lunes, 21 de diciembre de 2015

Reto del Bukakke Parte 1

Ellos me retaron, dos compañeros de la universidad que parecen estar curiosos o tal vez han visto demasiado porno; o tal vez las cosas que hablan de mi hace que las personas se tomen cierta confianza conmigo, pienso que hay quienes quieren poner a prueba mis limites, y que también hay algunos que saben lo que pueden lograr conmigo.

Ellos me retaron, y se mostraron escépticos, por lo que dude en aceptar, no por la propuesta en sí, sino por mi sospecha de que sea una broma; a pesar de esa duda acepte, queriendo ver hasta donde iba la propuesta, sus alcances y veracidad.

Es un apartamento no muy grande, es tarde en la noche, en la sala hay un tapete blanco muy suave, en el que estoy arrodillada y desnuda ante ellos. Es el apartamento de Juan Pablo, y esta con su amigo inseparable Camilo; hay otros cuatro hombres, todas son caras familiares, pero no tengo nombres para esos rostros, sin duda son de la universidad, los habré visto en algún pasillo, en la inducción, la cafetería, algún bar cercano, un auditorio.

Nunca he visto tantos penes juntos, todos están desnudos y mirándome, me gustaría saber qué están pensando; la música esta alta, parece que JP disfruta la electrónica, y disfruta hacer reuniones en su apartamento, me pregunto si ya han tenido otras mujeres en esta misma posición.

La verga de JP entra en mi boca, la disfruto, la saboreo, la de Camilo esta en mi mano, y otra en mi otra mano, todos se juntan y buscan restregar sus penes en mi cara, alguno me da un par de golpecitos, haciendo que yo parpadee automáticamente, los veo que se masturban y me observan. Esa imagen me excita, quiero que me penetren... pero aún no lo van ha hacer. Viene a mi mente la conversación que tuvimos con JP y Camilo en la U, cuando me dijeron:

-...vienes, vamos a estar varios y te hacemos un bukakke-

-¿Un que?- pregunte no por ignorancia, quise reafirmar o que creí escuchar.

-Entre varios hombres te bañamos en semen- lo dijo con mayor seguridad, parecía que tenia la certeza que aceptaría el reto.

Abro mis piernas, llevo una mano a mi vagina, quiero estimularme mientras... uno de ellos da un paso adelante, aparta a JP con el brazo, veo que me apunta con su verga, abro la boca esperando que meta su verga, pero me sorprende con tres chorritos de semen que dibujan tres lineas desde mi mentón hasta mi frente, unas pocas gotas entran en mi boca, la saboreo y juego con su semen en mis labios.

-No te limpies- dijo Camilo colocando su mano en mi hombro. Enseguida puso su verga en mi boca, la metió y saco un par de veces, luego se froto y al poco tiempo eyaculo en mis senos, con dos chorritos fuertes que atravesaron mi pecho de lado a lado, luego puso su pene en cada unos de mis pezones, mojandolos con su liquido.

-¿Quién sigue?- dije en voz alta en un tono pícaro.

-La noche apenas comienza- dijo alguien.



Continuara en 2016... que vendrá con más Pensamientos Libidinosos.

Feliz fin de año a mis lectores, mucha diversión y mucho sexo.

martes, 15 de diciembre de 2015

Todos Fracasos IV: Obesidad Morbida

Creo que Ruben lleva casi un año haciéndome la misma invitación, creo que no la he aceptado solo porque me suena a un plan demasiado romántico, y el romanticismo cursi me crea algún tipo de aversión.

Esta cursando su segunda carrera como administrador de empresas, es chef, parece que desde hace años tiene obesidad mórbida, que hace que sea alguien reconocido en la U, en parte por su físico y en parte porque es una persona realmente agradable.

Desde que nos conocimos siempre me hablo de ir a su apartamento, en donde me prepararía lo que yo quisiera acompañado por vino; nunca me decidí, y no fue enteramente por su físico que he evitado esa invitación tanto tiempo, pero debo admitir que en parte sí lo era.

Amigos y amantes no perdían ocasión para hacer bromas, en donde la imagen común era que si follaba con Ruben quedaría totalmente aplastada.

Mientras él abre el vino todos esos chistes vienen a mi, en una cascada de memorias, de algún modo no pude contener una risita.

Pero la risa termino en el momento en que estoy en su cama, desnuda y esperándolo; ahora hay miedo y ansiedad, Ruben es realmente grande y obeso, me da curiosidad la experiencia pero a la vez me siento como una virgen sin tener la mínima idea de qué hacer y cómo hacerlo.

Se desnudo a los pies de la cama, no pude ver su pene, su barriga lo cubría totalmente, vi que se tambaleo un poco por efectos del vino, se tumbo suavemente en la cama, y rece para que ese movimiento no me catapultara contra el techo, sonreí con la imagen y abrí mis piernas hacia él. Ruben con sus dedos y su lengua comezo a explorar todo mi coñito, con paciencia.

A continuacion se puso de pie, tomo un poco más de su vino y rego unas gotas en mis senos, parece estar mucho más ebrio de lo que imagine; enseguida lentamente se empieza a posar encima de mi, siento un desespero por la idea de tener todo su peso encima, él por otra parte parece olvidar ese detalle.

Se deja caer suavemente, y me penetra, puedo sentir que mis pulmones tienen menos espacio para el oxigeno, trato de moverme y acomodarme para ganarles espacio, y lo logro parcialmente; Ruben empieza a moverse con agilidad, me sorprende, me aferro a él, empiezo a sentir placer y comienzo a pensar que puedo aguantar.

Súbitamente él se detiene, estoy esperando un cambio de posición, pero no sucede nada, solo siento su profunda respiración, y su peso en mi.

!Maldita sea¡ se quedo dormido, eso le sucede por tomar tanto, halo su cabello y hundo mi dedo en sus mejillas para despertarlo, pero apenas consigo algunos balbuceos, no se mueve, y parece que no tiene planeado hacerlo.

Empujo con todas mis fuerzas colocando mis manos en su pecho, ni un milímetro puedo moverlo, luego intento por un costado tratando de llevarlo al borde de la cama, pero todos mis esfuerzos no tienen buenos resultados.

!Maldita sea¡ debí tomar la iniciativa y hacerme encima, pero no, me estoy desesperando, no sé qué hacer; a continuación se me ocurre taparle la nariz con mis manos, tal vez ahogándolo reacciones, pero siento temor de alguna reacción violenta.

!A la mierda¡ si no hago nada aqui me quedare, me decido ha hacerlo, hago un esfuerzo para llevar mi mano derecha a su rostro, con dificultad lo consigo, tapo su nariz, en un principio nada, luego hace un violento movimiento hacia arriba y se desliza hacia mi izquierda, cayendo al suelo en donde todo su peso reposo en la alfombra, y sin despertar del todo.

!Soy libre¡, mis pulmones vuelven a tener espacio para el oxigeno.

Solo pienso en vestirme e irme y hacer algo con esta frustración.

¿Donde esta mi ropa?... hay no, no ahí... !MALDITA SEA¡


No 30. Masturbación en el bus

He dormido poco, tengo preocupaciones nocturnas del futuro, o del presente, no lo sé; pasé la noche con imágenes de una vida sin futuro, no tengo idea a donde voy, tengo una gran incertidumbre si la carrera que elegí me va a brindar tranquilidad.

Es temprano, muy temprano. Voy sentada en un bus casi vacío, el trafico es terrible, debo llevar 15 minutos frente a la misma casa antigua por la Av Ciudad de Cali, escuche que graban novelas en esa casa, por su toque antiguo y elegante.

Observo atentamente por la ventana, no tengo nada mejor que hacer, las personas se ven desesperadas; un taxista no para de pitar, de la camioneta que esta al frente puedo ver que agita sus brazos y hace señas con su mano, me apoyo contra la ventana, como queriendo dormir y despertar en mi destino.

Se oye un cristal rompiéndose, seguido por gritos de varias personas, puedo ver un hombre corriendo a toda velocidad con algo en la mano. Odio cuando eso sucede, e ideas de justicia y rabia se apoderan de mis pensamientos, me pongo tensa y mi respiración se acelera. Al darme cuenta, hago un esfuerzo por re-dirigir mis pensamientos... necesito tranquilizarme.

Viene a mi imágenes del fin de semana pasado, follando con mi jefe en vía publica bajo una llovizna, un compañero de la U que es el culpable de que haya dormido poco, una cita a ciegas que termino en un motel. Los recuerdos me tranquilizan, puedo darme cuenta que mi cuerpo se relaja y pasa a un estado en donde se desconecta del instante.

El bus no se mueve, debe haber un accidente lo que puede implicar estar aqui un tiempo importante; estoy sentada en la ultima silla, la entrada/salida es en la parte del frente, el conductor es joven, no debe tener más de 25 años de edad, y va con un compañero que parece ser contemporáneo, seguramente fueron compañeros del colegio... hablan estupideces en voz alta. En la primera fila hay una señora que debe estar en sus 50´s, parece estar muy apurada, detrás de ella hay un hombre joven con saco y corbata. Unas filas más atrás esta un hombre canoso, con un chaleco, parece un profesor, a su lado hay otro señor, sucio y descuidado, huele a tierra y gasolina, cada vez que lo veo impulsivamente intento abrir más ventanas.

Mis recuerdos me están excitando, empiezo a sentir calor, un calor que me hace sentir incomoda y desesperada por no poder hacer nada; decido pensar en otras cosas que me permitan sobrellevar la situación: el trabajo, la U, las vacaciones, el próximo año. Sin embargo nada de eso me resulta útil , ahora estoy profundamente aburrida, y lo peor es que la biblioteca, mi referente de que estoy cerca a mi destino, ni siquiera se asoma a la distancia.

