lunes, 30 de noviembre de 2015

Alcohol y Sombras I: El Comienzo

Estoy especialmente triste, pero la gente ve mi mal humor, es como una rabia que enmascara una tristeza profunda; la U va bien, pero no salgo ni me relaciono con nadie de allá, creo que piensan que soy antipática o creída, y en algún sentido tendrán razón soy como un autómata que va a estudiar y se va al terminar las clases.

Tengo un trabajo final en una materia, y lo he venido aplazando demasiado tiempo; como buena colombiana deje todo para ultimo momento, según en mis apuntes tengo que realizarle una entrevista a un profesional, e identificar cuál ha sido los puntos claves de su desarrollo profesional, para eso tengo que grabar la entrevista y presentar de manera escrita un perfil del entrevistado, y todo eso es para el lunes, y hoy es viernes.

Lo primero que pensé fue entrevistar a algunos de mis padres, pero resultaría muy obvio, y corría el riesgo de un sermón ético de mi padre, por lo que fácilmente descarte esa opción. Me di cuenta que en mi circulo social no habían profesionales, cosas de la edad y mi momento de vida, supongo. Mi jefe en el bar tiene un socio, es un abogado litigante, tiene su propia oficina, lo distingo porque en ocasiones ha ido al bar. Mi jefe me ayuda, comentándome que su socio esta dispuesto y tiene un espacio libre el viernes en la noche. Me pareció curioso, pero no hice preguntas.

Llegue muy temprano, entonces decido comerme una dona de arequipe en un donkin donuts cerca al parque de Lourdes, según recuerdo, este señor es muy serio e intimidante, y esas imágenes me llevan a pensar en huir, pero perder una materia no es una opción, Tengo miedo. Trato de relajarme pidiendo otra dona, que devoro con una ansiedad que me recuerda que no he almorzado.

Se acerca la hora, salgo del local ya teniendo claro cuál es el edificio, pero tengo que devolverme, olvide mi maleta en el dunkin, me siento estúpida, y tengo una sonrisa estúpida de aquellas que tiene pequeños temblores en la comisura de los labios. Estoy frente al edificio, mi jefe me había dado el teléfono de su socio, y me indico que debía llamarlo cuando estuviera en el edificio. Tome mi celular, y saque una hoja donde tenia anotado su teléfono, marque, tuve que marcar tres veces ya que mis dedos estaban temblando lo que hacia que digitara mal el numero; cuando finalmente lo logre el teléfono empezó a marcar, y marcar, y nadie respondió. Lo intente de nuevo, y no hubo respuesta.

Me desespera tener que esperar, pero bueno, tal vez esta ocupado, espero diez minutos e intento de nuevo, pensé. Me di vuelta, contemple ríos de gente caminando, y esperando bus, ya todos camino a casa. Mi teléfono sonó, llego un mensaje de texto que decía:

"Pilar, estoy ocupado, en 10 min bajo por usted, disculpe hacerla esperar tanto".

Ni modos, tendré que esperar, es difícil describir mis sensaciones en ese momento, había alegría pues podría hacer la entrevista y terminar con es angustia de perder una materia, pero también había miedo, como si en el fondo habría sentido un alivio por no hacer esta entrevista.

Diez minutos eternos, tenia frió, apenas llevaba una chaqueta de jean, y una blusita esqueleto; la puerta se abrió, era él.

 -Entre Pilar, no me había dado cuenta que se volvió de noche- lo dijo secamente, como si su mente no se desconectara del trabajo ni por un segundo, con su mano detuvo la puerta e hizo un gesto invitándome a seguir.

Cuando pase a su lado fui consciente por primera vez de lo alto y gordo que era, si lo abrazara, estoy segura que mi mejilla se apoyaría en su estomago; también note un acento, seguramente de la costa, B/quilla o Cartagena, o algo así, moreno y con un corte que me recordó a los militares.

Al entrar en el ascensor, pude ver en el espejo la diferencia de tamaño, él ocupa todo el espacio del pequeño ascensor, mientras que yo quedo relegada a un pequeño rincón. Si se atascara el ascensor, él se robaría todo mi oxigeno, pensé, y se dibujo en mi rostro otra de esas sonrisas nerviosas.

Su oficina es en el tercer piso, él se adelante sin decirme nada, saca unas llaves y abre la oficina; actúa como si tuviera prisa, o simplemente es su ritmo de vida, entro a su oficina, hay dos escritorios de madera, una ventana grande que da hacia la Cra 13, y hay una puerta que esta cerrada, imagine que era un baño.

Sonó su teléfono, contesto, parece ofuscado con la persona, la conversación me hace sentir incomoda y decido observar la imagen que brinda la ventana. Por lo menos su voz va a quedar muy clara en la grabación, eso me recuerda que debo revisar la grabadora, y estar lista, no quiero quitarle demasiado tiempo a este tipo.

-Pilar, sigue por aquí- abre la puerta de madera, no era un baño, es un salón de reuniones, hay una mesa ovalada, con aproximadamente seis sillas alrededor. Seria irónico que su segundo nombre fuera Arturo, pensé.

-¿Quieres tomar algo?, ¿un whisky, ¿un tequila?- pude ver que cerro la puerta y apago su celular, lo que se reflejo en una expresión de alivio, como si oprimiera un interruptor y lo pusiera en Off. Su día laboral había terminado y quería relajarse.

-Un whisky esta bien- asentí, tuve una extraña sensación de vergüenza si daba una negativa a su amabilidad, parece que es un lado que poco sale de él.

Mientras servia mi trago, pude notar su mirada, me deseaba, pero este era una expresión de deseo diferente; estoy acostumbrada a que los hombres que me desean se conviertan brevemente en caballeros dulces, con expresiones amables y gestos juguetones, pero él es diferente, es fuerte, imponente, es como una roca, tal vez odie las mujeres. Por otro lado esta con vestido y corbata, demasiado formal y pulcro, soy una adolescente al lado de él, creo que eso puede molestarle, creo que no odia a las mujeres, odia a las adolescentes. Se sentó al otro extremo de la mesa.

-Bueno, pues este es un trabajo para la universidad, voy en segundo semestre... - me sentí tonta tratando de demostrar que no era una adolescente, pero igual continué.

-Qué interesante, pues Leo, me hablo estos días del tema, y como le ha ido bien en el bar, pues no le vi problema- sus gestos contradecían sus palabras, apoyo su rostro en su mano, y se escuchaba aburrido.

-Si, pues... es... una... entrevista pequeña- me alivie de terminar la frase, por un momento pensé que no lo lograría, a continuación puse la grabadora en la mesa y la encendí.

-¿Podría usted... hablarme un poco de su formación profesional?- soné como una grabación robotizada.

-Sí, si podría- se quedo en silencio, y me miro fijamente. Fruncí el ceño, lo vi como a una hormiga debajo de mi bota, lance una sonrisa estúpida y dije:

-¿Cual ha sido?- dije con firmeza pero me sonroje, comencé a sudar, tenia la sensación de tener la frente perlada.

-Soy abogado, egresado de la Universidad Católica, en Bogotá...- de pronto caí en cuenta que no le pregunte el nombre, y golpee ligeramente mi frente con mi mano.

-Perdón, y ¿Cual es su nombre?- eso me va a costar puntos menos en la evaluación.

- Mi nombre es Víctor- levanto una ceja, lo odio por eso.

