseo apenas controlado. 

Apunto de nuevo su cámara y un nuevo flash ilumino la figura de la mujer, esta vez vio unas largas y delgadas piernas, ella estaba usando unas medias veladas de color negro que le daban clase, no era cualquier mujer... era una diosa.

El hombre se quito la chaqueta con un gesto que mostraba que no soportaba el calor de la habitación, paso su mano sobre su frente como limpiando sudor. Puso de nuevo ojo en el lente y disparo de nuevo. Esta vez un panty azul oscuro, un tatuaje en la espalda baja que hacia resaltar su cola, era un tribal... y en las piernas vio otros tatuajes, pero no pudo distinguir las figuras.

-que sexy, no lo soporto- dijo en voz baja, su jean empezó a incomodar, se sentía apretado.

Un nuevo flash ilumino la habitación, pero esta vez... nada.

-tengo que irme, seguiremos mañana- dijo ella mientras encendía la luz y salia por una puerta.


No 18. La Semana Libidinosa: Domingo de sexo en la cocina.

Me desperté siendo testigo como Daniel se vestía con algo de prisa para salir, estaba oscuro, no me moleste en preguntar pues era evidente que salia a algún partido, además de mi parte solo quería seguir durmiendo, por lo que cerré mis ojos quedando dormida de nuevo sin esfuerzo.

Volví a despertar, esta vez ya el cuarto estaba lleno de luz, a pesar que mi sensación fue que no había pasado mucho tiempo desde que Daniel se había ido. Quise levantarme e ir a casa, entonces busque mi ropa pero no la encontré en el cuarto, no estaba debajo de la cama, ni en el suelo lo que me desconcertó más no me preocupo, en alguna parte debe estar, pensé.

Tome un saco que estaba en el suelo y me lo puse, hacia frió ademas que debía encontrar mi ropa para poder ir a mi casa, a pesar de sentirme cómoda y feliz en relación a lo sucedido en la noche esas imágenes se vieron interrumpidas por una significativa preocupación.

Mis padres me debieron llamar anoche, o incluso puede estar sonando en este momento el teléfono, y eso los puede preocupar mucho, incluso podrían pedir ayuda a algún tío o tía para que vaya a la casa y ver que todo este en orden. Ese razonamiento me genero escalofríos.

Salí del cuarto y me dirigí a la sala a ver si tenia mejor suerte, pero no vi nada, ademas que me llenaba ahora una sed desesperante. Fui a la cocina y me serví un vaso de agua de la llave, debí hacer mucho ruido, pues escuche que se abrió una puerta de un cuarto, me gire y pude ver a Oscar que salia de su habitación.

-Hola, ¿levantada tan temprano?- pregunto curioso, a la vez que abría la nevera.

-sí, es que tenia sed, y se me quito el sueño-

Me observo de pies a cabeza, noté que puso mayor atención en mis piernas, pero trato de concentrarse en sacar una jarra de jugo de naranja artificial, de la cual sirvió dos vasos ofreciéndome el que estaba más lleno. Rápidamente tome un sorbo que dejo mi vaso hasta la mitad, entonces los mire fijamente a los ojos.

-de casualidad, ¿has visto mi ropa?- causándole una risita que le impidió sostener mi mirada.

-no, ni idea, si no sabes tú, menos yo-

Oscar dejo su vaso a un lado, me miro fijamente con determinación en sus ojos, eran miradas que ya no me intimidaban y se la sostuve. A continuación se me acerco, puso sus manos en mis hombros empujándome delicadamente hasta que mi espalda toco la pared.

-me imagino entonces que debajo de ese saco...- salio de mi fisionomía una sonrisa invitándolo a averiguar, pues no estaba en mis planes expresarlo en palabras.

Enseguida bajo su mano derecha lentamente sin apartar su mirada de la mía, su mano busco debajo del saco, encontrando mi coñito, un dedo exploro con suavidad la zona de mi clítoris, haciendo que rápidamente me humedeciera.

-que rica estas... esta bien calientica-

Puse mis brazos en alto sobre mi cabeza, mostrandole que quería que me quitara el saco. Oscar entendió y me lo quieto lentamente, dejándolo en el suelo de la cocina. Se inclino para apreciar más de cerca mi vagina, mientras que con dos dedos de su mano derecha jugaba con mi coñito: froto superficialmente mi clítoris, haciendo movimientos circulares, después exploraba más a fondo haciendo que uno de sus dedos recorriera toda mi vagina, hasta que al final me metió su dedo indice mientras que con el pulgar estimulaba mi clítoris.

En el punto en que me sentí más húmeda pude ver que su verga estaba preparada, enseguida Oscar me levanto tomando mis piernas con sus brazos apoyándome contra la pared, me abrace a su cuello al tiempo que con su mano agarro su verga buscando mi vagina, la cual no tardo en penetrar.

-que rico, se nota que te gusta la buena verga-

-me encanta- respondí con un leve gemido.

Sus movimientos fueron lentos pero con un empujón al final que daba con fuerza como buscando llegar cada vez más profundo, con la mano izquierda apartó mis brazos inclinándose para chupar con intensidad mis senos. A continuación me beso e intensifico su ritmo, mientras mi vagina gozaba de un placer típico de lo furtivo. Con ese ritmo intenso vino mi primer orgasmo de cual Oscar se percato cuando rasguñe su espalda.

Me puso de nuevo en el suelo, su mano tomo mi brazo y me hizo girar e inclinarme sobre el borde del lavaplatos que estaba vacío, me dio un par de nalgadas como desquitándose de mis rasguños, y metió su verga en mi vagina de un solo empujón. Grite con la sensación, él me halo del cabello retomando su ritmo casi frenético.

-gocelo... mami... tenga...- se escuchaba el sonido de su cuerpo golpeando mis nalgas.

Venia un segundo orgasmo, pero en ese instante Oscar saco su verga, entonces rápidamente lleve mis dedos a mi clítoris y lo estimule para no perderle. Me estremecí, y a continuación sentí como llenaba mi cola de su semen.

-tu ropa esta en mi cuarto- se sirvió un nuevo vaso de jugo, con su mano seco el sudor en su frente y se retiro a su habitación.

Me quede en silencio, y evadí pensamientos para explicarme cómo mi ropa había terminado en su cuarto, entonces me serví un vaso de agua y me lo tome todo, me serví otro, luego me dirigí a su cuarto. Oscar estaba acostado en su cama, tomando su verga con sus manos.

-dame una mamadita antes que te vayas-

Deje el vaso de agua a un lado, y sonreí.

jueves, 20 de agosto de 2015

Pantys Rojos II

La figura del cuerpo desnudo de Paola se delineaba por la luz y el humo de la habitación, a su lado sentado al borde de la cama estaba Nicolas con un cigarrillo a medio fumar en los labios.

Hace tiempo había buscado compartir una mañana de placer con ella, la cual deseaba desde el primer día que la conocido. Le complació verla desnuda, apago el cigarrillo en un cenicero en la mesa de noche, y se levanto para dar un vistazo por la ventana. 