"Necesito hacer algo, o voy a morir aqui encerrada, y ¿si me pongo a leer algo?, pero, ¿qué voy a leer la sentencia del juzgado que llevo?, eso seria peor.... estoy tan excitada, ojala fuera a la oficina de Victor o de alguien... uhmm sera... no, mejor no, además con jeans seria muy incomodo. Bueno, igual no tengo nada que perder... nadie se va a dar cuenta..."

Al desabotonar mi jean pensé en lo practico que habría sido llevar minifalda, pero cuando la distancia es grande prefiero los pantalones. Deslizo mi mano entre el pantalón y mi panty, de modo que me froto por encima del panty ligeramente, sin prisas, dándome cuenta lo húmeda que ya estaba.

El bus empieza a andar lentamente, bajo un poco mi jean, dirijo mis dedos directamente a mi clítoris, mantengo mi mirada en los otros pasajeros, vigilando mi privacidad, y la sensación de peligro y miedo lleva mi placer a otros limites; la idea de ser observada, ojos y miradas lujuriosas apreciandome... deseándome.

Lo hago intensamente, mi mano me genera muchos placeres, conoce mi anatomía, mi clítoris ultrasensible; debo terminar lo que empece, no quiero quedar a medias y frustrada, entonces busco un orgasmo, uno ligero, no puede ser muy intenso pues eso me delataría.

Se suben dos nuevos pasajeros, llevan uniforme de colegio, pero no me detengo, sigo estimulandome el clítoris, estoy tan llena de placer que he olvidado dónde estoy y hacia dónde voy; estoy más húmeda, empapada, me froto con mayor intensidad y puedo percibir que mi rostro empieza a ponerse rojo, hay mucho calor, mi rostro arde, mi boca se abre como si me estuviera ahogando, mis piernas se contraen y con una mano aprieto fuertemente la silla del frente. Me detuve, ese ligero orgasmo seria suficiente por el momento.

Los dos nuevos pasajeros se sientan en la ultima fila, justo a mi lado, me pregunto que habría pasado si...

Ese pensamiento es interrumpido al darme cuenta que estoy cerca a mi destino, me acomodo mis jeans, me lo abotono, los dos muchachos del lado me miran interesados y desconcertados a la vez.

Hoy no Pilar, hoy no, me dije a mi misma, tratando de enfocarme...


lunes, 14 de diciembre de 2015

Alcohol y Sombras II: En la calle, bajo una llovizna

Estoy ebria, veo luces moverse en el cielo, no sé si son reales, o si estoy dormida soñando con luces que parecen naves espaciales rondando el oscuro firmamento. Puedo notar que hace frío, pero el alcohol en mi sangre me protege del clima bogotano de la madrugada; Sí, eso lo recuerdo bien, salí con mi jefe a tomar algo, eso es real, con el movimiento la linea del sueño y la vigilia se hace claro.

Es un taxi, Victor aunque evidentemente alcohólico sabe que no quiere poner su vida y la de nadie en riesgo, eso me tranquiliza... otra vez oscuridad.

Mis ojos se abren de nuevo, pero no por completo, mi mejilla esta pegada al vidrio de la ventana, trato de sentarme bien y miro a mi derecha, puedo verlo observándome, creo que le divierte verme así. No sé a donde vamos. Mis ojos se cierran de nuevo.

Hay un ruido extraño y familiar a la vez, tengo una sensación placentera y no reacciono; escucho una conversación pero no distingo las palabras, puedo reconocer la voz de Victor, la otra voz masculina me es desconocida, es ronca y con un acento particular. Sí, son dos dedos en mi vagina, puedo sentir que mi nuevo jefe esta inclinado hacia mi, percibo la cercanía de su cuerpo.

A él le encanta que no use ropa interior, me reta a salir a menudo de esa forma, y jugar, divertirme con ello; sin embargo se vuelve una condición cuando salgo con él, me ha comprado minifaldas para que las use cuando salimos juntos, "con minifalda y sin cucos" me dijo esa misma tarde antes de ir a un bar, me llevo al Exito de la calle 53, eligió ropa para mi, con la condición que debería mostrarle mientras me probaba ropa... en el probador. Ese recuerdo me excito demasiado, me moje y los dedos de mi jefe chapoteaban en mi coño como un pez en un balde.

Decidí no abrir los ojos, gemí, y puse un dedo en mi boca para morderlo; de nuevo escuche a Victor comentando algo con alguien, no le entendí, parecía estar divirtiéndose... es su estilo, entre semana dedicado al trabajo y el fin de semana pierde el control. Abre mi blusa, aprieta mis pezones con sus dedos, y luego con sus dientes.

Enseguida abro los ojos, el taxi esta en movimiento, y mi jefe estimulandome con sus dedos mira atentamente las expresiones de placer de mi rostro.

-...así borrachas...- fueron las únicas palabras que entendí, cuando le hablo al taxista. Él no seguía mucho la conversación, pero parecía apoyarlo y asentir en sus comentarios.

No es muy hablador en sano juicio, pero con que se tome una cerveza todo el mundo se hace digno de su confianza y de hacer parte de su circulo más intimo.

Me sentí totalmente desinhibida, me quite la blusa, y la deje a un lado, luego la minifalda, de modo que solo conserve mis botas negras que llegan hasta mis rodillas. Sé que le encanta eso.

-...parqueese aqui- saco un billete de la billetera, y lo puso en el hombro del taxista, le dio tres firmes golpecitos y le dijo: -... y esperece un ratico-

Victor me tomo firmemente del brazo, bajándome del taxi, pude darme cuenta que había una leve llovizna, hace frió, pero mi calor interno me impide sentir frío; las calles están muy inclinadas... debemos estar cerca de su apartamento, pensé. Mi cuerpo rápidamente es cubierto por gotitas, paso mis manos por mi cuerpo, en parte jugando, en parte cerciorandome de qué tantas gotitas habían; claramente no estaba empapada, pero mi cuerpo quedo con el brillo de una tenue humedad que refleja tímidamente las pocas luces de los postes de la calle. Victor se detuvo unos segundos para contemplarme desnuda, bajo una llovizna nocturna esperando a ser poseída.

Guió mis manos a una reja, al sujetarme del frío metal puedo darme cuenta que es una casa abandonada... espero que no hayan fantasmas... o duendes, pensé y sonreí. Mi jefe, aferrándose de mis caderas, me penetra fuertemente con su verga, le gusta ponerme en 4, y mi vagina esta realmente feliz de recibir sus atenciones, me muevo a su ritmo, estoy feliz, estoy excitada, parece como si alguien quisiera tumbar esa reja de metal.

Trato de hacer el menor ruido posible, pero él hace de eso una tarea imposible de cumplir, la reja se mueve, él me penetra con más fuerza como queriendo llegar al fondo, mis gemidos salen y se vuelven palabras:

-Más... más...sí...así....más...- pienso en el taxista, en el buen espectáculo que esta viendo, y esa sola idea, hace que mi mano vaya a mi clítoris, y con apenas rozarlo un intenso orgasmo llena todo mi cuerpo de sensaciones desesperadas y placenteras. Mi jefe acelera el ritmo, y enseguida siento que clava sus uñas en mis caderas y se viene dentro de mi vagina con tres embestidas finales.

Me toma del brazo, al caminar siento que su semen se escurre entre mis piernas, la sensación húmeda y caliente me hace dar frió por primera vez. Victor quiere que entremos al taxi, pero lo detengo y le digo:

-Pasame algo para limpiarme- puse una mano en la puerta del taxi para apoyarme, estoy mareada, abrí mis piernas y con la otra mano puse mis dedos en mis labios vaginales, los abrí y más semen salio. Siento pasos que se avecinan, me doy vuelta para mirar, asustada, pero son un par de perros.

Mi jefe toma su pañuelo, y desde atrás seca toda mi vagina, alzo la mirada y veo los ojos del taxista mirándome, mientras apoya su barbilla en una mano que tiene sobre la superficie del techo de su taxi. Sonreí porque no sabia qué otra cosa hacer.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Todos Fracasos III: Rubio, de ojos azules

Desde que lo vi no pude apartar mi atención de él, un perfecto cabello rubio y liso, casi tan largo como el mio, y más alto que todos los hombres que estaban en el bar. Estoy segura que no le faltan mujeres... y hombres si ese es el caso.

Me siento afortunada de estar en sus brazos mientras subimos en el ascensor; tiene una acento muy extraño, apuesto que es de Suecia, o tal vez Noruega, no lo puedo decir con seguridad, pero si puedo decir que tiene un excelente físico, me derrito aquí, apretándome contra su pecho.

Fui suya desde el momento en que me hablo, y dijo:

-Eres mujer bonita... yo quisiera saber la hora que sale de aqui...- le regale una sonrisa, en parte por su encanto, en parte por lo divertido que fue escucharlo hablar.

De solo pensar en la noche de sexo que me espera me humedezco, sí, estoy bastante excitada, tal vez por la novedad, por los encantos que tiene un extranjero en tierras lejanas.

Entramos en la habitación,  no es muy grande, y puedo ver que no es muy organizado, su ropa esta amontonada en un pequeño sofá que no da espacio para sentarse. No quiero perder tiempo, estoy ansiosa, entonces me siento en su cama, y me quito mis botas y mis pantalones, luego el saco negro, quedando solamente en ropa interior; enseguida el me imita, dejando toda su ropa en el suelo, dejando ver una erección parcial.