Cuando apague la grabadora pude ver que habían sido 20 minutos de desastre en una entrevista digna de un niño de cinco años, pero por lo menos ya la había hecho, eso era un alivio.

-¿Cuantos años tienes Pilar?- me sorprendió con la pregunta, esperaba que simplemente se levantara y me indicara la salida.

-Tengo 19, los cumplí hace poco- volví a mi tono habitual de niña.

-Muy bien, y estudias psicología, y trabajas los fines de semana en el bar... ¿tienes novio?, ¿hijos?- su tono cambio, menos fuerte y genuinamente interesado.

-Soltera, sin hijos- dije, mientras guardaba la grabadora en mi maleta.

-Y, creo que vives sola, ¿no es así?- me sorprendió lo bien informado que estaba.

-Si, ya hace un año... casi- 

-Una mujer tan bonita y ¿sin novio?, ¿qué pasa?- se levanto, se acerco y se sentó en otra silla a mi lado, nuestros pies se tocaron.

-Estoy bien así- fruncí el ceño, mostrando desagrado en pensar en una relación formal.

-Sí, conozco a las que piensan como tu- puso su mano en su entrepierna, comenzó a frotarse sin ninguna vergüenza o pudor.

Me sonroje aun más, mi cuerpo se puso rígido, la mirada procure mantenerla arriba, pues no sabia cómo reaccionar.

-Además estoy buscando una asistente...- su comentario me dejo desconcertada, ¿para qué me dice eso?, yo no estoy estudiando derecho. -... y de pronto estas interesada- me tuteo por primera vez, debo admitir que le sonó gracioso.

-¿Yo? pero si, yo no estudio derecho...- 

-No pasa nada, necesito a alguien que me ayude, y no tiene que saber de derecho- se froto con mayor intensidad, su pene parecía iba a reventar su pantalón.

No podía escapar, la puerta estaba cerrada, y Víctor bloqueaba mi paso; comencé a preguntarme lo que sucedería si expresaba no estar interesada, y más aun las implicaciones o qué clase de pacto cerraría con el diablo si aceptaba el trabajo, mi única certeza es que no conozco nada de este hombre, y el trabajo podría venir bien.

-No es nada complicado, y estoy dispuesto a pagarte bien... solo si...- saco su pene, y comenzó a masturbarse como si estuviera solo.

-Solo si... ¿qué?- complete su frase, y pase de estar completamente intimidada, a estar intimidad pero con un poco de diversión que hace mucho no sentía.

Sin embargo en mi mente empezó a correr una película de lo que sucedería, como si estuviera segura de lo que venia, ya que de alguna manera no era la primera vez que estaba en una situación semejante, en ultimas casi todos los hombres tiene las mismas fantasias.

-Pues necesito una mujer descomplicada, como tu, y necesito saber ¿hasta que punto es tu "libre pensamiento"?- intuí un reto, difícilmente le huyo a los retos... y lo odie porque parecía que actuara y hablara de modo que me hacia sentir que sabia todo sobre mi.

-ok- realmente no supe qué más decir.

-¿Quieres hacer la prueba?- me miro a los ojos, no dejo de masturbarse, lo hacia lentamente.

-Esta bien- dije sin dudarlo. No tenia nada que perder.

-Muy bien, entonces levántate y quítate la ropa... lentamente-

Me puse de pie, me quite la chaqueta y la colgué en el espaldar del asiento, me senté y me quite mis botas, que deje debajo de la mesa; me puse de pie de nuevo, desabotone mi jean, lo baje lentamente y lo deje en el suelo, a continuación me levante mi blusita, y la deje en la mesa, no traía bra, luego me di la vuelta, le di la espalda a Víctor y baje mi hilo azul claro, me puse en cuatro por unos instantes y lo deje encima de mis jeans.

Me volví para mirarlo, me percate que sus ojos recorrían detenidamente mi cuerpo, seguía masturbandose lentamente, sin prisa, creo que pretende que la situación no termine nunca.

-Ahora quiero que te pongas boca abajo en la mesa... recuéstate, ponte cómoda- se puso se pie, puso su mano en mi mejilla llevándome a la mesa, y acomodando mi cabeza delicadamente. A continuación metió dos dedos en mi ano, en una mezcla de determinación y delicadeza, que logro que gimiera con efecto retardado... ya cuando sus dedos habían entrado por completo.

-Así es la prueba, y de ti depende tu paga- definitivamente no entendí el reto. Saco sus dedos, abrió un cajón en un mueble, saco un cuaderno y un lápiz, empezó a escribir algo, se mostró emocionado y excitado, como impaciente por comenzar, enseguida puso el cuaderno a mi lado, para poder ver lo que escribió, mientras con el lápiz empezó a enfatizar cada una de sus palabras golpeando el cuaderno con el borrador del lápiz. -Si aguantas menos de 5 minutos, no tienes el trabajo y no nos volvemos a ver en la vida; si aguantas más de 10 minutos, esta va a ser tu paga; si aguantas más de 15 minutos esta va ser tu paga, y si aguantas hasta que me derrame... esta sera tu paga-.

Abrí mis ojos con sorpresa, económicamente la oferta es bastante tentadora, pero igual, no debe ser fácil, por e modo en que me lo ha dicho me hace pensar que no es la primera vez que hace algo así.

-Esta bien- dije, y cerré mis ojos, como si al hacerlo me volviera más fuerte.

-Nos vamos a guiar por el reloj de la pared, ¿esta bien?-

-Esta bien...- no me dejo terminar de contestar cuando metió sus dos dedos nuevamente, sin aviso, los saco rápidamente, escupió en mi ano un par de veces y su verga empezó a entrar lentamente en mi culo.

Apreté mis labios, la situación si duda me tiene mojada, puedo darme cuenta que mi coñito esta humedeciendo la superficie de la mesa, pero el dolor también es innegable; comienza un ritmo, no muy rápido, no muy lento, lo saca lentamente y lo mete de un empujón violento, cada vez que lo hace grito, no tarda entonces en acelerar el ritmo, manteniendo la fuerza, siento dolor y placer, y lucho por enfocarme en el placer. Tengo el impulso de abrir los ojos y mirar el reloj... pero no lo hago.

-Ya...cinco... minutos- dijo Víctor jadeando ligeramente.

Admito que tenia cierto temor de no llegar ni a los 5 minutos, sentí alegría, es la primera vez en casi seis meses que siento alegría; y viene una envestida con más fuerza, ahora va lento, y cada vez que entra me quiere destrozar, mis gritos son mas fuertes...intensos, y ahí viene otra ves... me duele, y de nuevo... no creo que aguante. Llevo mi mano a mi coñito, tal vez frotando mi clítoris pueda nivelar el placer. Mis expresiones son extrañas, oscilan entre gritos de dolor seguidos por gemidos de intenso placer. Él me agarra del cabello, hala de el arqueando mi espalda ligeramente hacia atrás.

-diez- susurra a mi oído, y en su voz noto el cansancio y el placer.

Me esta destrozando, y mis gritos lo alientan a seguir haciéndolo; me enfoco totalmente en mi clítoris, hay más gemidos que gritos ahora, algunos dirían que son gemidos gritados de placer, pero debo hacer algo y no resistiré más, voy a buscar mi orgasmo. Lo froto con intensidad, mi humedad facilita que sea intenso y con buena velocidad...y no tardo en sentir que esto cerca, estoy tan cerca, llego al limite, no hay vuelta atrás, sale de mi boca un grito ahogado de placer y un desahogo de meses, la mesa queda empapada.