Se dio vuelta, y volvió a admirar el cuerpo de Paola, al avanzar se enredo con su panty en el pie. Se agacho y lo recogió, lo puso en su cara y aspiro su olor con intensidad y morbo. A continuación guardo el panty rojo en un cajón.

Tomo su celular que estaba cargando, lo desconecto y tomo una foto a la silueta desnuda que daba la espalda al lente.

Prendió un nuevo cigarrillo y salio de la habitación.






No 17. La Semana Libidinosa: Sábado de sexo y calentura adolescente. Parte 2

Era la tercera vez en esa tarde que Daniel estaba encima de mí, penetrándome y explorando con su verga mi coñito, le gustaba mirar mis senos y procurar para que nuestras miradas se cruzaran buscando tal vez pistas de mi nivel de satisfacción.


-¿así le gusta?- pregunto como estudiante curioso.


-si, qué rico lo haces- tratando que no se detuviera.


Sus movimientos y embestidas guiados por mis manos daban la ilusión de que me follaba un experto, yo dominaba la situación, guiaba, pero su calentura adolescente era un complemento exquisito. Cuando nos mirábamos a los ojos me brindaba gran placer ver en su mirada un desahogo acumulado por años que cumplían un deseo que semanas atrás habían visto una oportunidad a través de su ventana. Su cuerpo cubría totalmente el mío, y su inexperiencia al contrario de frustrarme me daba inmensa alegría pensar en que marcaria su vida.


-dale más durito- dije invitándolo a que se viniera.


Se escucho un sonido de llaves, claramente alguno de los primos de Daniel había llegado a casa, sin embargo ese pensamiento se perdió con el movimientos de nuestros cuerpos que se frotaban con gran deseo.


Tocaron la puerta.


-¿Dani estas ahí?- pregunto una voz tras la puerta, que presumí era Oscar, el mayor.


-Si, si, estoy ocupado- en tono que mostraba nerviosismo.


-no te detengas- susurre a su oído al notar que dudaba.


-¿ya comiste?, voy a pedir pizza-


-no, no he comido- titubeando.


-¿estas acompañado?- con sospecha de compañía femenina-


-si... una amiga- como comunicando el interés de hacer cumplir un acuerdo previo.


-ahh todo bien Dani-


Daniel se sujeto a la cabecera de la cama, intuí su intención y abrí más mis piernas para recibir sus embestidas, que vinieron con fuerza y un ritmo que en poco tiempo consiguieron llenar mi coñito de sus semen al tiempo que se escapaban algunos gemidos de mi parte, la cama rechino, su espalda quedo marcada con mis uñas.

Me puse de pie con la intención de buscar mi ropa, por mis piernas se escurrían tres líneas de semen aún cálido.


-Necesito el baño- dije en voz alta.


-esta afuera- respondió Daniel al momento que tocaba su verga con sus dedos los cuales olfateaba buscando mi aroma, olvidando que vivíamos en el mismo conjunto.

Pensé en vestirme sin limpiarme, pero considere mejor que no quería ensuciar mi ropa. Afuera podría estar Oscar, tal vez podría estar en su cuarto y no notaria mi presencia, pero era posible correr con mala suerte y cruzármelo en el baño. Por otro lado ya me había visto desnuda y me había tocado.

Decidí entonces salir, agarre mi ropa y sin dudar salí del cuarto para dirigirme al baño, vi las luces encendidas, pero no vi a nadie y entre al baño impunemente. Más semen salía de mi vagina, limpiarme no fue tarea sencilla, pero lo hacia con una sonrisa en mi rostro. Me vestí ya con la intención de ir a mi casa.

Escuche una conversación en la sala, y me dirigí a ella.


-hola Pilar milagrazo en verte- irónicamente me saludo Oscar, que estaba sentado en el sofá.

Daniel estaba de pie junto a la puerta.


-si hace rato, he estado como ocupada- le respondí.


-pedí pizza, no demora en llegar, estas invitada-


-wiiii pizza- afirme como niña consentida.


Fui afortunada, era mi favorita, pollo con champiñones, que comimos rápidamente mientras conversábamos para conocernos mejor.


-¿hasta cuando estas solita Pilar?- pregunto como para dar claridad a sus planes personales.


-hasta el otro domingo-


-quédese esta noche aquí entonces, así pueden culiar... aprovechen que pueden, pero no hagan mucho ruido- logrando en mi sacar una risita nerviosa.

Después de la cena, no tardamos en regresar al cuarto con Daniel y la ropa encontró el suelo rápidamente; me puse en 4 en la cama, no perdiendo de vista las expresiones de sorpresa de mi amante, se coloco detrás de mi comenzando a lamer de arriba abajo mi espada, y deteniéndose delicadamente en mi coxis, enseguida se acomodo metiendo con fuerza su pene en mi coñito. Inicio movimientos rápidos que iban al ritmo de mis gemidos, a continuación lo detuve.


-lo quiero en mi boca- mientras me incorporaba, me di la vuelta y me incline para mamarcelo.


Con la mano derecha agarre su verga, la izquierda la puse en su nalga para empujarlo, su pene ya en mi boca fue masajeando como saboreando un helado, él se movía como follando mi boca, y la evidente emoción de Daniel impulso su ritmo hasta sentir mi boca inundada de su semen.

Sentí como se estremeció, luego de eyacular en mi boca saco su verga.


-saque la lengua- agarrándome del cabello mirándome morbosamente.


Abrí mi boca y saque mi lengua que la sentía con una fina capa de semen, tenia un sabor a crema, ni salado ni dulce, estaba fascinada con la forma en que me miraba, que tomaba una foto mental a la escena. Le limpie su verga con lamidas suaves que mantuvieron la erección.

Me acosté, fatigada con la idea de dormir, Daniel me siguió y me abrazo, quedando dormida casi al instante.

Soñaba que estaba en el colegio, en una clase en la cual estaba perdida y con el deseo de escapar del salón, pero mis amigas no me dejaban salir.

Me desperté casi a la media noche según el despertador que estaba en la mesa de noche, sentí un movimiento que me había sacado de mis sueños, la mano de Daniel estaba estimulando suavemente mi clítoris, pero lo suficiente como para humedecer mi vagina, sensación acompañada por dientes en mi pezón.


-quiero el ultimo- susurro a mi oído


Automáticamente y sin abrir los ojos me acomode para que se hiciera encima, me penetro nuevamente, con fuerza desde el inicio con el animo de despertarme sin éxito. La cama rechino de nuevo, mi coñito me ardía pero lejos de desagradarme pensé alegremente que esa calentura adolescente se había incrementado por mi culpa.


-que chimbaa- dijo Daniel mientras se venia de nuevo en mi vagina, que en esta ocasión note que estaba agotado y que su semen estaba al mínimo.

Volvimos a dormir, y continuar soñando...