Lo hace con naturalidad, las mujeres deben caer siempre hipnotizadas con esos grandes ojos azules; tomo su pene, lo meto en mi boca...lo saboreo mientras me toma del cabello, paso mi lengua por todo el glande, su erección se hace cada vez más firme. Pone su mano delicadamente en mi mentón, levanta mi rostro y me besa tiernamente.

Me quita mi sujetador, luego se agacha ante mi y con los dientes saca mi tanga; me acomodo en la cama, él se pone un condón rápidamente, se deja caer sobre mi, y me penetra suavemente.

Muy suave lo mete y lo saca, a un ritmo muy lento, empieza a decirme cosas al oido:

-ohh bella... te amo... bella mujer- abrí más mis piernas y me aferre a él, apara que me follara más fuerte... pero no sucedió.

-ohhh sii...ahhh....mhhh- comenzó a gemir, como actuando en una porno, y comenzó a hacer movimientos que solo puedo definir como ridículos y actuados.

Abrí mis ojos desconcertada por los ruidos espantosos que este tipo hace, no sé si llorar o reír, su pene es de un tamaño normal, pero sus movimientos suaves, estereotipados y ficticios no generaron ningún tipo de placer en mi. Es como fingir que esta follando cuando esta follando... así como cuando un actor finge correr en lugar de correr.

Decido entonces relajarme, y esperar que el hombre rubio de ojos azules acabe con su actuación; empiezo a imaginar que debido a su belleza ninguna mujer le ha criticado sus talentos como amante, y él se ha convencido que es todo un as en la cama.

Sus gemidos se hicieron más intensos y graciosos, contuve la risa, él lo interpreto como un orgasmo, y al poco tiempo se vino. Él estaba sudando y jadeando, como después de haber corrido una maratón.

-¿te has venido... mujer hermosa?- pregunto, mirándome a los ojos mientras ponía de pie y se quitaba el condón.

-ehhh si- respondí, y entendí el mito, es difícil decirle a este hombre que no, rompe el corazón solo pensar en hacerlo sentir mal.

-yo poder... ser el amor toda noche, soy caliente mami- dijo con entusiasmo. Maldita sea, y su forma de hablar me esta matando, pensé mientras contenía una carcajada.

-ahhh, entiendo, pero me tengo que ir- dije sin pensarlo, solo quería huir y reír libremente.

-ohh muy pesar- lo vi genuinamente triste, tan triste que por un momento pensé en quedarme, pero no, si no me voy ahora, no podre aguantar esto toda la noche.

Cuando subí al taxi, no pude contenerme más, una gran carcajada salio de mi, fue tan intensa y duradera, que llore y mi estomago empezó a doler, duro todo el trayecto hasta mi casa, y mi libido quedo en cero. El taxista también rió sin saber porqué.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Tetas Pequeñas

Tener senos pequeños es algo bien particular, una se suele sentir en los comienzos menos y, poco atractiva; como que las miradas van a otra parte y no ha ti, lo que puede ser un factor de riesgo para el autoestima, que se ve afectado por una serie de mitos que te hacen sentir que debes hacer algo al respecto o resignarte a que no te miren.

Soy consciente que tengo el sesgo latinoamericano, por lo que me encantaría saber sobre este mismo asunto en otras partes del mundo. En ese sentido hablo desde mi experiencia en Bogotá, Colombia y cómo viví esto en mi adolescencia y mi edad adulta.

Desde los 15 años de edad aproximadamente empece a usar brasier, y desde entonces mi talla no ha cambiado, 32 de copa A. Desde el punto de vista de comodidad me sentí afortunada, no pasaba por las incomodidades al correr, hacer deporte, entre otras cosas típicas de la edad y el colegio que si pasaban mis amigas más cercanas.

Pero me daba cuenta que a mis amigas las miraban más, y les traía algo más de "suerte" en muchos aspectos de la vida. En otras palabras pensaba que ellas eran bonitas y yo era la fea.

Sin embargo notaba la gran sensibilidad que tenia en mis senos, y me preguntaba si ¿acaso entre más grandes más sensibles?.

Pronto, y digo pronto es a los 16 años de edad descubrí que habían hombres que disfrutaban de los senos pequeños, y les gustaban, lo cual me lleno de alegría, pues tuve la certeza que podría ser atractiva así no tuviera unas tetas grandes. Ello me relajo, y me permitió disfrutar de las que la naturaleza y la genética me dieron.

¿Te las vas a agrandar?, te las podrías operar. Estas fueron cuestiones que vinieron en la adultez, y que entiendo porqué muchas mujeres optan por el sí; en mi caso siempre he tenido la certeza de que o es una opción viable, ya que soy feliz como soy.

Aprendí que así sean pequeñas, me puedo divertir con ellas, puedo seducir, puedo no llevar sujetador y no pasa nada.

¿Y en el sexo?. Bueno, pues seguramente no podre hacerte una rusa como en las películas XXX, pero particularmente me encanta que me pasen el pene por los senos, los pezones, y que terminen ahí; lo disfruto muchísimo, y he visto que mis parejas también lo disfrutan.

A pesar de su tamaño atraen miradas curiosas y de deseo, lo que hace que a la hora del sexo reciban mucha atención...

¿Qué opinas?, cuéntame un poco de tus experiencias, coméntame ¿qué es lo que más disfrutas de los senos pequeños?...



viernes, 4 de diciembre de 2015

No 29. Pasando la materia

Nunca he tenido a las matemáticas en mis afectos, creo que desde muy niña aprendí una especie de bloqueo mental ante los números; grande fue mi sorpresa y decepción cuando me di cuenta que habían varias materias de matemáticas y estadística los primeros semestres de la carrera, creo que es una sensación que muchos y muchas de los que estudiamos psicología tenemos ese primer año.

Estadística II fue al finalizar el año mi monstruo negro, por alguna razón deje de asistir a esa clase, aún sabiendo que la perdería. Tal vez es el profesor, un viejo canoso malhumorado que siempre huele a cigarrillo; parece que nos ve a las psicólogas como ineptas para su materia, en sus ojos puedo ver que no nos soporta.

El año esta finalizando, y según mis cuentas, por fallas y parciales apenas me voy a sacar un 1.5 sobre 5. Tengo rabia, me descalifico a mi misma, pensando que el próximo semestre tendré que volver a ver Estadística II; en su metodología le gusta divertirse viendo sufrir a las personas, de manera personal, le agrada tener entrevistas personales para explicarles el porqué de las notas, mirando a los ojos a sus estudiantes y "degustando" su nerviosismo, para rematar siempre con su frase característica de "yo sé que ustedes son psicólogas, y no les interesa esta vaina, pero tienen que aprender a hacer estas pendejadas...".

Cuando entraba a clase siempre recibí de su parte un "tenemos una estudiante nueva...", quería matarlo, pero nunca fui capaz de responderle algo. Tiene fama de viejo verde pervertido, no porque saliera con estudiantes, sino que algunos decían que lo veían siempre viendo porno en la sala de internet de la U; sin embargo mi impresión es que odiaba a las mujeres, las miraba con una extraña combinación de deseo y desprecio que generaba miedo o asco, o las dos. Pero eso es solo una percepción femenina, ya que los hombres lo veían como un señor de un malhumor que les parecía gracioso, y es que para ellos había un trato evidentemente diferente... y no es que nadie pensara que era gay, pero se le veía más relajado, tal vez las mujeres lo intimidaban.

Y... aquí estoy sentada esperando mi turno para que este profesor me comunicara mis notas, pensé en no asistir, pero imagine que podría ser peor huir de la situación. No resulta muy alentador ver los rostros de mis compañeras cuando salen del salón donde esta el profesor, algunas se ven molestas, otras con lagrimas, y claro, mis compañeros hombres salían sonrientes, no me imagino cómo voy a salir yo, pensé. Tuve una imagen mis, saliendo arrastrándome por el suelo, y con lagrimas negras. Que bueno que no me puse maquillaje.

Me puse unas botas y una minifalda, una blusita esqueleto negra con el logo de Ac/Dc en azul, depronto pensé que había sido mejor haber elegido algo más "masculino", esos pensamiento me ponen más nerviosa, y lo peor, me dejo de ultimas, debe tener su mejor repertorio para mi... la estudiante nueva en sus clases.

Maldita sea, llego mi turno, estoy temblando; me asomo por el borde de la puerta, y puedo verlo que esta de pie junto al escritorio del salón:

-Señorita Pilar, pase- con sus manos señalo una silla. Pase y sin decir palabra alguna me senté, no lo miraba, mis ojos estaban clavados en el suelo.

-¿Sé le perdió algo?- dijo secamente, y mi miedo se volvió terror por tener que verlo a sus ojos.

-No, nada- respondí con una vocecilla apenas audible.

-Pensé que no se iba a dignar a venir hoy- la ironía en su voz encendió mis ojos de rabia, no porque fuera a atacarlo, sino más bien estaba acorralada.

Después de una larga disertación sobre mi desinterés y mi ineptitud me percate que había sido muy optimista, mi nota final es 1.1 sobre 5.

-Pero, podemos llegar a un acuerdo, tengo una propuesta que solo es para sus oídos... y solo se la digo si esta dispuesta, y sino, nos olvidamos de esto y nos vemos el otro año- vi su particular interés, pero era confuso ya que la sequedad en su tono se mantuvo.

-Pues, no quiero repetir la materia...- respondí, dejando claro mi disponibilidad.

