miércoles, 25 de noviembre de 2020

Recuerdos de Nohelia

 Hola Nohelia, han pasado años. 

Espero no te moleste que mencione tu verdadero nombre en mi blog; ayer entre después de mucho tiempo a mi FB y lo primero que me encuentro es una foto tuya, entiendo que estas en Buenos Aires. Tengo un montón de fotos que tome en la Recoleta solo para revisarlas y ver si salía algún fantasma, pero nunca las he revisado.

Me da gusto ver que eres feliz. 

La primera vez que me escribiste, recibí tu mensaje con mucha desconfianza, sin embargo, aun recuerdo tus palabras:

"...he visto que tienes buenos gustos, vi tus fotos y me pareces muy linda. Nunca he tenido experiencias con mujeres, pero me atraen mucho, espero no molestarte o incomodarme con mi mensaje."

Claro, pues lo primero que se cruzo por mi mente es que era una broma.

"... gracias por responder, no imaginé que fueras a decir algo, hasta pensé en borrar el mensaje, veo que vivimos cerca, tal vez podríamos vernos..."

En efecto, vivíamos muy cerca. Algo en tus palabras me daba curiosidad y al mismo tiempo, sentía confianza y tranquilidad. Mencioné que me gustaban los hombres pero ignoraste eso, qué bueno que lo hiciste. Esa tarde que nos encontramos y tomamos una cerveza en mi apartamento la recuerdo con mucho cariño. Éramos niñas, y habría bastado con compartir una cerveza pues dejamos más de la mitad.

Creo que nos besamos por horas, fuimos a mi cama y tengo presente que no sabia qué hacer, pues con un hombre sabia qué hacer, pero con una mujer es distinto. Mis manos fueron torpes en un inicio, pero gracias a que tomaste la iniciativa me guiaste y me enseñaste que el placer tiene tantos caminos por recorrer. 

"... he soñado con esto muchas veces, por eso ya había imaginado qué hacer..."

Temblamos juntas y reímos en nuestra compañía, haciendo algo que tu soñabas y algo que nunca imaginé experimentar; pese a que afirmaba que conocía los secretos de mi cuerpo, ese día supe que aun había secretos por descubrir. 


martes, 24 de noviembre de 2020

Sobre penes I

  1. Me acuerdo que no me he asustando con penes grandes, pero si suelo sentir algo similar cuando veo esos que son muy torcidos.
  2. Me acuerdo la primera vez que tuve la experiencia con uno el se colocaba de forma extraña y me hacia sentir incomoda, a veces hasta era doloroso.  
  3. Me acuerdo que cuando se la mame a un tipo con el pene torcido, eyaculo en mi ojo, y pensé que lo perdería del ardor que me produjo. 
  4. Me acuerdo que estando en 4, pude disfrutar y aprendí que si eres torcido pues me tengo que adaptar.
  5. Me acuerdo tener miedo de lastimarlo y deje que llevara la situación.

Ayer alguien me escribió

 Ayer alguien me escribió. Lo primero que imaginé es que alguien le hablo de mí, pues he notado que algunos amigos suelen "comerciar contactos". La verdad no me molesta, sin embargo, no tengo argumentos para defender esta practica. 

El caso es que dijo ser alguien que en su tiempo libre organiza eventos y encuentros con la temática SW, entre otras. Me pareció divertido, hoy vamos a vernos en la tarde para tomar un café y conversar. Además, mencionó una posible sorpresa... tengo curiosidad ¿Qué podría ser?

Mientras follabamos le dije que era mejor que se fuera

 Mientras follabamos le dije que era mejor que se fuera. No le sorprendió, no dijo nada en por medio de palabras, pero sus embestidas me hacían entender que quería dejar recuerdos en mi cuerpo. Quiso atravesarme, o llegar a mi cerebro y tal vez eyacular en él y así fecundar alguna idea.

Al día siguiente no quise estar en la incomodidad de una despedida, así que me vi con una amiga, tomamos un café, le conté que había estas conviviendo con alguien. Pero le interesó más el detalle de ser africano que el solo hecho de que decidiera convivir con alguien. 

Al llegar a casa, mi apartamento se veía casi vacío. ¿saben?, me sentí muy feliz.


viernes, 20 de noviembre de 2020

Salgo a comer sola

 Tengo marcas en los brazos y en la espalda, la cara no me la tocó, ni las piernas. Francis está detrás de mí, mirándome por el espejo y mencionando varias veces que lo siente. Le digo que es mejor que recoja sus cosas.

Salgo a comer sola, me arde la piel, pero mi espíritu está tranquilo, no siento rabia o deseos de venganza, no tengo la intención de lastimar a nadie, no obstante, reconozco que, si permito que Francis siga viviendo conmigo, el desenlace podría ser peor.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Un par de noches fuera de casa

 El pasillo se veía extraño, como un acordeón daba la sensación de alargarse y contraerse, el suelo no se mantenía firme. Estaba ebria de alcohol y sexo, pase dos noches fuera de casa y olvide decirle a Francis. Solo le había escrito, estoy bien, regreso mañana.