Era domingo, Daniel se levanto temprano y se fue dejándome dormida en su cama.

lunes, 17 de agosto de 2015

Cigarrilo y Cerveza II

Hacia bastante calor ese Sábado en la tarde, lo que era siempre una buena disculpa para unas cuantas cervezas, que fueran acompañadas por buena música y los amigos cercanos, o por lo menos eso pensó Sergio al momento que llamo a Jonathan.

-¿vamos a tomarnos unas?- pregunto de tal modo que se notaba que no toleraría una negativa.

-¿y donde?- evidentemente resignado, pues sabia que no podía negarse y a la  vez ir significaba oír las burlas de Sergio.

-donde siempre-

Una mala energía parecía rodear a Jonathan apenas colgó: para qué putas voy a ir, que mamera este tipo, tengo ganas es de romperle la cara, pero si le digo que no, es capaz de venir hasta mi casa y seria peor, ¿quién lo sacaría de acá?, ¿qué mierdas hago?.

Entonces pensó en ir con otro amigo, pues tal vez seria más fácil soportar a Sergio entre dos, o simplemente no seria tan pesado como de costumbre, o corría el riesgo en el peor de los casos que las burlas se duplicaran. 

En todo caso decidió cumplir su plan, llamo a un amigo, el cual acepto el plan sin problemas y se dirigieron al punto de encuentro a unas pocas cuadras.

-¿y con quien nos vamos a encontrar?-

-ehh con el Sergio- dijo Jonathan titubeando.

-ahh con ese man, qué fastidio ¿no?-

-si, pero ahí nos gasta unas cervezas, la familia es de plata, y él siempre gasta-

Llegaron al lugar, que era una panadería conocida por muchos, Sergio estaba al fondo esperando, parecía que ya llevaba un par de cervezas, pues en el momento de acercarse éste se tropezó torpemente al levantarse para darles la mano. 

-vino acompañado marica-

-si, es que estábamos los dos, entonces pues le dije que viniera- fueron argumentos que parecieron disculpas.

-ahh todo bien, sentémonos por aquí que nadie nos vea-

Siguieron a una mesa en otra habitación, Sergio conocía bien el lugar pues el dueño era amigo de su padre, y por ese motivo le vendía cerveza pese a ser menor de edad. Se sentaron, y pidieron dos cervezas para cada uno.

-¿y quien es su amigo?-

-es Javier, el esta en decimo-

-que tal, ¿todo bien?-

-ahh si usted es el novio de Pilar, ¿cierto?-

-eramos-

-uhh que embarrada-

-pues si, pero el Jonathan si anda feliz con Evelyncita, ¿cierto?- mirándolo a los ojos como una maniobra para cambiar el tema.

-ufff si, con esa viejota, y no cuenta nada- dijo Sergio en voz alta y retadora.

Enseguida Jonathan se dio cuenta que su plan fracaso, puso su cara entre sus manos tratando de esconder sus expresiones.


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domingo, 16 de agosto de 2015

Pantys Rojos I

-Eres muy bonita, las más bonita del colegio- le dijo coquetamente Jairo mientras la veía organizar sus cosas para salir.

-ja, ya lo sabia- respondió Paola con seguridad, y apenas prestando atención a los elogios.

Se acercaron dos amigos de Jairo con animo de apresurar la salida del colegio, e ir a un partido de microfutbol que tenían pendiente.

-Esperen muchachos que estoy hablando con la princesa del colegio, con la señorita Paola- señalándola con su mano a modo de reverencia.

Sus dos amigos, siguieron lo señalado, contemplando la figura de Paola que les daba la espalda, lo cual les permitía ver a pleno su figura resaltada por un uniforme ajustado; se dio la vuelta y enseguida se desabotono dos botos de la camisa, pronunciando así un llamativo escote. Sus senos eran los que mas sobresalían en todo el colegio, y los tres espectadores se quedaron casi hipnotizados con la imagen. 

Ella teniendo conocimiento de sus atributos se movió de tal forma para resaltar aun más sus senos con movimientos que cualquier ojo atento seguiría, se agacho como buscando algo en el suelo.

-bueno, que se diviertan, me voy- tomo su maleta y se fue.

-que le vaya bien, linda-

-igual- respondió con mirada de desprecio.

Mientras se iba por un pasillo, Jairo ignorando a sus amigos la siguió, la vio bajar las escaleras y atravesar el patio hacia la salida; pensó en alcanzarla e invitarle un helado, pues era bien sabido que ella no tenia novio en el momento.

Acelero el paso para alcanzarla, la vio salir por la puerta y tomar hacia la izquierda a paso despreocupado, entonces Jairo salio y observo que Paola estaba hablando con alguien.

Un hombre de chaqueta negra y lentes oscuros en una moto, abrazaba a Paola por la cintura, como invitándola a que se subiera a su moto. Ella acomodo su maleta, y se puso el casco, se subió, a continuación arranco a toda velocidad la moto perdiéndose rápidamente de la vista cuando giraron en la esquina.


No 16. La Semana Libidinosa: Sábado de sexo delicado y la primera vez con un virgen. Parte 1

La semana siguiente me sentí feliz, tenia tres amantes estables que a su modo me daban placer y cubrían por completo mis necesidades sexuales, pensé que era mi estado ideal sin necesidad de involucrarme sentimentalmente, dando libertad a mis deseos. Los viernes eran para Cesar mi profesor, Lunes y Miércoles se los dedicaba a Julián en su casa-cuarto, mientras que Martes y Jueves estaba con Jasón.

Pasaron dos semanas más, estaba dichosa, sin embargo pensé que quería un poco más, entonces sucedió lo siguiente:

Mis padres habían organizado un viaje, algo así como una segunda o tercera luna de miel, en donde claramente la hija no podía estar incluida; con 17 años de edad iba a ser la primera vez que me quedaría sola por un tiempo prolongado, tema que no preocupaba a mis papás ya que confiaban plenamente en mi.

Pensé entonces en mis amigos del 4to piso, sin embargo aun no tenia la suficiente valentía para ir directo a tocar la puerta, Cesar estaría jugando futbol o trabajando por lo que no era una opción, Julián dedicaba los sábados a una novia que tenia al norte y Jasón tenia una ocupación secreta los fines de semana.

Sábados y domingos es para la familia, y estoy sola... uhmm que mal, pensé.

Eran aproximadamente las 2:00 pm y no sabia qué hacer, decidí entonces salir al parque y probar suerte, enseguida me sorprendió encontrar las canchas vacías y mi esperanza derrumbada.

-!mierda¡- dije en un susurro.

Regrese al apto bastante frustrada, tanto así que no me provocaba masturbarme, por lo tanto encendí la tv, hice algo de zaping dejando al final una película que hace tiempo no veía, "Réquiem por un sueño", la escena final siempre aumenta mi libido, cuando una de las protagonistas esta en una fiesta privada para conseguir drogas, ella esta desnuda con otra mujer, ambas en 4 y les ponen un consolador de doble punta para que ambas se penetren en un ambiente de muchos hombres que arengan "ass to ass... ass to ass", luces intermitentes y sudor vinculado al placer forzado y la abstinencia.