-Me han contado que es buena en algunas... cosas, si quiere pasar la materia, la recojo en mi carro en..-  vi las intenciones, sin duda quería pasar muy discreto ante la situación, pero me alegro, pues vi la oportunidad de no tener que ver más estadística el resto de la carrera.

Salí del salón, con una expresión seria en mi rostro, casi neutral, los demás la interpretaron como que "ya sabia lo que le esperaba". Baje al primer piso, salí de la U, y fui a una tienda al frente, pedí una Pony Malta, y me entretuve un rato mientras escuchaba la conversación de dos estudiantes, sobre sus planes en las vacaciones, me pareció una tierna conversación.

Es casi la hora, salgo de la tienda, y camino dos cuadras hacia el norte, y me pongo de pie en un esquina poco concurrida, pasaban carros y motos, me veían de manera extraña. Vi el carro del profesor, se estaciono frente e mi, y me abrió la puerta, entonces seguí, y me senté sin decir nada, él tampoco hablo.

Hace mucho calor, y como suponía su carro apesta a cigarrillo, al estar cerca, pude darme cuenta que su bigote canoso tenia las puntas amarillas, tan vez por la nicotina o porque en sus mejores años era rubio; no fui muy consciente del camino, pero ne menos de 5 minutos ya estábamos entrando al parqueadero de una residencia a pocas cuadras de la U, nos bajamos, en silencio y subimos a la recepción, el profesor pago un tiempo de 3 horas, y el recepcionista nos miraba interesados, tal ves imaginándose alguna historia.

Subimos una escalera, y nos dan un cuarto pequeño, en el segundo piso, entramos, y de su maletín saca unas esposas, y dice:

-Desnúdese- su mirada fuerte persisitio, pero ahora había algo de ansiedad... locura tal vez.

Me quite las botas, deje mi blusita en una mesita al lado de la cama, y mi minifalda quedo en el suelo, me senté al borde de la cama, y vi como el profesor me miraba.

-Acuéstate- obedecí, me acosté en la cama, mientras el tomaba mis manos y me esposo a la cabecera de la cama, hay una especie de aro incrustado en la pared, seguramente no es la primera vez que viene.

Luego vendo mis ojos con su corbata, todo quedo oscuro para mi, escucho que se quita el pantalón, lo hace con paciencia, la idea que me vea desnuda y con deseo, hace que me humedezca rápidamente. sus dedos tocan mi vientre, acaricia mi ombligo suavemente, luego sube, se detiene en mi pecho, lo inspecciona, después siento sus dedos en mi pezón derecho y enseguida en mi otro pezón también, los aprieta suavemente.

La punta de su lengua toca ligeramente mi clítoris y mi humedad, enseguida siento que uno de sus dedos entra en mi vagina, primero la primera falange, y luego todo el dedo. empiezo a gemir sutilmente; a continuación, con mas intensidad besa mi vagina, su bigote me hace cosquillas, pero su lengua se mueve con experticia en mi coño, siento como si me fuera a hacer venir muy rápido.

Y lo logra, tengo un intenso orgasmo, me espalda se arquea hacia atrás, aprieto mis muslos en su cabeza, pero él no se detiene, se mantiene y con fuerza sigue estimulando mi clítoris, me riendo, me relajo y dejo que lo siga haciendo. Se incorpora, y de deja caer sobre mi, me besa en la boca, sabe a nicotina, y lentamente me penetra, puedo sentir su pene erecto y palpitante entrando en mi vagina.

-Es verdad lo que dicen... esta estrechita...- me dijo al oído, mientras me penetraba cada vez con mayor fuerza. Siento demasiado placer como para pensar en sus comentarios.

Sus movimientos son cortos, pero rápidos, y están estimulandome de una excelente forma, me vendré pronto de nuevo.

-Le voy a poner 5, señorita Pilar- cuando dijo mi nombre sentí como se estremeció, me dio con mayor fuerza, como buscando depositar su semen lo mas profundo posible... o eso creo, no estoy segura si se puso un condón.

Saca su pene, me quita su corbata de mis ojos, enseguida busca algo en su maletín, y puedo darme cuenta que no esta usando condón, igual... no me importa. Saca una cámara, no es muy grande, apunta a mi coñito, y empieza a sacar varias fotos. Luego se acuesta a mi lado, y me muestra las fotos que saco, en donde se ve mi vagina, rojita, y escurriendo su semen. Me dice que es su fetiche.

Recoge el semen de mi vagina con sus dedos, y me lo da en mi boca, saboreo sus dedos; entonces saca su portátil, lo pone a mi lado, entra a la plataforma de la Universidad, y sube mis notas, dejándome 5 en todos los cortes. Eso me hace muy feliz.

Cierra el Pc, comienza de nuevo a frotar mi clítoris, su mirada esta fija en mi, en mis expresiones de placer, se sube en mi de nuevo, mis muñecas empiezan a doler.

-¿Me las quitas?, ya me están doliendo- el profesor hace un rápido movimiento y me las quita, pongo mis manos en su espalda, y me aferro a él. Me penetra de nuevo.

-La quiero llenar- susurro a mi oído. Abrí mis piernas como accediendo  sus deseos.

Cuando estaban por cumplirse las 3 horas, el profesor me pidió que me sentara al borde de la cama, abriendo mis piernas, mientras con mis dedos abría mis labios dando paso a que el semen saliera, y el pudiera sacar las ultimas fotos.

Se ofreció a llevarme a mi casa, pero me negué, tengo ganas de caminar, le dije; él se fue en su carro, moría de hambre, no había comido nada desde el desayuno, entonces me dirigí a comer algo, enseguida pude percatarme que aun había semen en mi interior, es una sensación extraña y divertida a la vez, debí bañarme antes de salir, pensé.

Entre en un Olímpica en la calle 63, pedí un sandwich de pavo, eso serviría por el momento.

Bueno, un pequeño precio por no volver a ver estadística en mi vida. Sonreí, ahora empiezan las vacaciones, luego fruncí el ceño, y me detuve a reflexionar sobre algunas palabras del profesor.


lunes, 30 de noviembre de 2015

Alcohol y Sombras I: El Comienzo

Estoy especialmente triste, pero la gente ve mi mal humor, es como una rabia que enmascara una tristeza profunda; la U va bien, pero no salgo ni me relaciono con nadie de allá, creo que piensan que soy antipática o creída, y en algún sentido tendrán razón soy como un autómata que va a estudiar y se va al terminar las clases.

Tengo un trabajo final en una materia, y lo he venido aplazando demasiado tiempo; como buena colombiana deje todo para ultimo momento, según en mis apuntes tengo que realizarle una entrevista a un profesional, e identificar cuál ha sido los puntos claves de su desarrollo profesional, para eso tengo que grabar la entrevista y presentar de manera escrita un perfil del entrevistado, y todo eso es para el lunes, y hoy es viernes.

Lo primero que pensé fue entrevistar a algunos de mis padres, pero resultaría muy obvio, y corría el riesgo de un sermón ético de mi padre, por lo que fácilmente descarte esa opción. Me di cuenta que en mi circulo social no habían profesionales, cosas de la edad y mi momento de vida, supongo. Mi jefe en el bar tiene un socio, es un abogado litigante, tiene su propia oficina, lo distingo porque en ocasiones ha ido al bar. Mi jefe me ayuda, comentándome que su socio esta dispuesto y tiene un espacio libre el viernes en la noche. Me pareció curioso, pero no hice preguntas.

Llegue muy temprano, entonces decido comerme una dona de arequipe en un donkin donuts cerca al parque de Lourdes, según recuerdo, este señor es muy serio e intimidante, y esas imágenes me llevan a pensar en huir, pero perder una materia no es una opción, Tengo miedo. Trato de relajarme pidiendo otra dona, que devoro con una ansiedad que me recuerda que no he almorzado.

Se acerca la hora, salgo del local ya teniendo claro cuál es el edificio, pero tengo que devolverme, olvide mi maleta en el dunkin, me siento estúpida, y tengo una sonrisa estúpida de aquellas que tiene pequeños temblores en la comisura de los labios. Estoy frente al edificio, mi jefe me había dado el teléfono de su socio, y me indico que debía llamarlo cuando estuviera en el edificio. Tome mi celular, y saque una hoja donde tenia anotado su teléfono, marque, tuve que marcar tres veces ya que mis dedos estaban temblando lo que hacia que digitara mal el numero; cuando finalmente lo logre el teléfono empezó a marcar, y marcar, y nadie respondió. Lo intente de nuevo, y no hubo respuesta.

Me desespera tener que esperar, pero bueno, tal vez esta ocupado, espero diez minutos e intento de nuevo, pensé. Me di vuelta, contemple ríos de gente caminando, y esperando bus, ya todos camino a casa. Mi teléfono sonó, llego un mensaje de texto que decía:

"Pilar, estoy ocupado, en 10 min bajo por usted, disculpe hacerla esperar tanto".

Ni modos, tendré que esperar, es difícil describir mis sensaciones en ese momento, había alegría pues podría hacer la entrevista y terminar con es angustia de perder una materia, pero también había miedo, como si en el fondo habría sentido un alivio por no hacer esta entrevista.

Diez minutos eternos, tenia frió, apenas llevaba una chaqueta de jean, y una blusita esqueleto; la puerta se abrió, era él.

 -Entre Pilar, no me había dado cuenta que se volvió de noche- lo dijo secamente, como si su mente no se desconectara del trabajo ni por un segundo, con su mano detuvo la puerta e hizo un gesto invitándome a seguir.

Cuando pase a su lado fui consciente por primera vez de lo alto y gordo que era, si lo abrazara, estoy segura que mi mejilla se apoyaría en su estomago; también note un acento, seguramente de la costa, B/quilla o Cartagena, o algo así, moreno y con un corte que me recordó a los militares.