Víctor percibe mi orgasmo, acelera su ritmo, con todas sus energías... y gime, siento gotitas de sudor en mi espalda, y mi ano ser llenado de su semen. Se deja caer un instante sobre mi, es demasiado pesado, entierro mi codo en su estomago indicándole que se levante. Se pone de pie, agitado.

-Mierda, no llegue a 15- dijo Víctor, sonreí sinceramente.

-¿Cuando empiezo?- pregunte juguetonamente.

-Pásate el lunes, en la tarde-


Prologo: Alcohol y Sombras

Pensaba que hay trabajos irremediablemente divertidos, como por ejemplo en un parque de diversiones, en una casa del horror, una tienda de tecnología o un bar. Sin embargo son trabajos que se suelen idealizar, y que deja a un lado una realidad que resulta ser no tan divertida y emocionante; el que trabaja en un parque de diversiones esta ahí para que los demás se diviertan, en una casa del horror la monotonía y la incomodidad pueden llevar al tedio, en una tienda Apple tiene que vender y competir, y si estas en un bar... bueno lidiar con borrachos nunca es algo divertido, o si, hasta cierto punto. El asunto con este ultimo es que te puede consumir, y da pie a que empieces una rutina y un estilo de vida poco sano, y aún más si no te encuentras bien.

He conocido personas que trabajando en un bar logran de alguna manera un equilibrio casi perfecto, se vuelven nocturnas, pero estudian, tienen relaciones y familias ejemplares, como que en todo hay un limite bastante claro que les permite llevar paradojicamente una vida sana. Pero también hay otros casos en que la vida nocturna, y el trabajo nocturno los consumen; recuerdo un buen amigo, emprendedor, con un aire independiente de aquellos que detestan tener jefes, lo que lo llevo a la idea de montar un bar. Lo curiosos es que literalmente se bebió su propio bar.

En mi caso, me pondría en los segundos. Seré sincera, cuando mi blog empezó a crecer y ha tener una idea clara, pensé saltarme e ignorar este periodo de mi vida, pero he decidido que para mantenerlo lo mas fiel a mi vida... debo contarlo, así que va a ser un año de mi vida, un año oscuro por así decirlo, un año que no viví, sino sobreviví.

Alcohol y Sombras es una serie donde ilustro la etapa más cruda y oscura, donde me puse en riesgo, y en donde tuve contacto con practicas sexuales más extremas y con personas dañinas, y de algún modo abusadoras. Por lo que es posible que no sea una lectura para todo el mundo.

Todo empieza 6 meses después de los acontecimientos de EN EL BAR, ¿y por que doy un salto de 6 meses?, en realidad considero que en ese periodo de tiempo no paso nada, fue un periodo muy tranquilo, me sentía tan mal que pasaba fines de semana enteros en mi casa, incomunicada, aislada. Incluso conviví con un par de compañeras, que hicieron que mi libido llegara casi a cero. Tuve una pareja formal, y había muy poco sexo.

Trabajando en el bar, recibía tantas propuestas indecentes, que termine por ignorarlas todas, creo que hasta me fastidiaban, estaba de mal humor casi todo el tiempo... estaba muy triste y peleada con la vida. Eso facilito que todo esto pasara, pues de haber estado bien estoy segura que habría tomado otras decisiones.

Pero todo cambio una noche, una noche cuando lo conocí a él.


sábado, 28 de noviembre de 2015

Tetas Grandes


Antes de entrar en la adolescencia pasa algo peculiar entre las mujeres, implícitamente nos damos cuenta de los cambios físicos que ocurren entre nuestros pares, llegamos a compararnos y nos vemos a nosotras mismas convirtiéndonos en mujeres.

Es usual desde el colegio ver a quien le han crecido sus senos, y ha quien no, y por lo general a la que le han crecido suele tener mayor éxito con los hombres, evidentemente llama muchísimo más la atención.


Los que me conocen un poco y mis lectores más fieles saben que yo soy de las que nunca le crecieron los senos; genética, lo delgada que soy, cualquiera que sea la razón tengo orgullosamente senos pequeños, pero admito que cuando estaba en mi adolescencia fue un tema que me acomplejaba, pues casi todas mis amigas del colegio tenían senos grandes, y eso socialmente parecía que les garantizaba cierto éxito.

Ver televisión corroboraba eso, pues en mi época de colegios figuras como Pamela Anderson eran el arquetipo de la mujer hermosa, de la mujer que es objeto de deseo. ¿y qué mujer no le gusta ser deseada?, ¿o ser mirada?, o ¿sentir que esa minifalda o ese escote atrae montones de miradas?.

Me han preguntado muchas veces ¿por qué no te operas los senos?; afortunadamente nunca ha sido algo que llame mi atención, me gusta como soy, y he tenido éxito así, no lo necesito para sentirme deseada. Además la comodidad de unos senos pequeños, no tiene comparación.

Igual hay que ser consciente que a un buen porcentaje de los hombres les gustan, y es un requisito dentro de su "mujer ideal", ya que les permite ciertas practicas y detalles en un encuentro intimo.

Algunos de mis lectores me compartieron al respecto que:

"me encantan las mujeres de senos grande poder masturbarse en medio de ello es excelente y que me tape el rostro con ellos"

"Ventajas una paja rusa, pero siempre un lío para la mujer es los dolores de espalda que le causa tanto peso en su busto"

"Las de senos grandes son ricas para tener el pene en medio dely"

"A mi me gustan más los pechos grandes!!! Me excito más!!! En Pocas palabras!!! Cojo más y más duro!!!"

Y así, y así... comentarios que apuntan básicamente a dos cosas:

  1. Son perfectos para practicas como la paja rusa
  2. A la vista y tacto genera ya placer

Desde mi punto de vista ayudan a:

  1. Seducir y provocar más eficazmente y con un mínimo esfuerzo.
  2. Sobresalir y hacerse notar.

Pero bueno, seguramente ustedes saben mejor sobre el tema, me gustaría leer sus opiniones. Ya que este tema solo es la introducción a algo que quiero compartirles y que tal vez no es tan difundido... desde mi experiencia le compartiré las ventajas de tener senos pequeños.

¿Qué otras cosas les agrada de los senos grandes?


viernes, 27 de noviembre de 2015

En el bar

Me dijeron que estudiar enfermería era para maricas, eso solo lo estudian viejas y maricas, me dijo mi padre el día en que le dije que quería ser enfermero; hoy termine el primer semestre, somos dos hombres en un curso con 20 mujeres, nos hicimos muy amigos desde el primer día, creo que estar entre tantas mujeres es intimidante. Bromeábamos respecto a que la mitad de las mujeres eran para él y la otra mitad para mi, y en la compañía de una cerveza fría debatimos cuales eran las suyas y cuales las mías.

Fue gracioso hasta que él empezó a tener éxito con "las que le correspondían", admito que me daba envidia cuando comentaba sus aventuras, en solo este semestre se había comido a tres de nuestras compañeras; yo, por otra parte he fracasado recurrentemente, a pesar que lo he intentado y he optado por varias estrategias, y ninguna me ha servido.