Apague la tv, mi libido subía proporcional a mi frustración, revise la ventana del 4to piso la cual tenia la persiana abajo, di un vistazo abajo y vi a Daniel, el del 4to piso, se encontraba hablando con dos amigos como tratando de descifrar qué hacer en su tarde de ocio. Baje aparentando no haberlo visto y con rumbo fijo a una banca cercana en la cual me senté mirando las nubes.


-Hola, tiempo sin verla- dijo Daniel sentándose a mi lado.

-Sí, he estado como ocupada últimamente- mirándolo a los ojos y dándome cuenta que sus amigos nos veían a la distancia.


Daniel tenia entonces 16 años de edad, era el menor de el grupo de primos que convivían en el 4to piso, estudiaba y siempre vestía con camisetas de los Chicago Bulls o de los L.A Lakers, su afición era el basket y sus 1.80 de estatura le ayudaba a tener éxito en el deporte, aunque era delgado tenia fuerza y agilidad que le hacían destacar en los torneos del barrio, y más tarde me di cuenta que también en campeonatos intercolegiados.


-la he estado buscando, y es que la pienso resto-

-¿y eso?- pregunte de manera coqueta.

-no me olvido cando la veía por la ventana desnudita- menciono como pidiendo permiso para hablar del tema.

-… y de lo otro- dándole permiso para ampliar su curiosidad.

-ufff si, eso me hizo pensar mucho- hizo una expresión que me hizo pensar que debió masturbarse mucho después de ese día que nos habíamos conocido.

-y, ¿pensar en qué?-

-es que tengo que confesarle algo, pero me da pena- sonrió tímidamente, pero había determinación en su mirada.

-¿qué paso?, dime tranquilo-

-es que soy virgen... y … pues... pensaba que... me gustaría mucho que... mi primera vez fuera con usted- se quito un peso de encima cuando concluyo.

-¿y por qué conmigo?- en tono juguetón que pretendía tranquilizar e invitar.

-es que usted me produce muchas cosas-

-¿Cuándo y donde?-


Aunque su fenotipo se asemejaba ya a la de un hombre maduro su reacción ante mi pregunta dejo ver al niño, se sonrojo y quedo desconcertado generando un silencio que evitaba mi mirada, se rasco la cabeza, y después de un par de minutos de silencio brotaron palabras.


-pues ahorita estoy solo, y hasta bien tarde llegan mis primos-

-entonces ¿vamos?- disimulando mi emoción.

-!de una¡-


Mi emoción fue seguida por una sensación de incertidumbre, pues seria la primera vez que yo seria la que tendría el rol de experimentada, lo que era novedoso, me producía algo de ansiedad pensar que podría intimidarlo y que todo fuera un desastre.


-por aquí es que veo tus shows ricos- entramos a su cuarto, y pude ver la vista hacia mi ventana.

-¿de verdad tu nunca...?-

-es que soy como tímido, y las niñas que conozco... son como monjas-


Me senté en su cama, Daniel permaneció de pie frente a mi, quitándose su camiseta. A continuación lo seguí y me quite la mía, no traía brassier y me encanto sentirme observada y morboseada como aquella vez semanas atrás. Me acosté y desabotone mi jean, el cual él me ayudo a quitar junto con mis tenis; me senté de nuevo y baje su sudadera y luego sus boxers. Su verga ya estaba dura, Daniel no se movía como esperando que yo tomara la iniciativa y lo guiara, entonces extendí mi mano agarre su verga para masturbarlo delicadamente.

-que rico lo hace- dijo tímidamente.

-¿te masturbas mucho?-

-ehh como 3 veces al día-

-y, ¿te gusta hacerlo mucho?-

-si, es una chimba-

-yo creo que te va a gustar mucho esto entonces- termine la oración y metí su verga en mi boca, haciendo movimientos lentos con mi cabeza, hacia adelante y hacia atrás.


Minutos después me acosté en la cama, abriendo mis piernas.


-ven hazte arriba-


Daniel se lanzo rápida y torpemente, tome su mano derecha y la guié a mi vagina.


-ahí métemelo todo- señalándole pues ya tenia muchas ganas que me penetrara.

Tomo su verga para dirigirlo a la entrada de mi coñito y fue metiéndolo lentamente, hasta que llego al fondo. Enseguida puse mis manos en sus nalgas, y le empecé a marcar un ritmo lento que fue aumentando en velocidad.


-que rico, ufff que cuquita, ¿si le gusta mi monda?-

-me encanta- susurre en su oído.

Lo guie y le enseñe cómo moverse para que me estimulara mejor, Daniel evidentemente emocionado seguía al pie de la letra mis indicaciones, lo cual me encantaba. Tome mayor control y me acomode para hacerme encima y cabalgarlo; él se entretuvo con mis senos cuando se los puse en su rostro al tiempo que hacia movimientos lentos y circulares con mi cadera.

Puse mis dedos en su boca, para que me los chupara y llenara de saliva, enseguida lleve mis dedos a mi clítoris al cual inicie a estimular con intensidad, esa sensación me llevo a acelerar el ritmo y solo me di cuenta de lo excitado que estaba Daniel con la sensación y la visión de verme masturbando.


-que rico, me vas ha hacer venir ya- le dije entre gemidos.


Me moví rápidamente, Daniel agarro mis caderas y percibí que las apretó con fuerza y desesperación, su rostro denotaba que se había venido adentro de mi, detuve mi movimiento y aumente la estimulación en mi clítoris dando como resultado segundos después un gemido ahogado de un orgasmo intenso que acababa con mi frustración del día; exhausta me deje caer sobre él.


-profesora enséñeme más- dijo Daniel

-¿me traes un poquito de agua?-


Daniel se levanto y fue por un vaso de agua, la cual no tardo en traer, me senté en la cama estirando mis pies, tome el vaso y tome medio vaso de un sorbo.

-quiero darle mas aquí- mientras Daniel ponía sus dedos en mi vagina y la estimulaba con el objetivo de calentarme de nuevo.

-tenemos toda la tarde ¿no?- dije con mirada traviesa que lo retaba.

No 15. El día S: Mis juegos sexuales, me manosearon 3 tipos en el parque. Parte 3

Su verga estaba húmeda a una media erección que me propuse completar mientras mi lengua pasaba suavemente por la punta, miraba fijamente los ojos de Jasón que estaban al parecer desconcertados pero lujuriosos; mi rostro contenía aun rastros de semen que no había secado.


-qué rico lo mama muñequita-


Me puse de pie, y busque hacerme encima de él, mientras Jasón dirigió su verga para penetrarme de nuevo, hice movimientos lentos logrando que su verga se pusiera cada vez más dura, a continuación él se levanto tomándome del brazo y llevándome al baño, me inclino frente al espejo del lavamanos del cual podía verse toda la acción, mi mirada oscilaba entre ver su rostro y mis expresiones de placer.


Al ver su cara me di cuenta que estaba atento a mi espalda, mi cola y el primer plano de la penetración, que no hacia con envestidas habituales, más bien eran movimientos circulares que me recordaban a cuando uno saca con el dedo los restos de un recipiente de dulce/arequipe que se deseaba fuese eterno.