Al entrar en el ascensor, pude ver en el espejo la diferencia de tamaño, él ocupa todo el espacio del pequeño ascensor, mientras que yo quedo relegada a un pequeño rincón. Si se atascara el ascensor, él se robaría todo mi oxigeno, pensé, y se dibujo en mi rostro otra de esas sonrisas nerviosas.

Su oficina es en el tercer piso, él se adelante sin decirme nada, saca unas llaves y abre la oficina; actúa como si tuviera prisa, o simplemente es su ritmo de vida, entro a su oficina, hay dos escritorios de madera, una ventana grande que da hacia la Cra 13, y hay una puerta que esta cerrada, imagine que era un baño.

Sonó su teléfono, contesto, parece ofuscado con la persona, la conversación me hace sentir incomoda y decido observar la imagen que brinda la ventana. Por lo menos su voz va a quedar muy clara en la grabación, eso me recuerda que debo revisar la grabadora, y estar lista, no quiero quitarle demasiado tiempo a este tipo.

-Pilar, sigue por aquí- abre la puerta de madera, no era un baño, es un salón de reuniones, hay una mesa ovalada, con aproximadamente seis sillas alrededor. Seria irónico que su segundo nombre fuera Arturo, pensé.

-¿Quieres tomar algo?, ¿un whisky, ¿un tequila?- pude ver que cerro la puerta y apago su celular, lo que se reflejo en una expresión de alivio, como si oprimiera un interruptor y lo pusiera en Off. Su día laboral había terminado y quería relajarse.

-Un whisky esta bien- asentí, tuve una extraña sensación de vergüenza si daba una negativa a su amabilidad, parece que es un lado que poco sale de él.

Mientras servia mi trago, pude notar su mirada, me deseaba, pero este era una expresión de deseo diferente; estoy acostumbrada a que los hombres que me desean se conviertan brevemente en caballeros dulces, con expresiones amables y gestos juguetones, pero él es diferente, es fuerte, imponente, es como una roca, tal vez odie las mujeres. Por otro lado esta con vestido y corbata, demasiado formal y pulcro, soy una adolescente al lado de él, creo que eso puede molestarle, creo que no odia a las mujeres, odia a las adolescentes. Se sentó al otro extremo de la mesa.

-Bueno, pues este es un trabajo para la universidad, voy en segundo semestre... - me sentí tonta tratando de demostrar que no era una adolescente, pero igual continué.

-Qué interesante, pues Leo, me hablo estos días del tema, y como le ha ido bien en el bar, pues no le vi problema- sus gestos contradecían sus palabras, apoyo su rostro en su mano, y se escuchaba aburrido.

-Si, pues... es... una... entrevista pequeña- me alivie de terminar la frase, por un momento pensé que no lo lograría, a continuación puse la grabadora en la mesa y la encendí.

-¿Podría usted... hablarme un poco de su formación profesional?- soné como una grabación robotizada.

-Sí, si podría- se quedo en silencio, y me miro fijamente. Fruncí el ceño, lo vi como a una hormiga debajo de mi bota, lance una sonrisa estúpida y dije:

-¿Cual ha sido?- dije con firmeza pero me sonroje, comencé a sudar, tenia la sensación de tener la frente perlada.

-Soy abogado, egresado de la Universidad Católica, en Bogotá...- de pronto caí en cuenta que no le pregunte el nombre, y golpee ligeramente mi frente con mi mano.

-Perdón, y ¿Cual es su nombre?- eso me va a costar puntos menos en la evaluación.

- Mi nombre es Víctor- levanto una ceja, lo odio por eso.

Cuando apague la grabadora pude ver que habían sido 20 minutos de desastre en una entrevista digna de un niño de cinco años, pero por lo menos ya la había hecho, eso era un alivio.

-¿Cuantos años tienes Pilar?- me sorprendió con la pregunta, esperaba que simplemente se levantara y me indicara la salida.

-Tengo 19, los cumplí hace poco- volví a mi tono habitual de niña.

-Muy bien, y estudias psicología, y trabajas los fines de semana en el bar... ¿tienes novio?, ¿hijos?- su tono cambio, menos fuerte y genuinamente interesado.

-Soltera, sin hijos- dije, mientras guardaba la grabadora en mi maleta.

-Y, creo que vives sola, ¿no es así?- me sorprendió lo bien informado que estaba.

-Si, ya hace un año... casi- 

-Una mujer tan bonita y ¿sin novio?, ¿qué pasa?- se levanto, se acerco y se sentó en otra silla a mi lado, nuestros pies se tocaron.

-Estoy bien así- fruncí el ceño, mostrando desagrado en pensar en una relación formal.

-Sí, conozco a las que piensan como tu- puso su mano en su entrepierna, comenzó a frotarse sin ninguna vergüenza o pudor.

Me sonroje aun más, mi cuerpo se puso rígido, la mirada procure mantenerla arriba, pues no sabia cómo reaccionar.

-Además estoy buscando una asistente...- su comentario me dejo desconcertada, ¿para qué me dice eso?, yo no estoy estudiando derecho. -... y de pronto estas interesada- me tuteo por primera vez, debo admitir que le sonó gracioso.

-¿Yo? pero si, yo no estudio derecho...- 

-No pasa nada, necesito a alguien que me ayude, y no tiene que saber de derecho- se froto con mayor intensidad, su pene parecía iba a reventar su pantalón.

No podía escapar, la puerta estaba cerrada, y Víctor bloqueaba mi paso; comencé a preguntarme lo que sucedería si expresaba no estar interesada, y más aun las implicaciones o qué clase de pacto cerraría con el diablo si aceptaba el trabajo, mi única certeza es que no conozco nada de este hombre, y el trabajo podría venir bien.

-No es nada complicado, y estoy dispuesto a pagarte bien... solo si...- saco su pene, y comenzó a masturbarse como si estuviera solo.

-Solo si... ¿qué?- complete su frase, y pase de estar completamente intimidada, a estar intimidad pero con un poco de diversión que hace mucho no sentía.

Sin embargo en mi mente empezó a correr una película de lo que sucedería, como si estuviera segura de lo que venia, ya que de alguna manera no era la primera vez que estaba en una situación semejante, en ultimas casi todos los hombres tiene las mismas fantasias.

-Pues necesito una mujer descomplicada, como tu, y necesito saber ¿hasta que punto es tu "libre pensamiento"?- intuí un reto, difícilmente le huyo a los retos... y lo odie porque parecía que actuara y hablara de modo que me hacia sentir que sabia todo sobre mi.

-ok- realmente no supe qué más decir.

-¿Quieres hacer la prueba?- me miro a los ojos, no dejo de masturbarse, lo hacia lentamente.

-Esta bien- dije sin dudarlo. No tenia nada que perder.

-Muy bien, entonces levántate y quítate la ropa... lentamente-

Me puse de pie, me quite la chaqueta y la colgué en el espaldar del asiento, me senté y me quite mis botas, que deje debajo de la mesa; me puse de pie de nuevo, desabotone mi jean, lo baje lentamente y lo deje en el suelo, a continuación me levante mi blusita, y la deje en la mesa, no traía bra, luego me di la vuelta, le di la espalda a Víctor y baje mi hilo azul claro, me puse en cuatro por unos instantes y lo deje encima de mis jeans.

Me volví para mirarlo, me percate que sus ojos recorrían detenidamente mi cuerpo, seguía masturbandose lentamente, sin prisa, creo que pretende que la situación no termine nunca.

-Ahora quiero que te pongas boca abajo en la mesa... recuéstate, ponte cómoda- se puso se pie, puso su mano en mi mejilla llevándome a la mesa, y acomodando mi cabeza delicadamente. A continuación metió dos dedos en mi ano, en una mezcla de determinación y delicadeza, que logro que gimiera con efecto retardado... ya cuando sus dedos habían entrado por completo.

-Así es la prueba, y de ti depende tu paga- definitivamente no entendí el reto. Saco sus dedos, abrió un cajón en un mueble, saco un cuaderno y un lápiz, empezó a escribir algo, se mostró emocionado y excitado, como impaciente por comenzar, enseguida puso el cuaderno a mi lado, para poder ver lo que escribió, mientras con el lápiz empezó a enfatizar cada una de sus palabras golpeando el cuaderno con el borrador del lápiz. -Si aguantas menos de 5 minutos, no tienes el trabajo y no nos volvemos a ver en la vida; si aguantas más de 10 minutos, esta va a ser tu paga; si aguantas más de 15 minutos esta va ser tu paga, y si aguantas hasta que me derrame... esta sera tu paga-.

Abrí mis ojos con sorpresa, económicamente la oferta es bastante tentadora, pero igual, no debe ser fácil, por e modo en que me lo ha dicho me hace pensar que no es la primera vez que hace algo así.

-Esta bien- dije, y cerré mis ojos, como si al hacerlo me volviera más fuerte.

-Nos vamos a guiar por el reloj de la pared, ¿esta bien?-

-Esta bien...- no me dejo terminar de contestar cuando metió sus dos dedos nuevamente, sin aviso, los saco rápidamente, escupió en mi ano un par de veces y su verga empezó a entrar lentamente en mi culo.

Apreté mis labios, la situación si duda me tiene mojada, puedo darme cuenta que mi coñito esta humedeciendo la superficie de la mesa, pero el dolor también es innegable; comienza un ritmo, no muy rápido, no muy lento, lo saca lentamente y lo mete de un empujón violento, cada vez que lo hace grito, no tarda entonces en acelerar el ritmo, manteniendo la fuerza, siento dolor y placer, y lucho por enfocarme en el placer. Tengo el impulso de abrir los ojos y mirar el reloj... pero no lo hago.