El fin de semana pasado estuve cerca, invite a Ana Maria a tomar una cerveza en un bar cercano, acepto mi invitación, eso me dio muchas esperanzas, además se tomo unas cervezas de más y eso me llevo a pensar que de esta no se me escapaba. Pero lo hizo, después de haber vomitado y pasar media hora en el baño llego su hermano mayor al bar y se la llevo, ni siquiera le saque un beso, ni uno de despedida por lo menos.

Soy caleño, y soy negro, llevo un año viviendo en Bogotá y empiezo a creer que a las mujeres bogotanas no les gustan los negros, eso me frustra, y las palabras de mi padre "estudiar enfermería es para maricas" retumba toda las noches en mi cabeza... tengo dificultades para dormir.

Hay un par de sitios que ponen salsa, voy frecuentemente. Un caleño es un dios en un sitio así, pero las bogotanas son tímidas, aceptan bailar una canción conmigo y luego se evaporan, como si me tuvieran miedo; la otra noche me levante una paisa recién llegada a la ciudad, pero no me paro bolas, eso me llevo a pensar que de pronto no son las bogotanas, tal ves es la ciudad, o tal vez yo. Bueno, en Cali era diferente... tenia mejor suerte.

Hoy es noche de cervezas con mi compañero, "noche de maricas" pensé, y maldije a mi papá por esas palabras. La decisión fue fácil, nos agrada un bar, no es muy grande, ponen buena música al volumen adecuado, de modo que no hay que gritar para poder entendernos; cuando llegamos pude ver que el bar estaba la mitad de su capacidad, magnifico, pensé, así es más fácil pedir canciones.

Nos sentamos, y sonaba algo de los Beatles, no reconocí la canción. El lugar estaba lleno de parejas, incluso pude ver un par de compañeras con sus novios, y yo con mi amigo... "maricas"; sin embargo mi humor mejoro cuando una mujer muy linda se nos acerco, podría armarse un trió, pensé rápidamente, cualquier cosa haría para darle fin a mi verano, peliroja, esbelta y con un par de tatuajes que eran apenas visibles, pero me animo se fue a pique cuando me pregunto lo siguiente:

-Buenas noches, ¿qué desean ordenar?- trabaja en el bar, tiene que ser amable con todos, mis esperanzas llegaron a cero.

-Dame una águila- dijo mi amigo

-yo quiero una club- dije secamente.

Admire su figura mientras se iba, debe ser nueva, nunca la había visto. Era la única mujer "sola" en el lugar entonces naturalmente hizo parte de inmediato de mis fantasías; mi amigo rápidamente me conecto de nuevo a la realidad, y me hablo sobre su salida con Jennifer, ella sin duda era la mujer mas atractiva del curso, madre soltera y con unos senos que constantemente me hacia soñar con poseerla, primero fui incrédulo, pues tenia la seguridad que ella nunca se metería con ninguno de nosotros.

-Pura mierda... esa vieja nunca...-

-Si quiere le muestro- dijo interrumpiéndome y soltando una carcajada.

Saco su celular del bolsillo, parecía que buscaba algo, pero no entendí bien qué pruebas podría tener en su celular. La mesera volvió con nuestras cervezas, pude ver mas de cerca sus tatuajes, y su piel blanca y suave por lo que podía apreciar, quería hablarle, decirle algo, pero no se me ocurrió nada nada inteligente y cautivador, me quede en silencio y ella se fue sin siquiera notarme.

Finalmente me paso su celular, pude ver un par de fotos de una mujer desnuda, en una cama con las piernas abiertas, pero podría ser cualquier mujer, sin embargo me percate que en esas fotos con mala resolución podía distinguirse el tatuaje de Jennifer en sus senos. Maldita sea, si es cierto, pensé. Y eso me llevo a una larga conversación, un tanto aburrida, sobre cómo lo había logrado, y una descripción de los talentos de Jennifer en la cama, admito que quede con una gran erección viendo las fotos e imaginándola.

Pedimos otras cervezas, y vi en acción a mi amigo.

-Quiero otra águila, angelito hermoso- su intención era sonar tierno, pero sonó como un pendejo. Ella debió pensar algo parecido por la sonrisa que se dibujo en su rostro y una ceja levantada.

Yo, quiero compañía femenina, hace mucho no la tengo, el pensamiento me trajo una sensación de nostalgia casi insoportable. Entonces, me puse de pie y pedí una canción, algo de Guns N Roses vendría bien. Me tope con la mesera, esta tomando aguardiente, trabajando en esto debe ser difícil no tomar algo, o tal vez su jefe la ve tensa y sabe de soluciones practicas, o simplemente es una alcohólica. No importa, es muy linda, pero ni sabe que existo, no se da cuenta que le tengo ganas.

La noche avanzo, no quería embriagarme, pero estoy borracho, deben ser mas de las dos de la mañana, el bar nunca se lleno, mi amigo intento conquistarse a la mesera, pero lo más que puso hacer en sacarle el nombre, Paola, o Paty, no pude entender muy bien cuando se lo dijo.

Este marica se quedo dormido, no tengo ni puta idea para donde llevarlo cuando salgamos, me lo voy a tener que llevar a mi casa... "maricas".

Hace calor, un puto calor que me sofoca, una sed abrumadora, me levanto voy al baño, necesito agua, podría tomarme una piscina, y aun así quedar con sed; el baño esta ocupado, otro borracho estará orinando, solo espero que no este orinando en el lavamanos, la mesera sale del baño de mujeres, y me sonríe, no se si me esta coqueteando o se burla de mi, me debo ver ridículo en todo caso.

Un hombre greñudo sale del baño, tiene la mirada perdida, debe ser una metáfora de su propia vida. Entro al baño y me quito la camiseta, abro la llave del lavamanos, junto mis manos formando una copa, tomo agua, y con mis manos empapo mi cara, mi cabello, mi pecho, siento un gran alivio; no me decido si salir o quedarme un rato, aislado y lejos de la música, es agradable alejarme de todo, pero pienso en mi amigo, esta solo y dormido, a continuación abro la puerta lentamente, y salgo, solo para darme cuenta que olvide mi camiseta.

Tal vez lo estoy imaginando, pero todos me están viendo, y burlando; de nuevo soy un payaso, la mesera me esta viendo, seguramente sera una anécdota que le cuente el resto de sus días a sus amigas, de aquel caleño borracho, desorientado que no sabia donde estaba de pie.

Hay una mano en mi pecho, cálida y pequeña, me empuja de nuevo al baño, debe ser muy fuerte porque no tengo como resistirme, no tengo claro quién me esta empujando.

-Espera... - creí escuchar

Vi hacia abajo, era ella, o una visión de ella, debí desmayarme en el baño y ahora estoy soñando, ella se frota contra mi cuerpo, me da algo de vergüenza notar mi erección, ella, así sea un sueño puede pensar mal, puede imaginarse que soy un eyaculador precoz, y con mi suerte, tal vez hasta en un sueño termine mi verano, pero con una frustración, y el chisme va a correr y...

Golpee mi cabeza contra la pared, dolió, me despertó, con la sorpresa de que todo es real, la mesera esta lamiendo mi pecho, luego alza la vista y mira mi ojos, se da vuelta, nos miramos en el reflejo del espejo, qué pequeño es el puto baño, pensé. Si su cuello, ella como indicándome se recogió el cabello, ladeo su cabeza indicándome que besara su cuello, y lo hice...su aroma, su suavidad, toda una delicia de una figura femenina que por tanto tiempo la vida me había negado.