-me dijeron que... te gusta el dedito en el culo- dijo como pidiendo permiso.

-si, me encanta- y pensé con algo de rabia en Julián.


Su dedo rozaba con la superficie de mi culo, como dudando y explorando a la vez.


-métemelo rico-


Al momento que entro su dedo sentí mucho placer, aumentado por ver mi propia expresión en el espejo, emoción compartida con Jasón que me miraba en el reflejo. Saco su dedo y me agarró de las caderas tratando de hacer mas profundas las envestidas. Su ritmo, potencia, además de mis gemidos fueron en aumento a la vez que con una mano me tomo del cabello, y vinieron un par de nalgadas que me dejaron la cola roja.


-mamacita que rico como cuela usted-

-más... más duro... hay si... más...-


Tuve una conexión especial con mi reflejo que me permitió en ese instante ver las expresiones de mis orgasmos, él con fuerza y ritmo agresivo me regalo el ultimo orgasmo de ese encuentro, intenso y con el toque especial de dos chorros de semen que acabaron en mis nalgas.

Me incorpore hipnotizada por la imagen en el reflejo, y pensé que seria un lío vestirme y salir así de sucia como había quedado.


-si se quiere bañar hágale de una- mientras me daba una nalgada.


Mientras iba camino a casa pensé que ya no estaba molesta con Julián, imagine que tenia que ver más con sentirme frustrada, y me relaje; comprendí entonces que no seria feliz con relaciones monogámicas y que lo mío era ser libre.

Eran pasadas las 5:00pm cuando llegue al conjunto, no quise entrar al apto aun y me senté en el parque a tomarme algo, estaba en un banco de concreto cercano a una cancha de basket que solo usaban los fines de semana, entre semana y esa tarde siempre se veían pocas personas, a veces nadie, me entretuve viendo a dos niños jugando... y vi a alguien familiar.


-te vez diferente sin las gafas- dijo una voz a mi lado.

-la hemos pensado mucho- dijo alguien más que se sentó a mi lado.


El primero que hablo se presento como Diego, no era muy alto, tenia 21 años de edad y vestía con una gorra y chaqueta grande, el segundo se presento como Oscar, que tenia 28 años, bastante alto, corpulento y llevaba una sudadera con una camiseta tipo esqueleto. Llamaron a un tercero que estaba jugando basket y al que si reconocí, y que se presento como Daniel de 16 años, era también bastante alto pero delgado. Eran los del 4to piso, y Daniel era el que habitaba ese cuarto cercano a mi ventana, luego me entere que eran primos que llevaban poco más de un año en Bogotá, pero que eran de Barranquilla.


-¿por qué han pensando en mi?- en tono inocente y despreocupado.

-por ese súper show de esta mañana- dijo Oscar tomando la iniciativa.

-y por tremendo cho...- Diego se vio interrumpido por un calvazo que le propino Oscar.

-shhh cállese estúpido-

-y las téticas- dijo Daniel tomando del pelo.

-ehhh otro, no joda hermano-


Esa breve interacción me sonrojo, cosa que notaron enseguida, pero a la vez tenia una sensación de alegría pues entendía que les había gustado mi juego de la mañana.


-pero no se ponga roja, más bien tiene que estar orgullosa- Oscar acaricio suavemente mi mejilla con un dedo.

-venga, muestre un poquito- con un tono retador.


Dude un momento, era claro que la idea de mostrar me divertía, sin embargo no los conocía lo suficiente y mi confianza en ellos era cero.


-uuu le dio miedo, no es capaz-

-pero tápenme- me decidí, con la condición que se acercaran y fuéramos discretos, de modo que nadie más se diera cuenta.

Me rodearon, Oscar y Daniel se sentaron a mis costados, mientras Diego se hizo de pie frente a mi, en seguida poco a poco fui desabotonando mi blusa, mientras ellos me observaban atentos y sorprendidos porque tal vez no creyeron que lo haría. Abrí mi blusa por completo dejando mis senos expuestos a sus miradas aún incrédulas.


-que ricas- mientras me pellizcaba mi pezón izquierdo Daniel, que se aventó sin preguntar.

-uffff se ven sabrosas- mencionó Diego agachándose y apretándome ambos senos.

-pa´ chuparlas toda la noche- Oscar se inclino y chupo brevemente pero con intensidad mi pezón derecho.

-bueno mucho por hoy- me cubrí y abotone rápidamente.

-¿y el resto?-

-si le falto lo más rico-

-bueno, pero rápido- me puse de pie, desapunte mi jean y me lo baje hasta las rodillas.

-uffff ese chochito pelado-


Percibí sus manos por todos lados, algunos agarraban mis nalgas, otros acariciaban mi coñito, y otros dedos intentaban entrar, la sensación fue espectacular para mi, no quería que se detuvieran, pero tenia que hacerlo... era tarde.


-¿y se lo va a dejar meter?- pregunto Diego con la seguridad de mi afirmación.

-otro día, me tengo que ir- pero con el deseo de quedarme.

Subí y apunte mis jeans, mientras oía protestas insistiéndome en no dejarlos. Si viviera sola seguiría jugando con ellos, pensé. Me fui rápidamente pero con la promesa que los visitaría alguna tarde.

Eran más de las 6:00pm, esperaba a mis padres con las persianas de mi ventana abajo, recordando lo bien que ocupe mi día en juegos de placer, e imagine que con ciertas condiciones podrían ser mejor.

Llegaron mis padres y me puse en modo: hija ejemplar.

No 14. El día S: Multiorgasmos y sexo con el mejor amigo de mi amante. Parte 2

Eran mas de las 11:00am, el juego de la mañana había elevado mi libido más de los habitual, y tenia en mi mente pasar una tarde de rico sexo con Julián, entendí que solo él podía lidiar con mi calentura, ya que nadie conocía mi cuerpo y mis gustos como él.

Toque la puerta insistentemente pero nadie abrió, me sentí frustrada por no encontrar a Julián en casa, lo que me llevo a una tienda cercana a tomar algo esperando que llegara pronto. Por lo pronto me entretuve visualizando la escena de esa mañana, ¿cómo se habrá visto todo desde ese 4to piso?, ¿les habrá gustado el juego?, entre otras preguntas que, me humedecieron al instante, logrando que mi mano bajara a mi jean y rozara mi vagina por encima, tuve entonces una idea divertida y perver...

El pensamiento se vio interrumpido por una imagen que genero varias cosas en mí, veía a Julián con una niña de otro colegio, él la agarraba de la mano, y la abrazaba muy cariñosamente, abrieron la puerta y desaparecieron de mi vista.

Ira, celos, frustración, traición y deseos de hacer daño, todas juntas y no por separado se acercaría a lo que sentí en ese instante, sin embargo mis acciones tuvieron como base una venganza infantil que muchos entenderían como pataleta. En ese estado solo pensé en alguien... Jasón.