-Ya...cinco... minutos- dijo Víctor jadeando ligeramente.

Admito que tenia cierto temor de no llegar ni a los 5 minutos, sentí alegría, es la primera vez en casi seis meses que siento alegría; y viene una envestida con más fuerza, ahora va lento, y cada vez que entra me quiere destrozar, mis gritos son mas fuertes...intensos, y ahí viene otra ves... me duele, y de nuevo... no creo que aguante. Llevo mi mano a mi coñito, tal vez frotando mi clítoris pueda nivelar el placer. Mis expresiones son extrañas, oscilan entre gritos de dolor seguidos por gemidos de intenso placer. Él me agarra del cabello, hala de el arqueando mi espalda ligeramente hacia atrás.

-diez- susurra a mi oído, y en su voz noto el cansancio y el placer.

Me esta destrozando, y mis gritos lo alientan a seguir haciéndolo; me enfoco totalmente en mi clítoris, hay más gemidos que gritos ahora, algunos dirían que son gemidos gritados de placer, pero debo hacer algo y no resistiré más, voy a buscar mi orgasmo. Lo froto con intensidad, mi humedad facilita que sea intenso y con buena velocidad...y no tardo en sentir que esto cerca, estoy tan cerca, llego al limite, no hay vuelta atrás, sale de mi boca un grito ahogado de placer y un desahogo de meses, la mesa queda empapada.

Víctor percibe mi orgasmo, acelera su ritmo, con todas sus energías... y gime, siento gotitas de sudor en mi espalda, y mi ano ser llenado de su semen. Se deja caer un instante sobre mi, es demasiado pesado, entierro mi codo en su estomago indicándole que se levante. Se pone de pie, agitado.

-Mierda, no llegue a 15- dijo Víctor, sonreí sinceramente.

-¿Cuando empiezo?- pregunte juguetonamente.

-Pásate el lunes, en la tarde-


Prologo: Alcohol y Sombras

Pensaba que hay trabajos irremediablemente divertidos, como por ejemplo en un parque de diversiones, en una casa del horror, una tienda de tecnología o un bar. Sin embargo son trabajos que se suelen idealizar, y que deja a un lado una realidad que resulta ser no tan divertida y emocionante; el que trabaja en un parque de diversiones esta ahí para que los demás se diviertan, en una casa del horror la monotonía y la incomodidad pueden llevar al tedio, en una tienda Apple tiene que vender y competir, y si estas en un bar... bueno lidiar con borrachos nunca es algo divertido, o si, hasta cierto punto. El asunto con este ultimo es que te puede consumir, y da pie a que empieces una rutina y un estilo de vida poco sano, y aún más si no te encuentras bien.

He conocido personas que trabajando en un bar logran de alguna manera un equilibrio casi perfecto, se vuelven nocturnas, pero estudian, tienen relaciones y familias ejemplares, como que en todo hay un limite bastante claro que les permite llevar paradojicamente una vida sana. Pero también hay otros casos en que la vida nocturna, y el trabajo nocturno los consumen; recuerdo un buen amigo, emprendedor, con un aire independiente de aquellos que detestan tener jefes, lo que lo llevo a la idea de montar un bar. Lo curiosos es que literalmente se bebió su propio bar.

En mi caso, me pondría en los segundos. Seré sincera, cuando mi blog empezó a crecer y ha tener una idea clara, pensé saltarme e ignorar este periodo de mi vida, pero he decidido que para mantenerlo lo mas fiel a mi vida... debo contarlo, así que va a ser un año de mi vida, un año oscuro por así decirlo, un año que no viví, sino sobreviví.

Alcohol y Sombras es una serie donde ilustro la etapa más cruda y oscura, donde me puse en riesgo, y en donde tuve contacto con practicas sexuales más extremas y con personas dañinas, y de algún modo abusadoras. Por lo que es posible que no sea una lectura para todo el mundo.

Todo empieza 6 meses después de los acontecimientos de EN EL BAR, ¿y por que doy un salto de 6 meses?, en realidad considero que en ese periodo de tiempo no paso nada, fue un periodo muy tranquilo, me sentía tan mal que pasaba fines de semana enteros en mi casa, incomunicada, aislada. Incluso conviví con un par de compañeras, que hicieron que mi libido llegara casi a cero. Tuve una pareja formal, y había muy poco sexo.

Trabajando en el bar, recibía tantas propuestas indecentes, que termine por ignorarlas todas, creo que hasta me fastidiaban, estaba de mal humor casi todo el tiempo... estaba muy triste y peleada con la vida. Eso facilito que todo esto pasara, pues de haber estado bien estoy segura que habría tomado otras decisiones.

Pero todo cambio una noche, una noche cuando lo conocí a él.


sábado, 28 de noviembre de 2015

Tetas Grandes


Antes de entrar en la adolescencia pasa algo peculiar entre las mujeres, implícitamente nos damos cuenta de los cambios físicos que ocurren entre nuestros pares, llegamos a compararnos y nos vemos a nosotras mismas convirtiéndonos en mujeres.

Es usual desde el colegio ver a quien le han crecido sus senos, y ha quien no, y por lo general a la que le han crecido suele tener mayor éxito con los hombres, evidentemente llama muchísimo más la atención.


Los que me conocen un poco y mis lectores más fieles saben que yo soy de las que nunca le crecieron los senos; genética, lo delgada que soy, cualquiera que sea la razón tengo orgullosamente senos pequeños, pero admito que cuando estaba en mi adolescencia fue un tema que me acomplejaba, pues casi todas mis amigas del colegio tenían senos grandes, y eso socialmente parecía que les garantizaba cierto éxito.

Ver televisión corroboraba eso, pues en mi época de colegios figuras como Pamela Anderson eran el arquetipo de la mujer hermosa, de la mujer que es objeto de deseo. ¿y qué mujer no le gusta ser deseada?, ¿o ser mirada?, o ¿sentir que esa minifalda o ese escote atrae montones de miradas?.

Me han preguntado muchas veces ¿por qué no te operas los senos?; afortunadamente nunca ha sido algo que llame mi atención, me gusta como soy, y he tenido éxito así, no lo necesito para sentirme deseada. Además la comodidad de unos senos pequeños, no tiene comparación.

Igual hay que ser consciente que a un buen porcentaje de los hombres les gustan, y es un requisito dentro de su "mujer ideal", ya que les permite ciertas practicas y detalles en un encuentro intimo.

Algunos de mis lectores me compartieron al respecto que:

"me encantan las mujeres de senos grande poder masturbarse en medio de ello es excelente y que me tape el rostro con ellos"

"Ventajas una paja rusa, pero siempre un lío para la mujer es los dolores de espalda que le causa tanto peso en su busto"

"Las de senos grandes son ricas para tener el pene en medio dely"

"A mi me gustan más los pechos grandes!!! Me excito más!!! En Pocas palabras!!! Cojo más y más duro!!!"

Y así, y así... comentarios que apuntan básicamente a dos cosas:

  1. Son perfectos para practicas como la paja rusa
  2. A la vista y tacto genera ya placer

Desde mi punto de vista ayudan a:

  1. Seducir y provocar más eficazmente y con un mínimo esfuerzo.
  2. Sobresalir y hacerse notar.

Pero bueno, seguramente ustedes saben mejor sobre el tema, me gustaría leer sus opiniones. Ya que este tema solo es la introducción a algo que quiero compartirles y que tal vez no es tan difundido... desde mi experiencia le compartiré las ventajas de tener senos pequeños.

¿Qué otras cosas les agrada de los senos grandes?


viernes, 27 de noviembre de 2015

En el bar

Me dijeron que estudiar enfermería era para maricas, eso solo lo estudian viejas y maricas, me dijo mi padre el día en que le dije que quería ser enfermero; hoy termine el primer semestre, somos dos hombres en un curso con 20 mujeres, nos hicimos muy amigos desde el primer día, creo que estar entre tantas mujeres es intimidante. Bromeábamos respecto a que la mitad de las mujeres eran para él y la otra mitad para mi, y en la compañía de una cerveza fría debatimos cuales eran las suyas y cuales las mías.

Fue gracioso hasta que él empezó a tener éxito con "las que le correspondían", admito que me daba envidia cuando comentaba sus aventuras, en solo este semestre se había comido a tres de nuestras compañeras; yo, por otra parte he fracasado recurrentemente, a pesar que lo he intentado y he optado por varias estrategias, y ninguna me ha servido.

El fin de semana pasado estuve cerca, invite a Ana Maria a tomar una cerveza en un bar cercano, acepto mi invitación, eso me dio muchas esperanzas, además se tomo unas cervezas de más y eso me llevo a pensar que de esta no se me escapaba. Pero lo hizo, después de haber vomitado y pasar media hora en el baño llego su hermano mayor al bar y se la llevo, ni siquiera le saque un beso, ni uno de despedida por lo menos.

Soy caleño, y soy negro, llevo un año viviendo en Bogotá y empiezo a creer que a las mujeres bogotanas no les gustan los negros, eso me frustra, y las palabras de mi padre "estudiar enfermería es para maricas" retumba toda las noches en mi cabeza... tengo dificultades para dormir.

Hay un par de sitios que ponen salsa, voy frecuentemente. Un caleño es un dios en un sitio así, pero las bogotanas son tímidas, aceptan bailar una canción conmigo y luego se evaporan, como si me tuvieran miedo; la otra noche me levante una paisa recién llegada a la ciudad, pero no me paro bolas, eso me llevo a pensar que de pronto no son las bogotanas, tal ves es la ciudad, o tal vez yo. Bueno, en Cali era diferente... tenia mejor suerte.