Sus ojos, eran tristes o tal vez estaba borracha también, bueno para estar en estas conmigo debe estar borracha; con sus manos esta frotando mi verga, me duele, quiero que este libre, desabotono mi jean, dejo que queden hasta mis rodillas, libero mi pene y ahora me concentro en agarrarle sus teticas; ella parece no querer perder tiempo, se baja sus jeans rápidamente, tiene un hilo rojo, y acompaña a sus jeans que bajan hasta sus tobillos, se inclina apoyándose en el lavamanos.

Bajo mis manos a buscar esa cuquita, esta húmeda, muy húmeda, solo pienso en meterlo, ella me mira por el espejo, como alentándome a que la penetre de una vez; enseguida sin pensarlo dos veces agarro mi verga, y se la meto, suavemente, no puedo creer que este dentro de ella, su cara comunica placer.

Temo que sus gemidos nos delaten, nunca había estado con una mujer que gimiera tanto, y quiero darle más duro, entonces pongo mi mano en su boca, ahogando todos sus ruidos de placer, y la penetro con fuerza, quiero destrozarla, nuestras miradas están conectadas por el espejo, y es como si le entendiera que quiere que no me detenga y que le de más duro; y eso hago, con su humedad se me hace muy fácil entrar y salir, ahora miro su culo, puedo verle otros tatuajes que antes no vi, solo son visibles cuando uno se la esta culiando, pensé.

Mientras la seguía penetrando, busque su culo con mis dedos, y le metí un dedo, ella no protesto, entonces le metí dos, ya no puedo verla, el espejo se esta empañando, yo estoy sudando; ella pasa una mano por el espejo, parece que esta interesada en ver nuestro reflejo, eso la caliente, puedo notarlo. Quiero venirme, pero no sé donde venirme, no me quiero detener y esta puta no me pidió condón. De malas, problema de ella, me le voy a venir adentro, le voy a llenar esa cuquita de leche.

Alguien abre la puerta del baño, tengo la sensación que todo el calor acumulado se va por la puerta, hago un gesto con la mano, y cierro la puerta nuevamente; ya estoy a punto de venirme y ningún hijueputa me va a interrumpir.

Estoy a punto... le voy a dar todo... todo para ella... ella lo pide. Pongo mis dos manos en su cadera, ella deja salir sus gemidos sin temor a que la escuchen, le doy con mas fuerza, y ganas, y... estallo dentro de ella sin control.

Mis fuerzas se fueron, veo que ella se sube sus jeans, se arregla un poco el cabello y sale del baño, sin decirme nada, necesito más agua, me siento deshidratado; tomo un poco de agua, me pongo mi camiseta y salgo del baño, el lugar esta casi vacío, mi amigo sigue durmiendo, tomo asiento junto a él, y miro a mi alrededor, la estoy buscando, sin duda quiero seguir en contacto, pero no la veo.

Tengo que hacerme cargo de mi amigo, volver a mi realidad, me resulta amargo. Lo despierto, pagamos, y salimos a buscar un taxi, pero quisiera irme con alguien más. Tendré que regresar otra noche.


martes, 24 de noviembre de 2015

Monologo II

Esta terminando el semestre, estoy llevando una buena vida... me encanta, vivo sola, estoy estudiando algo que me gusta, tengo una vida sexual plena y satisfactoria. No hay nadie que me vigile y hago lo que quiero, cuando quiero y con quien quiero, y apenas tengo 18 años. Pronto cumpliré 19.

Pero me siento mal, no sola, me siento triste.

Apenas mayor de edad, apenas viviendo libremente; disfrutando y experimentando mi sexualidad, aveces de formas muy arriesgadas, aveces con personas insospechadas, pero al fin y al cabo teniendo una aventura que me genera placer.

No entiendo mi tristeza, mis ganas de vivir se esta drenando dejando mi cuerpo casi vacío. Tengo otro retraso apenas de una semana, pero esta vez no me importa.

¿Tal vez un nuevo trabajo?, pronto tendré más tiempo. Volver con mis padres no es una opción, tampoco es la U, creo que elegí bien o por lo menos no hay arrepentimiento en mi. La alegría se fue y me dejo vacía.

Hay un hombre desnudo en mi cama, aún duerme; no sé su nombre, no sé si es casado o tiene hijos, anoche me genero un buen orgasmo es todo lo que importa, pero hay algo diferente, desde hace algunos días no quiero que nadie se quede en mi apto... no lo soporto. No quiero que me hable, no lo quiero ver.

Quiero que todo se vaya a la mierda.

Voy a tomar ese trabajo, puede ser lo que necesito, o puede que me destruya.

Me vale una mierda, lo tomare y...


lunes, 16 de noviembre de 2015

Sexo en la ducha

Cuando hablo con personas sobre sus fantasías en el plano sexual, o sobre las preferencias a la hora de tener algún encuentro intimo, ya sea casual o con la pareja estable, el sexo en la ducha resulta ser algo recurrente en el imaginario de muchas personas; hombres y mujeres comparten que la idea de la desnudez, el agua, la humedad hacen parte de una practica alterna a la cama, y que lleva a otras experiencia en donde los sentidos tienen experiencias diferentes.

Debo admitir que al principio la idea de tener sexo en la ducha no llamaba mi atención, pues lo consideraba poco practico, incomodo y que me parecía una perdida de tiempo. Varios de mis amantes siempre me hablaban de que querían follarme en la ducha, y yo respondía con gestos de indiferencia; no le veía sentido, no entendía qué podía brindarme cambiar la cama por la ducha, mejor la comodidad de la cama a la incomodidad y el frió de una ducha. Sin embargo con el tiempo cambie de opinión...

Tendría alrededor de 19 años de edad cuando empece a frecuentar moteles en la ciudad de Bogotá, y cuando empece a viajar con cierta frecuencia a lugares cálidos de mi país. En los moteles (según donde vayas) puedes encontrarte con baños y duchas de lujo, que te llevan a pensar en la agradable sensación que debe generarte bañarte ahí; o si viajas a clima cálido con algún amante la ducha se vuelve un lugar deseado en varios momentos del día. Por lo que desde entonces me uní al club de los que les encanta tener sexo en la ducha.

En la actualidad es para mi una practica recurrente e indispensable en mi vida sexual.


Requisitos Para una Optima Experiencia 


  1. Una ducha lo suficientemente amplia: si la ducha es muy pequeña, el placer de la situación se disminuye, ya que las posibilidades de cambiar de poses es limitada. Si la ducha es lo bastante amplia es como si ya la imaginación deja de tener limites. En lo personal me gusta jugar a que se me cae el jabón... y eso necesita de una ducha un poco amplia.
  2. Relación Fuerza-Peso: resulta fundamental que exista una buena relación entre la fuerza del hombre y el peso de la mujer; hombres con poca fuerza con una mujer con un peso elevado hace que la experiencia se convierta en un trabajo, e impide que la situación fluya; por tal razón es fundamental que haya una buena relación... pues personalmente me encanta un hombre que pueda cargarme en la ducha.
  3. Flexibilidad: resulta siempre básica para cualquier practica fuera de la cama.
  4. Temperatura del agua: agua muy fría dificulta una erección, ademas que distrae demasiado... a no ser que estés en un clima muy cálido.
  5. Pulcritud: siempre va a ser fundamental la limpieza, un baño sucio siempre baja la libido a cualquiera.
  6. Desear el cuerpo del otro: si no hay una verdadera atracción física... esta no sera una buena practica.