Jasón era el mejor amigo de Julián, ambos muy diferentes, mientras Julián era muy atractivo y galán, Jasón se mostraba descuidado y poco atractivo, hasta el punto que muchos podrían pensar que una mujer debería estar loca para acercarse a tal personaje, su cabello largo, ondulado y sucio daban cuenta de los malos pasos en que andaba, nunca tuve clara su ocupación, pero el día de hoy diría que vendía droga en colegios y universidades.

Era evidente su mirada morbosa y lujuriosa cuando estábamos cerca, mirada que trataba de ocultar tal vez por respeto a su amigo, y que personalmente percibía como una mirada que me desnudaba y me hacia sentir algo incomoda, pues intuía sus pensamientos lujuriosos, además que tal vez conocía los detalles de mis encuentros con Julián.

No fue complicado encontrarlo, siempre se le podía ver en el mismo sitio jugando billar o simplemente compartiendo con sus amigos.


-¿Dónde dejo al noviecito?- inquirió Jasón mientras entraba al billar.

-esta ocupado y yo aburrida sin plan- respondí dejando claro que estaba disponible.

-pues le tengo le tengo el plan muñequita- mientras tomaba un par de tacos de billar y admiraba mi figura.


Su fisionomía me indico de inmediato que estaba en el lugar correcto, si quería "desquitarme" Jasón era el indicado a pesar que casi estaba segura que no podría ser agradable la situación, a continuación tome el taco como aparentando saber jugar.


-pero yo te gano fácil y no te quiero humillar- en tono juguetón.

-uuuuyy pues me arriesgo- siguiendo mi juego y la vez incrédulo.

-¿Qué apostamos?-

-si usted gana muñequita le regalo cualquier película que quiera en dvd-

-ehh puede ser, ¿y si tu ganas?-

-pues un besito-.

-jummm mejor no juego, mejor me voy a ver una peli- mientras salía del lugar.


No llevaba prisa, como dándole tiempo para que me alcanzara, se tardo en decidir, pero me siguió, puso una mano en mi hombro y dijo:


-espere muñequita, yo la acompaño ya que Julián esta ocupado, o más bien pasémonos por mi casa y le presto películas para que las vea-


Pensé en ese instante que era posible que conocía que su amigo estaba con una niña "ocupado", de modo que decidí ir con Jasón y ver si él podía aclarar mis dudas.

Su casa era un tercer piso, y como imaginaba era un desastre, una cama distendida y en el suelo ropa, revistas y caratulas de cds y dvds. Hacia adentro un calor insoportable, que junto con el olor a marihuana me dificultaba respirar bien.


-ufff qué calor hace, abre una ventana- dije suplicando.

-ya todo bien- mientras abría a media una ventana con el marco oxidado.


No ayudo mucho, el calor era intenso, él mientras prendió la tv y el dvd e inicio la reproducción de una película ya iniciada; y en todo momento su mirada no se quitaba de mi, como si esos ojos llevaran años sin ver una mujer, a continuación poco a poco desabotone dos botones de mi blusa blanca siendo consciente que Jasón estaría atento. Después el tercero, y el cuarto botón.


-quítesela toda muñequita- sugirió titubeando.


Me la quite enseguida, quedando en brassier y mis jeans, y sin dar mas rodeos me quite también el brassier, mientras me sentaba en su cama. Jasón se pasaba su lengua por sus labios, y me miraba como adelantándose a la acción.


-ayúdame con el jean- me acosté para facilitarle la tarea y despejar sus dudas.


Mis zapatillas, medias y mi jean quedaron en el suelo, mientras que Jasón con sus dientes bajaba mi tanga, me la quito, la agarro con sus manos la puso en su cara y la aspiro como si fuera una droga. Rápidamente se desnudo, enseguida se arrodillo y comenzó a olfatear en un estilo canino mi vagina, luego con su lengua quiso abarcar cada centímetro de mi coñito.

Siguió olfateando mi coñito combinado con movimientos que hacia que restregara su rostro contra mi coñito como queriéndose untar, mientras con mis manos agarraba su cabellera sucia.

pensé, mientras él se hacia encima de mi, chupando mis senos con desesperación a la vez que ya buscaba mi coñito con su pene.


-gócelo, todo suyo mamacita- haciendo entrar lentamente su verga hasta el fondo.


Hice ligeros movimientos como para invitar un ritmo que terminara con todo, sin embargo Jasón mantenía su propio ritmo, ni lento no frenético, pero constante y firme.


-apostemos a que la hago venir bien rico mamacita-

-vale, quiero toda las pelis- en tono que marcaba seguridad.

-y si yo gano me lo da cada vez que yo quiera, ¿vale mamacita?-

-vale-

Su ritmo y fuerza aumentaron, apostándole a la fricción de nuestros cuerpos ya sudorosos.

Intente desacomodarlo, pero son ningún esfuerzo Jasón maniobraba mi cuerpo, seguía a su ritmo firme y constante.


-que rico mamacita, así gócelo, se le ve en la cara cómo lo esta gozando-


Mi respiración se entrecorto, gemía ya sin control.


-No... no ...mhmmmm voy a perder-


Perdí, me vine, tuve un orgasmo que me hizo temblar toda, ahogándome entre el éxtasis y el ambiente caluroso que nos hacia sudar; quede tendida, relajada sin embargo Jasón mantuvo el ritmo.


-deme otro mamacita, vengase otra vez- susurro en mi oído.


Estaba nuevamente en camino, al borde del placer, puse mis manos en su espalda en el momento en que me estremecí y aruñe toda su espalda entras mi cuerpo se arqueaba y mis pupilas se escondían a la vez que salía un gemido largo, casi ahogado.

Jasón no se detuvo, vino un tercer orgasmo, intenso mientras me aferraba de pies y manos a mi nuevo amante, vino un cuarto y un quinto mas corto pero que me dejo exhausta.

Empapada en sudor, evidentemente agotada y con una gran sonrisa de placer recibí 3 chorros potentes y abundantes de semen en mis senos y cara.

Minutos después al recuperar el aliento, me puse de pie y me acerque a la ventana, sentí una brisa refrescante. Tenia hambre ya eran mas de las 2:00pm, me volví y observe a Jasón sentado al borde de la cama, y dije:


-quiero más- arrodillándome y poniendo su verga en mi boca mientras lo miraba a los ojos.

No 13. El día S: Masturbación con publico en el 4to piso, Parte 1

Meses atrás había cumplido 17 años de edad, me encontraba en mi ultimo año del colegio y llevaba una vida ideal y plena. Mantenía encuentros recurrentes con Julián en su casa-cuarto, y los viernes pasaba las tardes con Cesar. Ocasionalmente tenia aventuras con compañeros del colegio, pero eran muy esporádicos, pues mis dos amantes me daban todo lo que necesitaba en ese momento.

Ese miércoles había jornada pedagógica en mi colegio, por consiguiente no hubo clase y me quede en casa viendo tv, que en aquella época no era muy variada la programación, eran las 9:00am y mis padres estaban trabajando, estaba sola y sin mucho que hacer.