Hoy es noche de cervezas con mi compañero, "noche de maricas" pensé, y maldije a mi papá por esas palabras. La decisión fue fácil, nos agrada un bar, no es muy grande, ponen buena música al volumen adecuado, de modo que no hay que gritar para poder entendernos; cuando llegamos pude ver que el bar estaba la mitad de su capacidad, magnifico, pensé, así es más fácil pedir canciones.

Nos sentamos, y sonaba algo de los Beatles, no reconocí la canción. El lugar estaba lleno de parejas, incluso pude ver un par de compañeras con sus novios, y yo con mi amigo... "maricas"; sin embargo mi humor mejoro cuando una mujer muy linda se nos acerco, podría armarse un trió, pensé rápidamente, cualquier cosa haría para darle fin a mi verano, peliroja, esbelta y con un par de tatuajes que eran apenas visibles, pero me animo se fue a pique cuando me pregunto lo siguiente:

-Buenas noches, ¿qué desean ordenar?- trabaja en el bar, tiene que ser amable con todos, mis esperanzas llegaron a cero.

-Dame una águila- dijo mi amigo

-yo quiero una club- dije secamente.

Admire su figura mientras se iba, debe ser nueva, nunca la había visto. Era la única mujer "sola" en el lugar entonces naturalmente hizo parte de inmediato de mis fantasías; mi amigo rápidamente me conecto de nuevo a la realidad, y me hablo sobre su salida con Jennifer, ella sin duda era la mujer mas atractiva del curso, madre soltera y con unos senos que constantemente me hacia soñar con poseerla, primero fui incrédulo, pues tenia la seguridad que ella nunca se metería con ninguno de nosotros.

-Pura mierda... esa vieja nunca...-

-Si quiere le muestro- dijo interrumpiéndome y soltando una carcajada.

Saco su celular del bolsillo, parecía que buscaba algo, pero no entendí bien qué pruebas podría tener en su celular. La mesera volvió con nuestras cervezas, pude ver mas de cerca sus tatuajes, y su piel blanca y suave por lo que podía apreciar, quería hablarle, decirle algo, pero no se me ocurrió nada nada inteligente y cautivador, me quede en silencio y ella se fue sin siquiera notarme.

Finalmente me paso su celular, pude ver un par de fotos de una mujer desnuda, en una cama con las piernas abiertas, pero podría ser cualquier mujer, sin embargo me percate que en esas fotos con mala resolución podía distinguirse el tatuaje de Jennifer en sus senos. Maldita sea, si es cierto, pensé. Y eso me llevo a una larga conversación, un tanto aburrida, sobre cómo lo había logrado, y una descripción de los talentos de Jennifer en la cama, admito que quede con una gran erección viendo las fotos e imaginándola.

Pedimos otras cervezas, y vi en acción a mi amigo.

-Quiero otra águila, angelito hermoso- su intención era sonar tierno, pero sonó como un pendejo. Ella debió pensar algo parecido por la sonrisa que se dibujo en su rostro y una ceja levantada.

Yo, quiero compañía femenina, hace mucho no la tengo, el pensamiento me trajo una sensación de nostalgia casi insoportable. Entonces, me puse de pie y pedí una canción, algo de Guns N Roses vendría bien. Me tope con la mesera, esta tomando aguardiente, trabajando en esto debe ser difícil no tomar algo, o tal vez su jefe la ve tensa y sabe de soluciones practicas, o simplemente es una alcohólica. No importa, es muy linda, pero ni sabe que existo, no se da cuenta que le tengo ganas.

La noche avanzo, no quería embriagarme, pero estoy borracho, deben ser mas de las dos de la mañana, el bar nunca se lleno, mi amigo intento conquistarse a la mesera, pero lo más que puso hacer en sacarle el nombre, Paola, o Paty, no pude entender muy bien cuando se lo dijo.

Este marica se quedo dormido, no tengo ni puta idea para donde llevarlo cuando salgamos, me lo voy a tener que llevar a mi casa... "maricas".

Hace calor, un puto calor que me sofoca, una sed abrumadora, me levanto voy al baño, necesito agua, podría tomarme una piscina, y aun así quedar con sed; el baño esta ocupado, otro borracho estará orinando, solo espero que no este orinando en el lavamanos, la mesera sale del baño de mujeres, y me sonríe, no se si me esta coqueteando o se burla de mi, me debo ver ridículo en todo caso.

Un hombre greñudo sale del baño, tiene la mirada perdida, debe ser una metáfora de su propia vida. Entro al baño y me quito la camiseta, abro la llave del lavamanos, junto mis manos formando una copa, tomo agua, y con mis manos empapo mi cara, mi cabello, mi pecho, siento un gran alivio; no me decido si salir o quedarme un rato, aislado y lejos de la música, es agradable alejarme de todo, pero pienso en mi amigo, esta solo y dormido, a continuación abro la puerta lentamente, y salgo, solo para darme cuenta que olvide mi camiseta.

Tal vez lo estoy imaginando, pero todos me están viendo, y burlando; de nuevo soy un payaso, la mesera me esta viendo, seguramente sera una anécdota que le cuente el resto de sus días a sus amigas, de aquel caleño borracho, desorientado que no sabia donde estaba de pie.

Hay una mano en mi pecho, cálida y pequeña, me empuja de nuevo al baño, debe ser muy fuerte porque no tengo como resistirme, no tengo claro quién me esta empujando.

-Espera... - creí escuchar

Vi hacia abajo, era ella, o una visión de ella, debí desmayarme en el baño y ahora estoy soñando, ella se frota contra mi cuerpo, me da algo de vergüenza notar mi erección, ella, así sea un sueño puede pensar mal, puede imaginarse que soy un eyaculador precoz, y con mi suerte, tal vez hasta en un sueño termine mi verano, pero con una frustración, y el chisme va a correr y...

Golpee mi cabeza contra la pared, dolió, me despertó, con la sorpresa de que todo es real, la mesera esta lamiendo mi pecho, luego alza la vista y mira mi ojos, se da vuelta, nos miramos en el reflejo del espejo, qué pequeño es el puto baño, pensé. Si su cuello, ella como indicándome se recogió el cabello, ladeo su cabeza indicándome que besara su cuello, y lo hice...su aroma, su suavidad, toda una delicia de una figura femenina que por tanto tiempo la vida me había negado.

Sus ojos, eran tristes o tal vez estaba borracha también, bueno para estar en estas conmigo debe estar borracha; con sus manos esta frotando mi verga, me duele, quiero que este libre, desabotono mi jean, dejo que queden hasta mis rodillas, libero mi pene y ahora me concentro en agarrarle sus teticas; ella parece no querer perder tiempo, se baja sus jeans rápidamente, tiene un hilo rojo, y acompaña a sus jeans que bajan hasta sus tobillos, se inclina apoyándose en el lavamanos.

Bajo mis manos a buscar esa cuquita, esta húmeda, muy húmeda, solo pienso en meterlo, ella me mira por el espejo, como alentándome a que la penetre de una vez; enseguida sin pensarlo dos veces agarro mi verga, y se la meto, suavemente, no puedo creer que este dentro de ella, su cara comunica placer.

Temo que sus gemidos nos delaten, nunca había estado con una mujer que gimiera tanto, y quiero darle más duro, entonces pongo mi mano en su boca, ahogando todos sus ruidos de placer, y la penetro con fuerza, quiero destrozarla, nuestras miradas están conectadas por el espejo, y es como si le entendiera que quiere que no me detenga y que le de más duro; y eso hago, con su humedad se me hace muy fácil entrar y salir, ahora miro su culo, puedo verle otros tatuajes que antes no vi, solo son visibles cuando uno se la esta culiando, pensé.

Mientras la seguía penetrando, busque su culo con mis dedos, y le metí un dedo, ella no protesto, entonces le metí dos, ya no puedo verla, el espejo se esta empañando, yo estoy sudando; ella pasa una mano por el espejo, parece que esta interesada en ver nuestro reflejo, eso la caliente, puedo notarlo. Quiero venirme, pero no sé donde venirme, no me quiero detener y esta puta no me pidió condón. De malas, problema de ella, me le voy a venir adentro, le voy a llenar esa cuquita de leche.

Alguien abre la puerta del baño, tengo la sensación que todo el calor acumulado se va por la puerta, hago un gesto con la mano, y cierro la puerta nuevamente; ya estoy a punto de venirme y ningún hijueputa me va a interrumpir.

Estoy a punto... le voy a dar todo... todo para ella... ella lo pide. Pongo mis dos manos en su cadera, ella deja salir sus gemidos sin temor a que la escuchen, le doy con mas fuerza, y ganas, y... estallo dentro de ella sin control.

Mis fuerzas se fueron, veo que ella se sube sus jeans, se arregla un poco el cabello y sale del baño, sin decirme nada, necesito más agua, me siento deshidratado; tomo un poco de agua, me pongo mi camiseta y salgo del baño, el lugar esta casi vacío, mi amigo sigue durmiendo, tomo asiento junto a él, y miro a mi alrededor, la estoy buscando, sin duda quiero seguir en contacto, pero no la veo.