Lo bueno


El cambio de contexto, estar fuera de lo habitual siempre resulta ser una experiencia que te genere sensaciones diferentes, resulta ser muy sensual la desnudez y el contacto con el agua, resulta ser la situación ideal para conocer completamente el cuerpo de tu pareja.

Enjabonarse mutuamente puede resultar una experiencia muy intima y placentera, en donde se le da a la piel una atención especial.

Lo no tan bueno


No todas las duchas son aptas para esta practica, y tampoco es algo para hacer con todas las personas; me he dado cuenta que cuando el cuerpo de mi amante no me atrae lo suficiente (así sea el mejor amante del mundo), esta resulta una practica poco placentera.

Lo mejor


Si la atracción física es muy fuerte, esta es de las mejores practicas que pueden compartir, la situación se da para jugar mucho, para tocarse y mirarse.

GuiaCereza.com

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lunes, 9 de noviembre de 2015

Todos Fracasos II

Estoy viendo mi reflejo en el espejo del ascensor, durante toda la noche he tenido la sensación
de estar despelucada, pero cuando me vi, me di cuenta que no es asi; estoy mareada como efecto de las tres cervezas que tome, lo que me genera una experiencia extraña cuando me veo a mi misma, veo a mi lado a un señor mayor, esta casi calvo, su cabello es gris y esta de saco y corbata como si fuera a su oficina. Tiene una argolla en el dedo, esta casado, tiene tres hijos, lo sé porque conozco a uno de ellos, al menor. Su apartamento esta en el piso 13 (¿un mal presagio?), se da vuelta y me besa el hombro, me pica su bigote mal cuidado, apesta a alcohol y tabaco.

Se abren las puertas del ascensor, no hay nadie en el pasillo, he venido un par de veces, pero esta vez es diferente, tengo algo de culpa, tal vez no debí venir, pero, ya es tarde él cierra la puerta y pone seguro... no tengo escapatoria.

Me besa apoyándome contra la puerta, yo busco relajarme teniendo un dialogo interno en donde justifico que nadie se va a enterar. Con sus manos desabotona mi jean, pongo una mano en su pecho, lo aparto un poco y digo:

-vamos al cuarto-

Me toma de la mano, me lleva a su cama matrimonial. Tomo asiento en un sofá que esta en la habitación, me quito mis botas y el pantalón, me pongo de pie y dejo mi blusita en el suelo, junto con mi bra y mi tanga, enseguida busco la cama y me acuesto en ella; abro mis piernas y con dos dedos froto mi clítoris ligeramente, él se arrodilla a los pies de la cama y acerca su boca a mi coño, su bigote me hace cosquilla lo que hace me estremezca un poco como tratando de huir.

Su lengua toca mi clítoris, lo acaricia gentilmente, saborea mis fluidos que ya inundan mi coñito, sin prisa me da placer, me doy cuenta que quiere hacerme sentir bien, a continuación se pone de pie, se coloca un condón, abro más mis piernas para recibirlo, él se tumba sobre mi, me penetra una vez, dos veces, la culpa se va quiero que me penetre toda la noche... lo mete una tercera vez, gime, se estremece y se detiene.

Nooo, no puede ser lo que me estoy imaginando, no en este momento, maldita sea.

Lo saco, y se acostó a mi lado, vi el condón lleno de semen. Después se levanto y se fue al baño; mientras con mi dedo intente seguir, comencé a masturbarme, pero era tanta mi frustración que no sirvió de nada. Maldita sea, volví a pensar.

Pasaron alrededor de diez minutos y no salia del baño, fueron diez minutos eternos y aburridos en donde mi frustración me consumió. Se abrió la puerta, y salio él con una erección y un nuevo condón. Me entusiasme: "tal vez estaba ansioso, ya se habrá relajado, bueno no importa ahora si que me demuestre lo que saber hacer".

Me tomo por los tobillos, puso mis piernas en sus hombros, busco mi vagina y me penetro, esta vez lentamente, frote mi clítoris con mis dedos, él se entusiasmo, acelero el ritmo, me penetro con fuerza, luego lo volvio a hacer, y de nuevo, y de nuevo, y una ultima vez que lo llevo de nuevo a estremecerse, lo saco y se acostó a mi lado.

Maldita sea ¡¡ íbamos bien, mejor me habría quedado en mi casa.

Pasaron unos cinco minutos en silencio, no nos miramos, no hicimos nada. Decidí tomar la iniciativa esta vez, tome su pene que estaba con una erección a medias, lo masturbe lentamente, mi idea consistía en lograr la erección completa y ponerle otro condón, hacerme encima de él, cabalgarlo y buscar egoistamente mi orgasmo... almenos uno.

Lo hice suavemente, luego con mas intensidad, busque el condón, y mientras hice eso sentí un liquido caliente en mi mano.

Qué mierda es esto¡¡ no puede ser, maldita sea me rindo, perdí mi puto tiempo.

No dije nada, ya todo estaba dicho, fui al baño, me lave las manos, luego me vestí dispuesta a irme, o, huir, si creo que huir es la palabra más adecuada, nunca había estado tan frustrada.

-Mira... ehh ... te pido un taxi- me dio un billete de 50. Abrí mis ojos llenos de ira. Él se intimido.

Tuve la dulce fantasía de estrangularlo.


viernes, 6 de noviembre de 2015

Diario Libidinoso IV: Seducida por el lado oscuro de la fuerza


(31-10-2015)


Soy una enfermera, no, soy una enfermera sexy, con estetoscopio colgado al cuello, con él no puedo escuchar el corazón, es de plástico, tal ves podría romper alguno, o aún mejor atar las manos de alguien. No estoy buscando corazones fracturados, más bien quiero la cercanía de uno cálido y que acelere con mi presencia.

Me invitaron una fiesta de Halloween, es algo que desde hace años me encanta, me divierte; solo conozco a uno de los anfitriones de la fiesta, que se decidió por hacerla en su propia casa, no es muy grande, pero fácilmente hay alrededor de cincuenta personas. Llegue a la fiesta casi a las 10:00 pm, sonaba música electrónica que podía escucharse hasta la esquina de la cuadra, hay luces, muchas lamparas de calabazas que dan un tono naranja tenue, y rayos de luz azul que proyectan estrellas en las paredes.

Lleve un vestidito corto que apenas tapa mi cola, blanco con franjas rojas en los bordes y con una cruz roja en el pecho, un pequeño gorrito de enfermera, el estetoscopio, y por diversión no me puse ropa interior. Tome un vaso de cerveza que me ofreció un hombre lobo tan solo al entrar a la sala, todos estaban bailando, pude ver a Tarzan, un pitufo, a Naruto, a Thor, entre otros.

Me integre rápidamente al baile, con el vaso en la mano seguí el ritmo de la música, Dracula se me acerco por mi espalda, puso una mano en mi cintura y se adapto a mi ritmo, jugando en ocasiones a clavar sus colmillos en mi cuello, lo que me pareció divertido, grite como pidiendo auxilio, él rió. A mi costado esta una conejita de Playboy, rubia, llama la atención de todos con sus movimientos sensuales y su voluptuosidad; a lo lejos un gladiador negro, su cuerpo lleno de aceite, él es que tendrá la mejor noche de todos los que estamos reunidos, todas se derriten por él, pensé.