Entré a la ducha casi como ritual para iniciar el día, sin un plan para la joranada salí en toalla, me senté en mi cama, hice un poco de zaping y miraba la luz del sol que entraba por mi ventana.

Vivía en un 3er piso en un conjunto de apartamentos, mi vista era interior y daba al edificio de enfrente, ¿podrían verme mis vecinos?, pensé


Puse algo de atención y después de algunos minutos me di cuenta que en el 4to piso de ese edificio se encontraba alguien que si era atento podría verme; no sabia su nombre pero su rostro era familiar, lo había visto un par de veces jugando futbol en la cancha del conjunto con algunos amigos, por lo tanto debería tener entre 15-17 años de edad.

Mi intención se me presento claramente, quería jugar. Apague la tv y puse algo de música, sin alejarme de la ventana y usando unas gafas oscuras para evitar que las miradas se cruzaran.

Me quede atenta, pero nada sucedió, lo que me llevo a distraerme y quitarme la toalla, andando desnuda por el apto tuve una sensación fantástica, pues fui consiente creo que por primera vez de lo mucho que disfrutaba estar sin ropa.

Volví a sentarme percatándome casi enseguida de un movimiento, eran las cortinas del 4to piso, no pude ver con claridad con mis gafas oscuras pero asumí que era aquel muchacho, entonces decidí iniciar el juego.

Sin alejarme de la ventana deje que mi cuerpo siguiera el ritmo de la música, sonaban algunas canciones de Nine Inch Nails, sonó primero Terrible Lie, meneaba mis caderas y con ms manos acariciaba mis senos, apretando y halando en ocasiones mis pezones; siguió Wish y ahora tenia una mano en mis senos y la otra bajó a mi vagina; me acosté en el borde de mi cama mientras iniciaba Closer que a su ritmo hice movimientos pélvicos estimulando mi clítoris.

Acostada por fin pude ver con mayor claridad tres cabezas que se escondían tras la cortina del 4to piso, esta con dos amigos, pensé.

El pensamiento tuvo un efecto directo en mi, en un salto quede en 4 con mi cola en dirección a la ventana, apoye mi mejilla en la cama, teniendo un dedo en mi clítoris y otro en mi culo, haciendo movimientos rápidos que supe me llevarían pronto a tener un orgasmo, me di vuelta de nuevo y me acosté, seguí estimulando mi clítoris y con la otra mano apretaba unos de mis pezones. Gemía sin control, y enseguida vino a mi un orgasmo muy intenso que me hizo agradecer a Julián por enseñarme a masturbar meses atrás además de haberme alentado a hacerlo diariamente, mis dedos se habían vuelto ágiles y efectivos, de modo que lograba orgasmos intensos y húmedos, esa mañana el condimento de las miradas del 4to piso habían añadido una emoción exquisita.

Imagine esos tres penes duros deseando estar en mi, sentí esos ojos morboseando mi cuerpo desnudo mientras estaba acostada en el post-orgasmo... y permanecí largo rato para que lo siguieran haciendo. Vi a través de mis lentes oscuros movimiento en el 4to piso.


Esto no es suficiente, esa idea inundo mis pensamientos, y enseguida pensé en Julián.



Eran apenas las 11:00 am.



No 12. Reconciliación y sexo con mi profesor

Inicie una relación con Julián, no de novios, sino de amantes que se encontraban furtivamente todas las tardes, se había convertido en habito esperarlo en un parque y enseguida íbamos a su casa-cuarto. Pasados mes y unos días Julián saco una copia de la llave y me la dio, por consiguiente después de salir de clases iba directo teniendo cuidado que nadie me viera en su casa-cuarto.

Empecé a jugar con estilos diferentes, esperarlo y sorprenderlo al momento en que él llegara. Hubo días sencillos, en donde simplemente lo esperaba desnuda en la cama, otros días usaba ropa interior sexy que Julián me había regalado, y días en que me encontraba masturbándome.

Todo esto y más me permitió en aquel entonces tener mi primera pareja sexual estable de la cual aprendí algunos gustos y trucos; principalmente comprendí mejor la anatomía masculina, además de explorar constantemente con mi cuerpo. Esto ultimo fue fundamental, ya que hasta ese entonces solo me dejaba llevar y no me concebía como una amante que tiene un papel protagónico.

Salí de clases un viernes, y como de costumbre no me detuve a hablar con persona alguna, tenia hambre y pase por una tienda a mirar qué se me antojaba.


-me ha abandonaste- dijo una voz gruesa en tono de reclamo.


Gire mi cabeza y me encontré con una mirada casi inquisitiva.


-ehhh jummm- hice una mueca extraña que pretendía ser una sonrisa.


-pensé que teníamos algo, y algo buenísimo- menciono Cesar con entusiasmo disimulando firmeza.


-pues si... Ce... profe- respondí como disculpándome.


-¿y que tal si vamos a mi casa?-


-uhmm bueno... si- lo dije sin tener seguridad.


Mientras íbamos a su casa, pensé que: bruta¡ para qué dije que si, y ahora cómo me escapo. Entramos a su casa, la cual se sentía como una trampa para algún animal, porqué no tuve la valentía de negarme, volví a pensar. 



-¿es por lo de la ultima vez cierto?, es que estaba arrechísimo- tratando de iniciar la conversación en tono sereno.

-pues si, no me gusto lo ultimo- respondí tímidamente.


-no fue mi culpa, es que ese culo me vuelve un animal, y es que llevaba años que no hacia algo así-

-me dolió mucho- dije a modo de necesidad de consuelo.

-si, la cague, perdón, pero no quiero que nos alejemos- al tiempo que se sentó a mi lado y ponía su mano en mi pierna.

-era mi primera vez por atrás, y...- me interrumpió con evidente intención de evitar el tema.

-he extrañado mucho tu cuquita y tus téticas- y con la mano que estaba en mi pierna la subió rápidamente a mi vagina.

-¿Si?-

-empelótese y te lo demuestro, esas ganas que le tengo a esa cuquita- hacia movimientos lentos y circulares estimulando mi clítoris.

-pero por atrás nada- dije firmemente.

-solo quiero cuquita y téticas- abrió mi blusa, dejando mis senos al descubierto.

-esta bien-

-uffff estoy bien cargado por tu culpa- se levanto, termino de quitar mi blusa, me saco mi panty, y todo lo demás.


Mi vagina se humedeció rápidamente, Cesar me tomo de mis tobillos y puso mis piernas en sus hombros, apoyándome en el sofá principal de su casa.

Su pene entro con gran facilidad en mi vagina y no pensó en iniciar despacio, más bien empezó con un ritmo casi frenético.


-¿te.. seguisteee poniendo laaa … inyección?- me pregunto casi ahogado.

-siiiii- le respondí en un gemido largo casi desesperado.


Fue claro para mi que también lo extrañaba, fue el primer hombre de verdad en mi vida, y mi cuerpo... mi vagina, lo necesita. Enseguida Cesar se sentó en el sofá, me agarro de un brazo e hizo que me hiciera encima de él. Su verga palpitante la sentí casi hasta mi garganta.