Todo estaba oscuro en mi apartamento, cerré la puerta y fui a tientas a mi habitación; no lo vi venir, un ardor en la mejilla y una fuerza que no entendí me tumbo en la cama. Sus manos me tomaron con fuerza y me ato a mi cama, uso una corbata para dejarme inmóvil, boca abajo.

Luego un par de correazos, me los dio con rabia, no obstante, yo estaba demasiado excitada par sentir dolor, había pasado un par de noches muy interesantes. Francis, me penetro el culo, quería gozar y lastimarme, tal vez darme una lección.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Mi apartamento ya no es el mismo

 En el transcurso de los días, mi apartamento había cambiado. No soy una loca del orden, pero por lo general entrar a mi apartamento siempre genero una sensación de un espacio abierto. Pero ahora, entrar era como una aventura en una bodega con cajas sin etiqueta.

Hay boxers en la sala, en el suelo, medias en el comedor y en el baño.

Mi cuerpo deseaba a Francis, pero mi cabeza y mi corazón estaban agotados. Convivir con alguien me resulta agobiante y sin sentido.

Una noche al llegar, Francis estaba desnudo en el sofá, con una erección. Tal vez viendo porno. Me desnudé, me senté en él de frente. Nos besamos, lo cabalgue, me animo con unas cuantas nalgadas muy sonoras y se vino dentro de mi dos veces seguidas.

martes, 17 de noviembre de 2020

Fotos comprometedoras

 Me suelen enviar a mis redes fotos de vergas, con leyendas como: aquí esta lo tuyo; saluda; mira quien te extraña, etc. En una ocasión, Francis se percató de uno de estos mensajes. Me solicitó una explicación que no estuve preparada para dar, o más bien no me apetecía dar. 

Esa noche, me hizo el amor con un matiz salvaje que me encantó, sin embargo, de fondo había un reclamo y una afirmación sobre que mi cuerpo le pertenecía. No hablamos esa noche.

En la mañana se hizo encima de mi para despertarme, me penetro mientras chupaba mis tetas; su pene entraba con fuerza y me miraba a los ojos, por alguna razón le desconcertó que gozara la situación, pues al parecer su intención era otra.

La semana siguiente, me acosté con dos amigos, fue bien particular pues, evidentemente no podía invitarlos a mi apartamento. Me sentí extraña mintiéndole a Francis y a mis amigos.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Pausas activas

 Noté que Francis estaba algo temeroso, tal vez esperando que estuviera molesta. En ocasiones, he visto que hay hombres que tienen cierto temor después del sexo anal, como si se fuera a cobrar venganza o algo por el estilo. Le dije que lo había disfrutado y que podríamos seguir practicándolo de vez en cuando. 

Revisé mi Telegram, y leí un par de mensajes, algunas propuestas interesantes, pero que con el confinamiento solo ignore. Le dije a Francis que se lo quería mamar y así lo hice antes de iniciar a trabajar. 

Ese día, tuvimos varias pausas activas: en la primera él se masturbo y se vino en mis tetas; en la segunda lo cabalgue en el sofá; en la tercera me puso en 4; en la cuarta un 69. 

Creo que fue un día productivo, entendí los beneficios de esas pausas, sin embargo, esa noche sucedió algo que inicio un cambio en nuestra relación. 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

La fantasía de Francis

 La mudanza fue mas ágil y sencilla de lo que imagine, apenas dos maletas. Acomodamos su ropa, y algunos implementos básicos; en principio pensé que esta decisión en ultimas era una respuesta al confinamiento, una estrategia muy pragmática para mi vida sexual.

Esa tarde no paramos de follar, Francis me decía que estaba obsesionado por estar dentro de mi y eyacular continuamente en mi vagina; según él, jamás una extranjera se lo había permitido. Al llegar la noche, pedimos algo de comer, tomamos algo de vino, me conecte al PC y di respuesta a algunos correos. Francis, desde el sofá hizo lo mismo, acomodamos una mesa para que fuera su escritorio y oficina de trabajo.

Casi a media noche, Francis, me llevó a la cama, me ató las manos con su cinturón y me puso en 4. Me lamio de arriba a abajo con paciencia, sin prisas. Me penetró primero por mi vagina, luego por mi culo, dejo caer todo su peso sobre el mío. Me tomo del cabello, giro mi cabeza, juntamos nuestras lenguas. 

En la mañana me dijo que su fantasía era darle por el culo a una mujer. Le respondí que si había notado que estaba algo más emocionado de lo habitual. 

martes, 10 de noviembre de 2020

La primera mañana con Francis

 Francis me hizo el amor como un desesperado, al estar juntos en mi cama, luego del tercero de la noche me comentó que hace más de dos años que no estaba con una mujer. Luego, abiertamente me comunicó sus intenciones de tener algo más estable conmigo. Sonreí y acepté sin dar tiempo a silencios incomodos o a pausas que facilitaran la externalización de mi incomodidad.

Ahora que lo pienso, dije que sí porque no quería lastimarlo, pero en mi interior habían gritos de NO que eran difíciles de callar. Así que lo que hice a continuación fue mamarselo a Francis; su pene no es especialmente grande, pero es particularmente firme y duro, pareciera que siempre estuviera así. 