Una luz roja se poso en mi hombro y un zumbido familiar casi arquetipico hizo eco en mi oído, me di vuelta y me sorprendí ver a Darth Vader con su brillante espada de láser, me cubrió con su capa; tenia una mascara que tenia todos los sonidos del personaje, su respiración y distorsionaba su voz de una manera que me entusiasmo.

-Yo quiero...- dije y le quite la mascara, me la puse, me di cuenta lo difícil que era ver con eso puesto.

Lo mire, era bastante alto, 1.90 como mínimo, y con un rostro tan juvenil que sentí algo de pena, es un niño, pensé.

-Devuélveme la mascara, no eres digna- exigió con un tono de sarcasmo machista.

-Puedo sentir tu ira... niño-

-Más bien contento de ver una enfermera sexy-

-La fuerza es débil en ti... niño-

Me tomo entre sus brazos invitándome a bailar un ritmo más lento, haciendo frotar nuestros cuerpos, sus manos bajaron y... me tocaron, primero mi abdomen al que dedico un buen tiempo, el volumen de la música se incremento, la gente estaba más animada, no entendí la razón, me quite la mascara, y si que las personas formaron un circulo.

-Ven, miremos qué pasa- dijo mi acompañante, me tomo de la mano y me halo hacia el grupo.

Nos abrimos paso, y era una escena digna de cualquier película porno, la conejita cabalgando al gladiador negro, que afortunada era ella, y mientras pensaba eso mi acompañante subió un poco mi vestido, y puso su mano en mi coñito; no dije nada, no hice nada, él entendió que podía continuar, entonces froto mi vagina suavemente, todo facilitado por una humedad que tenia casi desde que llegue a la fiesta.

Cuando me llevo al segundo piso, me percate que en varios de los cuartos ya habían parejas follando, creo que sucede mucho en Halloween, y en fiestas de esta clase; cuando entramos en un pequeño cuarto, había una pequeña cama y no tenia luz, de modo que la única luz era el rojo de su espada que apenas si permitía hacer algunas distinciones, entonces entendí por qué todas las puertas las habían dejado abiertas.

Él me tomo del brazo y me llevo a la cama, me tomo del cuello obligándome a ponerme en cuatro, subió mi disfraz un poco, se arrodillo en el suelo al borde de la cama; enseguida con dos dedos estimulo ligeramente mi clítoris, luego percibí su lengua que se deslizo por la mayor cantidad de mi superficie vaginal posible, gemí, me fascino la sensación, pues tuvo toda la paciencia del mundo, no parecía cansarse, su lengua jugaba y jugaba.

A continuación un dedo en mi culo, que se abría paso lentamente pero con constancia, su lengua no se detenía, enseguida su dedo entro casi todo, luego metió un segundo dedo, comenzando ha hacer algunos movimientos circulares, después sus dedos salina y entraban; se puso de pie, estaba esperando su verga, pero sentí algo diferente que entraba en mi ano, mire por encima de mi hombro y vi que me estaba metiendo su espada láser, brillante y cálida.

-No soy un niño- dijo, y lo metía y sacaba.

Se acerco y con la otra mano comenzó a meter sus dedos en mi vagina, logrando rápidamente que me viniera... me desplome como si el orgasmo fuera un golpe, mi amante saco la espada y sus dedos, se puso de pie colocándose un condón con una prisa que me hizo entender que temía que yo no tuviera más energías o deseo.

-No he acabado- y se hizo encima de mi, metiendo su pene de un empujón en mi culo, se dejo caer sobre mi, lo metió hasta el fondo, mordió mi oreja, y se aferro a mi.

Sus movimientos se hicieron bruscos, agresivos como queriendo demostrar que era un hombre y no un niño, grite, dolía, ardía, sentía placer, me encantaba lo que me estaba haciendo; su capa me cubría lo que hacia que se acumulara nuestro calor, sudábamos, me movía como desesperada bajo su peso.

-Pontela... y... - tome la mascara con mi mano, se la mostré, él la tomo y se la puso. Se escapo de mi una pequeña risita, por la escena un tanto graciosa.

Él lo tomo como burla, se puso de pie, me puso en cuatro, y con fuerza siguió penetrándome, duro, fuerte, como queriéndome lastimar y dejar una marca, para nunca olvidarle.

Lo permití.

Lleve mis dedos a mi boca, los humedecí y luego los puse en mi clítoris, busque un nuevo orgasmo, mientras mi amante tomo un pequeño respiro y retomo buscando terminar. Grite mas, gemí...y me vine, casi al tiempo él saco su pene, se quito el condón y se vino en mi espalda.

Mi amante entro al baño y boto el condón, se fue de la habitación y desapareció, no lo volví a ver; yo me quede un rato más en esa cama, tratando de decidir si irme a casa o bajar y seguir en la fiesta.

Decidí quedarme. Me tarde en bajar, me tome mi tiempo para relajarme y limpiarme con una toalla del baño.

Me encontré al fin con mi amigo cuando baje de nuevo al primer piso, me dio la bienvenida y fue como empezar la fiesta de cero, me divertí, tome y baile. Horas mas tarde estábamos en su habitación, follando después de que la fiesta había terminado y que la mayoría de personas se había ido, usualmente cuando nos vemos le gusta el anal, y esta noche él lo deseaba, esperaba la hora de poderme dar por mi culito, sin embargo tuve que decirle:

-no, por atrás no- cuando vi su intención, hice un gesto con la mano para ser clara.

-¿en serio?-

-Si, enserio, hoy no quiero- pensé en el niño Vader... sí, definitivamente había ira en él.


lunes, 2 de noviembre de 2015

No 28. Noche sin limites

Seguí bebiendo, no tenia prisa de llegar a casa, en todo caso estaba solo a un par de cuadras de mi apto, estaba por así decirlo muy complacida, relajada, deshinibida después de haber bajado del segundo piso con Gustavo; lo vi pasar un par de veces, pero estaba más concentrado en conversar temas del bar, en mi caso estaba sentada con un grupo de tres hombres, en un principio su grupo era más numeroso, pero la noche, el dinero y el alcohol habían hecho que solo ellos tres siguieran en el bar.

Ellos hablaban, y me hablaban de temas, que no comprendí en un principio, mi mente estaba más atenta a ver las miradas del bar, y me preguntaba si se dieron cuenta de mis acciones libidinosas en el segundo piso. Tal ves nos habrían escuchado en esos pocos segundos en que la música se detuvo, tal vez las canciones no sonaban tan alto como para cubrir mis gemidos y el rechinar de la mesa.

Creí entender que eran estudiantes de la Javeriana o de la Piloto, estaban en un momento de euforia que me contagio, y que logro que riera a carcajadas de todos sus absurdos comentarios.

Me había acomodado en un rincón, en un sillón bastante cómodo, además tenia la virtud de ser un punto estratégico, podía ver todo el interior del bar, y una ventana a mi costado me permitía ver hacia las frías calles bogotanas de la madrugada, casi las 2:00 am había calculado mentalmente. Compartía el sillón con un muchacho moreno, con acento de la costa, que tenia una camiseta negra con el logo de Judas Priest, a su lado alguien al quien llamaban "el paisa" que tenia una barba abundante y descuidada y, frente a mi un hombre de cabello muy largo y rizado, podría pasar como el guitarrista de Pantera.