Tengo que hacerme cargo de mi amigo, volver a mi realidad, me resulta amargo. Lo despierto, pagamos, y salimos a buscar un taxi, pero quisiera irme con alguien más. Tendré que regresar otra noche.


martes, 24 de noviembre de 2015

Monologo II

Esta terminando el semestre, estoy llevando una buena vida... me encanta, vivo sola, estoy estudiando algo que me gusta, tengo una vida sexual plena y satisfactoria. No hay nadie que me vigile y hago lo que quiero, cuando quiero y con quien quiero, y apenas tengo 18 años. Pronto cumpliré 19.

Pero me siento mal, no sola, me siento triste.

Apenas mayor de edad, apenas viviendo libremente; disfrutando y experimentando mi sexualidad, aveces de formas muy arriesgadas, aveces con personas insospechadas, pero al fin y al cabo teniendo una aventura que me genera placer.

No entiendo mi tristeza, mis ganas de vivir se esta drenando dejando mi cuerpo casi vacío. Tengo otro retraso apenas de una semana, pero esta vez no me importa.

¿Tal vez un nuevo trabajo?, pronto tendré más tiempo. Volver con mis padres no es una opción, tampoco es la U, creo que elegí bien o por lo menos no hay arrepentimiento en mi. La alegría se fue y me dejo vacía.

Hay un hombre desnudo en mi cama, aún duerme; no sé su nombre, no sé si es casado o tiene hijos, anoche me genero un buen orgasmo es todo lo que importa, pero hay algo diferente, desde hace algunos días no quiero que nadie se quede en mi apto... no lo soporto. No quiero que me hable, no lo quiero ver.

Quiero que todo se vaya a la mierda.

Voy a tomar ese trabajo, puede ser lo que necesito, o puede que me destruya.

Me vale una mierda, lo tomare y...


lunes, 16 de noviembre de 2015

Sexo en la ducha

Cuando hablo con personas sobre sus fantasías en el plano sexual, o sobre las preferencias a la hora de tener algún encuentro intimo, ya sea casual o con la pareja estable, el sexo en la ducha resulta ser algo recurrente en el imaginario de muchas personas; hombres y mujeres comparten que la idea de la desnudez, el agua, la humedad hacen parte de una practica alterna a la cama, y que lleva a otras experiencia en donde los sentidos tienen experiencias diferentes.

Debo admitir que al principio la idea de tener sexo en la ducha no llamaba mi atención, pues lo consideraba poco practico, incomodo y que me parecía una perdida de tiempo. Varios de mis amantes siempre me hablaban de que querían follarme en la ducha, y yo respondía con gestos de indiferencia; no le veía sentido, no entendía qué podía brindarme cambiar la cama por la ducha, mejor la comodidad de la cama a la incomodidad y el frió de una ducha. Sin embargo con el tiempo cambie de opinión...

Tendría alrededor de 19 años de edad cuando empece a frecuentar moteles en la ciudad de Bogotá, y cuando empece a viajar con cierta frecuencia a lugares cálidos de mi país. En los moteles (según donde vayas) puedes encontrarte con baños y duchas de lujo, que te llevan a pensar en la agradable sensación que debe generarte bañarte ahí; o si viajas a clima cálido con algún amante la ducha se vuelve un lugar deseado en varios momentos del día. Por lo que desde entonces me uní al club de los que les encanta tener sexo en la ducha.

En la actualidad es para mi una practica recurrente e indispensable en mi vida sexual.


Requisitos Para una Optima Experiencia 


  1. Una ducha lo suficientemente amplia: si la ducha es muy pequeña, el placer de la situación se disminuye, ya que las posibilidades de cambiar de poses es limitada. Si la ducha es lo bastante amplia es como si ya la imaginación deja de tener limites. En lo personal me gusta jugar a que se me cae el jabón... y eso necesita de una ducha un poco amplia.
  2. Relación Fuerza-Peso: resulta fundamental que exista una buena relación entre la fuerza del hombre y el peso de la mujer; hombres con poca fuerza con una mujer con un peso elevado hace que la experiencia se convierta en un trabajo, e impide que la situación fluya; por tal razón es fundamental que haya una buena relación... pues personalmente me encanta un hombre que pueda cargarme en la ducha.
  3. Flexibilidad: resulta siempre básica para cualquier practica fuera de la cama.
  4. Temperatura del agua: agua muy fría dificulta una erección, ademas que distrae demasiado... a no ser que estés en un clima muy cálido.
  5. Pulcritud: siempre va a ser fundamental la limpieza, un baño sucio siempre baja la libido a cualquiera.
  6. Desear el cuerpo del otro: si no hay una verdadera atracción física... esta no sera una buena practica.

Lo bueno


El cambio de contexto, estar fuera de lo habitual siempre resulta ser una experiencia que te genere sensaciones diferentes, resulta ser muy sensual la desnudez y el contacto con el agua, resulta ser la situación ideal para conocer completamente el cuerpo de tu pareja.

Enjabonarse mutuamente puede resultar una experiencia muy intima y placentera, en donde se le da a la piel una atención especial.

Lo no tan bueno


No todas las duchas son aptas para esta practica, y tampoco es algo para hacer con todas las personas; me he dado cuenta que cuando el cuerpo de mi amante no me atrae lo suficiente (así sea el mejor amante del mundo), esta resulta una practica poco placentera.

Lo mejor


Si la atracción física es muy fuerte, esta es de las mejores practicas que pueden compartir, la situación se da para jugar mucho, para tocarse y mirarse.

GuiaCereza.com

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lunes, 9 de noviembre de 2015

Todos Fracasos II

Estoy viendo mi reflejo en el espejo del ascensor, durante toda la noche he tenido la sensación
de estar despelucada, pero cuando me vi, me di cuenta que no es asi; estoy mareada como efecto de las tres cervezas que tome, lo que me genera una experiencia extraña cuando me veo a mi misma, veo a mi lado a un señor mayor, esta casi calvo, su cabello es gris y esta de saco y corbata como si fuera a su oficina. Tiene una argolla en el dedo, esta casado, tiene tres hijos, lo sé porque conozco a uno de ellos, al menor. Su apartamento esta en el piso 13 (¿un mal presagio?), se da vuelta y me besa el hombro, me pica su bigote mal cuidado, apesta a alcohol y tabaco.

Se abren las puertas del ascensor, no hay nadie en el pasillo, he venido un par de veces, pero esta vez es diferente, tengo algo de culpa, tal vez no debí venir, pero, ya es tarde él cierra la puerta y pone seguro... no tengo escapatoria.

Me besa apoyándome contra la puerta, yo busco relajarme teniendo un dialogo interno en donde justifico que nadie se va a enterar. Con sus manos desabotona mi jean, pongo una mano en su pecho, lo aparto un poco y digo:

-vamos al cuarto-

Me toma de la mano, me lleva a su cama matrimonial. Tomo asiento en un sofá que esta en la habitación, me quito mis botas y el pantalón, me pongo de pie y dejo mi blusita en el suelo, junto con mi bra y mi tanga, enseguida busco la cama y me acuesto en ella; abro mis piernas y con dos dedos froto mi clítoris ligeramente, él se arrodilla a los pies de la cama y acerca su boca a mi coño, su bigote me hace cosquilla lo que hace me estremezca un poco como tratando de huir.

Su lengua toca mi clítoris, lo acaricia gentilmente, saborea mis fluidos que ya inundan mi coñito, sin prisa me da placer, me doy cuenta que quiere hacerme sentir bien, a continuación se pone de pie, se coloca un condón, abro más mis piernas para recibirlo, él se tumba sobre mi, me penetra una vez, dos veces, la culpa se va quiero que me penetre toda la noche... lo mete una tercera vez, gime, se estremece y se detiene.

Nooo, no puede ser lo que me estoy imaginando, no en este momento, maldita sea.

Lo saco, y se acostó a mi lado, vi el condón lleno de semen. Después se levanto y se fue al baño; mientras con mi dedo intente seguir, comencé a masturbarme, pero era tanta mi frustración que no sirvió de nada. Maldita sea, volví a pensar.

Pasaron alrededor de diez minutos y no salia del baño, fueron diez minutos eternos y aburridos en donde mi frustración me consumió. Se abrió la puerta, y salio él con una erección y un nuevo condón. Me entusiasme: "tal vez estaba ansioso, ya se habrá relajado, bueno no importa ahora si que me demuestre lo que saber hacer".

Me tomo por los tobillos, puso mis piernas en sus hombros, busco mi vagina y me penetro, esta vez lentamente, frote mi clítoris con mis dedos, él se entusiasmo, acelero el ritmo, me penetro con fuerza, luego lo volvio a hacer, y de nuevo, y de nuevo, y una ultima vez que lo llevo de nuevo a estremecerse, lo saco y se acostó a mi lado.

Maldita sea ¡¡ íbamos bien, mejor me habría quedado en mi casa.

Pasaron unos cinco minutos en silencio, no nos miramos, no hicimos nada. Decidí tomar la iniciativa esta vez, tome su pene que estaba con una erección a medias, lo masturbe lentamente, mi idea consistía en lograr la erección completa y ponerle otro condón, hacerme encima de él, cabalgarlo y buscar egoistamente mi orgasmo... almenos uno.

Lo hice suavemente, luego con mas intensidad, busque el condón, y mientras hice eso sentí un liquido caliente en mi mano.

Qué mierda es esto¡¡ no puede ser, maldita sea me rindo, perdí mi puto tiempo.

No dije nada, ya todo estaba dicho, fui al baño, me lave las manos, luego me vestí dispuesta a irme, o, huir, si creo que huir es la palabra más adecuada, nunca había estado tan frustrada.

-Mira... ehh ... te pido un taxi- me dio un billete de 50. Abrí mis ojos llenos de ira. Él se intimido.

Tuve la dulce fantasía de estrangularlo.