Era el cuarto, así que en mis tetas apenas cayeron algunas gotas, mientras Francis caía agotado en mi cama. 

A la mañana siguiente, me despertó su lengua jugando con mi clítoris; no tardó en penetrarme de nuevo, mientras me decía que amaba estar dentro de mí. Me trajo un café, lo tomamos en silencio en mi cama, puse especial atención en como su semen bajaba por mi vagina y mojaba la cama, casi que podía seguir el recorrido de cada gota. 

Luego tuvimos la conversación. Acordamos que se mudaría esa misma semana. 

lunes, 9 de noviembre de 2020

Este tiempo además de trabajar estuve en una relación...

 La ultima vez que estuve en una relación fue hace más de cuatro años. Los que me conocen un poco reconocerán que no se me dan muy bien las relaciones de pareja, pues suelo aburrirme y tiendo a tener una sensación generalizada de ceder aspectos de mi vida los cuales no son negociables. Sin embargo, en esta ocasión pensé que con las condiciones actuales del planeta podría tener pareja... o que por lo menos podría intentarlo. 

En esta ocasión, faltando a la costumbre de este blog diré su verdadero nombre. Igual no sabe hablar español y no tiene idea de mis Pensamientos Libidinosos. 

Francis, tiene 45 años de edad. Es profesor de ingles y francés, y es de Ghana. Sí, en efecto es africano; y no es precisamente por esto que inicie una relación con él, pues ya con anterioridad he follado con africanos, así que no piensen mal. Francis es amigo de una querida amiga, y cuando lo conocí hace unos meses me impactaron dos cosas: 1) su acento, su forma de hablar ingles y francés me pareció dulce, y dulce no es una palabra que use a menudo para calificar a alguien; 2) el arraigo a su cultura, pues los africanos que he conocido no me han parecido tan africanos, pero igual es una tontearía mía, al parecer mi concepción de africano es de personas con lanzas que cazan leones. 

A lo que me refiero es que Francis, esta realmente orgulloso de su cultura y eso fue novedoso para mí. Le pregunté si había matado leones y lloró de la risa. Esa misma noche me hizo el amor. Así lo define él, incluso después de tomar algo me dijo al oído que quería hacerme el amor esa noche. Yo le dije que me lo podía hacer en mi apartamento. 

Así inició esta historia, no se preocupen, se las estaré contando... 😉


Un vino en la piscina II

 Llenan una nueva copa de vino, me causa gracia ver en sus miradas que piensan que soy de ellos por el hecho de estar ebria; pero lo que más gracia me da es que son ellos son los que están justo donde deseo que estén. Me dan la vuelta, pero no los miro, estoy en la esquina de la piscina y solo hago un gesto para controlar la situación; abro mis piernas, y no de ellos se acerca, me penetra, busca mi mirada, no obstante, me resulta fácil esconderla. 

Tomo un sorbo de mi vino y le digo que se venga. Su cuerpo se estremece junto al mío, eso nos convierte ahora en cómplices. Le digo al segundo, que me lleve fuera de la piscina; me toma en sus brazos, y nos sentamos en los escalones del borde, pongo mis dedos en su frente para indicarle que se acueste. Tomo otro sorbo, me monto encima, su verga entra sin dificultad. Lo controlo, mis caderas se mueven, toca mis tetas, pero no lo miro a él, miro a los otros dos, que me dicen palabras sucias continuamente. 

El segundo no tarda en venirse, y yo hago lo propio. El tercero esta en una silla y voy hacia él, mantengo la copa de vino en mi mano y el me recibe con su pene erecto, mirándome y deseándome. Lo cubro con mi vagina, llega hasta el fondo, no tengo duda que esta todo dentro de mí. Mis caderas vuelven a moverse, y me excita la sensación de controlarlo a él, de controlarlos a ellos. Nos venimos.

Termino mi copa, la extiendo y sin decir pala la llenan de nuevo, regreso a la piscina, mi mirada vuelve a perderse en la naturaleza. 

 

Un vino en la piscina

 Ensimismada en mis pensamientos pase esa tarde, suele pasar que lo que me miran creen erróneamente que estoy triste, o que algo me preocupa; sin embargo, mientras usted mi querido lector se desconecta de su mundo en una pantalla, yo suelo hacerlo con una copa de vino y mirando a alguna parte, puede ser mi ventana, pueden ser mis pies o un hombre que yace desnudo en mi cama. 

En esta ocasión esta el vino, pero no miro por mi ventana, más bien mi mirada se pierde en la naturaleza mientras estoy desnuda en una piscina. Tres hombres me rodean, me hablan y parece que les respondo algo, pero para ser sincera apenas si estoy atenta a ala conversación. 

Hace un rato, los tres se vinieron casi al tiempo en mis tetas, estaba arrodillada ante ellos, en el centro como punto de convergencia de su leche. Creen que me desinhibe el vino, así que me han traído más; qué tontos. No necesito el alcohol para eso.