-ufff que rico, ¿Dónde aprendiste eso?-

-por ahí- le dije traviesamente, moviendo mi cadera dibujando pequeños circulos.

-qué bueno estaaa, has estado como culiando ártico por ahí, ¿no?-


No dije nada, y a continuación Cesar empezó a buscar mi culito con sus dedos.


-¿dedito si se vale?- buscando mi aprobación.


-mmmm mmmm si- logre expresar entre gemidos.


Sentí entrar su dedo y con sus manos empezó a empujar mi cola para que el ritmo fuera mas intenso, a la vez que la oscilación facilitaba que su dedo entrara más y más en mi culo.


-sii, así, muévase putica, que rico-


Su dedo entro casi por completo, me deje ir hacia adelante para que tuviera a su alcance mis senos, movimiento que él entendió y comenzó a chuparlos con desesperación, en ocasiones me daba pequeños halonazos apretando mis pezones con sus labios, y en otros momentos pequeñas mordidas.


-¿ya me puedo venir?- me pregunto mirándome a los ojos.

-unnnn poquitooo mas- señalándole que quería venirme primero, y que no faltaba mucho.


Mantuvo un dedo en mu culo, y con la otra mano apretaba mis nalgas, empujándolas para marcar el ritmo, ambos estábamos ya empapados de sudor, y me excitaba la sensación de fricción húmeda entre nuestros cuerpos.

No tarde entonces en sentir que mi cuerpo se estremecía, venia el corrientazo y la perdida de control sobre mie cuerpo, seguido por una humedad que salía a chorros de mi vagina, como si estuviera orinando... percibía que me abandonaban mis fuerzas cuando me sorprendió una repetición de esa primera sensación, que me ahogaba en un gemido-grito que salió por si solo.

Cesar también había terminado, esta vez no fui consiente de aquello, y me deje caer sobre él, mientras ambos recuperábamos el aliento.


-ahora si cuéntame ¿Quién le esta enseñando?-

-es un secreto-


Es la primera vez que dejo plantado a Julián, pensé.



No 11. Un muchacho fuera del colegio

Una semana había pasado y estaba en total abstinencia, la experiencia anal con Cesar me había dado cierto temor a seguir el camino elegido, sin embargo la falta de sexo género en mí una fuerte ansiedad que notaba al haber tenido enfrentamientos tontos con mis padres y con algunas amigas en poco tiempo, no había hecho la conexión hasta que empecé a coquetear naturalmente con un muchacho de unos 25 años que vendía pulseras a la salida del colegio.

Me encontré en una fase en donde pensaba que los hombres en general querían hacer daño, idea que me asusto en un principio y me culpe por haberle permitido a Cesar abusar de mí. Pero, a la vez me negaba a elegir desligarme de una vida sexual satisfactoria.

Y, ahí me encontré por tercer día seguido comprándole manillas al muchacho, del cual me entere esa tarde que su nombre era Julian. Al adarme cuenta de la situación comprendí que muchos podían interpretar mis acciones como el movimiento de una gata acechando su presa, lo cual no me importo, además estaba entendiendo cada vez más las señales que me daba mi cuerpo de 16 años; mientras coqueteaba con Julian me sentía con calor y con una humedad creciente.

-¿me esperas y hablamos?- me dijo Julian al darme una manilla como regalo.

-voy a tomar algo en la panadería y vuelvo- conteste tratando de ocultar mi entusiasmo.

Julian era un muchacho popular, varias niñas lo notaban al salir del colegio, y esa tarde no era la excepción, iba junto a él pero habían tres niñas de otro curso, lo cual me inhibió, me sorprendió que Julian vivía en un pequeño cuarto a 4 cuadras del colegio. Las otras niñas hablaban con él, con conmigo, pero él trababa sin mucho éxito tener cercanía física conmigo, estábamos frente a su casa-cuarto, de la cual había una puerta de metal, tenía el impulso de escapar pero actué.

-¿me prestas el baño?- lo dije con torpeza.

-claro, es por aquí, niñas ya salgo y seguimos hablando- contesto mientras abría la puerta.

Entramos y me di cuenta que era un cuarto rectangular donde apenas había espacio para una cama y un escritorio donde tenía un pequeño reproductor de cds, en la esquina contraria a la puerta había un cuadrado que era el baño; con un impulso cerré la puerta.

-pon música ¿no te parece?- le mencione mientras exploraba el baño.

-¿te gusta linkin park?- decía mientras me mostraba la caratula y daba play.

Sonó a un volumen moderado, de modo que me permitía escuchar las voces y risas de las niñas que estaban afuera esperando a Julian. Me senté en su cama, y me recosté colocando mi mejilla sobre la almohada.



-mejor voy a darme una siesta- dije en un suspiro que sonó a invitación.

-esta cama no es para dormir- me susurro al oído mientras se acomodaba en la cama.


Su lengua entro en mi oído suavemente, que humedeció casi proporcionalmente a la humedad de mi vagina en ese instante.


-entonces no hay que dormir- le dije en un tono que indicaba placer.


Me tomo con fuerza, y se hizo encima de mi, me beso con pasión, y se sorprendió cuando metió su mano debajo de mi falda.


-¿y eso?- pregunto con desconcierto.

-no uso ropa interior- respondí en tono travieso.


(anteriormente cuando fui a la panadería, entre un momento a un baño y me había quitado mi ropa interior, con el objetivo de sorprender y seducir)


-ufff que rico, ¿le gusta ártico el pipi, no?-

-me encanta- en voz alta como dándole la bienvenida


No espero demasiado y entro en mi con fuerza, lo que genero en mi un par de gemidos que intente controlar


-JULIAN, NO NOS DEJE PLANTADAS- gritaban las niñas mientras tocaban la puerta.


Eso apuro a Julian, que incremento su ritmo.


-toca hacerle rápido- me decía disculpándose


Con mis piernas intente rodear su cintura, acomodándome a su ritmo, y haciendo movimientos intensos que hacían que mi clítoris tuviera mejor estimulacion.


-ufff ya casi me vengo, lo quiero echar en tu carita- lo dijo jadeando y casi ahogado.


Julian se levantó, me agarro del cabello para hacerme sentar al borde de la cama, metió su verga en mi boca, la metió y la saco cinco veces, enseguida lo saco, lo puso cerca de mi cara y con su otra mano se masturbaba... hasta que sentí que mi cara se bañó en 4 chorros de semen que salieron con fuerza.


-que deliciaaaa ahhh- gemía y restregaba su verga por toda mi cara.


Me levante fui al baño y quede encantada con la imagen que vi en el espejo, mi rostro totalmente bañado de su semen y mis mejillas de un rojo intenso.

Julian abrió la puerta y salio, mientras yo me limpiaba mi cara. Espere unos momentos y salí, no vi a nadie, por lo tanto cerré la puerta y me fui a casa.

Ya lo necesitaba, pensé, mientras caminaba.