El que estaba a mi lado según pasaban los tragos y los minutos se acercaba cada vez más y más, hasta que puso su brazo alrededor de mi cintura. Me gustaba aveces ser el centro de atención.

-¿qué me le estaban haciendo arriba?- pregunto el paisa sin ocultar su ironía.

-No, nada en absoluto- todos rieron, y yo reí también

Al darme cuenta que algo sospechaban o que tenia algunas certezas, decidí no complicarme y relajarme con la situación, el alcohol también ayudaba.

-Pero muéstrenos alguito- dijo el de cabellera larga, retándome.

Me encontraba tan deshinibida que abrí mi blusita para mostrarles mis senos.

-¿te las dejas tocar?- pregunto el que estaba a mi lado.

No respondí nada, pero no me cubrí. Ese gesto lo entendieron como una afirmación, entonces el costeño puso su mano en mis senos para frotarlos, los otros dos lo imitaron. La forma como me tocaban y apretaban mis pezones me llevo de nuevo a un punto de placer exquisito.

-ya debe estar toda mojada-

-voy a revisar y les digo- el costeño abrió mi jean con una mano, y metió dos dedos para explorar superficialmente mi coñito.-ufff esta empapada-, froto sus dedos contra mi clítoris, palpo mi humedad, saco la mano y puso los dedos en mi boca, lamí sus dedos, luego los puso en la suya.

El paisa presiono al costeño para cambiar de lugares -me toca a mi, ya usted disfruto mucho- entonces el costeño se levanto para ir al baño, el paisa se acerco, apretó mis pezones y me los mordió sutilmente, con su mano busco la humedad de mi vagina, éste metió dos dedos y penetro mi vagina hasta donde sus dedos llegaron; a continuación sentí un enorme calor por todo mi cuerpo, un calor húmedo y sofocante que me impulsaba a quitarme toda la ropa... pero no lo hice.

El de cabello largo se puso de pie, quito al paisa, tomo mi mano y me hizo levantar, entonces el se hizo camino para acomodarse en el rincón, invitándome a sentarme de nuevo, después el paisa se hizo a mi lado, y el costeño cuando regreso se hizo al frente; el de cabello largo comenzó a pellizcar uno de mis pezones, y con dos dedos de la otra mano bajo a estimular sutilmente mi clítoris, el paisa mordía mi otro pezón y me penetraba con dos dedos, mientras el costeño nos tapaba, después cambiaron de nuevo con el paisa.

Por encima del hombro del costeño fije mi vista en la barra, ahí estaba Gustavo mirando a la distancia haciéndome una señal con su mano, levantando el pulgar; sonreí, cerré mis ojos y lleve mi cabeza hacia atrás para apoyarla en el pecho del de cabellera larga.

No había vergüenza, o pudor, o incluso miedo, la explosión de sensaciones me llevaba más allá de esas simples cosas, lo entendí como una experiencia placentera. Pero todo eso fue interrumpido cuando tuve la certeza que estaba a punto de tener un orgasmo, casi por instinto me resistí, trate de incorporarme pero varias manos me lo impidieron; el costeño metía y sacaba sus dedos de mi coño intensamente, como tocando todo mi interior y después lo sacaba y lo metía de nuevo, el de cabello largo tomo dos dedos y froto mi clítoris cada vez más rápido. No se detuvieron pese a mis intentos, continuaron... di una patada a la mesa desde debajo, las latas de cerveza y unos vasos de cristal cayeron al suelo derramando el alcohol, la mitad vino a dar en el jean del paisa, y el resto se perdió en la madera, mi espalda se arqueo, mis gemidos salieron pero taparon mi boca, mi mano golpeo la ventana una par de veces, la otra se agarro del cabello del paisa.

Tarde en incorporarme, en parte por la intensidad del orgasmo y en parte por temor de tener demasiados ojos encima. Pero no sucedió, la música estaba tan alta que pocos desviaron su atención de sus temas personales,y los pocos que lo hicieron rápidamente regresaron a sus asuntos.

-me quiero ir- le dije al costeño al oído, al tiempo que puse mi mano en su cabello.

Él se acerco al paisa y le dijo algo que no pude entender, enseguida se levanto y fue a la barra, cuando regreso venia con una cajita de aguardiente.

-listo vámonos pues- dijo euforicamente. Me puse de pie y me apoye en uno de ellos.

Hacia bastante frío, tal vez era mi calor interno y el alcohol que hacían que estuviera cómoda sin ponerme una chaqueta, creo que debían ser cerca de las 3:00 am. Me llevaron caminando por la calle 45, pasamos la Av caracas, en un par de cuadras doblamos a la derecha hasta encontrar un edificio no muy alto, y entramos, nos recibió un vigilante que estaba ya en sus 60´s, con pelo canoso y una ruana gruesa, se saludaron entre todos como viejos amigos. No había ascensor, pero afortunadamente solo había que ir hasta el tercer piso.

Entramos a un pequeño aparta-estudio, con una sala y una cama, al entrar no dude en quitarme la ropa de inmediato, dejándola casi a la entrada, y sin que nadie me guiara fui a la cama, acostándome de medio lado, sin decir una sola palabra.

-Es mi cama, entonces voy de primeras- dijo el paisa, que se acerco a mi, abrió la cajita de aguardiente, me tomo del cabello obligándome a mirarlo hacia arriba y la vació en mi garganta; empezó a sonar música, reconocí que era Soda Estereo, dejo sus pantalones en el suelo y metió su pene ya erecto en mi boca, ¿han tenido esa interesante sensación después de tomar mucho alcohol y después comer algo?, eso se acerca un poco a mi sensación cuando su pene entro en mi boca, me encanto y la disfrute centímetro a centímetro.

-Sin venirse encima todavía, ¿no?- protesto el de cabellera larga.

-Si, todo bien- respondió el paisa, -al final la bukkakiamos-

Tomo un condón y se lo puso, yo me acomode en el centro de la cama dejando mis piernas abiertas, enseguida el paisa se hizo encima y sin perder tiempo me penetro, con fuerza.

-Te voy a dar lo que andaba buscando putica- susurro en mi oído, y sus embestidas apocaban incluso la música que estaba a medio volumen. Mire a mi costado nuestras sombras en a pared, me entregue a él y a los que quisiera hacerme.

No tarde en tener otro orgasmo, y rasguñe su espalda sin consideración.

A continuación vino el costeño, ya desnudo y con un condón puesto, me puso en cuatro al borde de la cama mientras él permaneció de pie, con facilidad penetro mi vagina, primero suavemente y lento, luego con intensidad llegando hasta el fondo como usando todas sus energías, me dio un par de nalgadas que debieron sonar hasta el primer piso, y el choque sonoro de pelvis contra mis nalgas se hacia cada vez más pornográfico.

Se vino, lo sentí en como enterraba sus uñas en mis nalgas. Yo me vine y todos lo evidenciaron cuando caí desplomada en la cama luego de un largo gemido.

El de cabellera larga se acerco sin dejarme descansar, aparto al costeño, me dio la vuelta y puso mis piernas en sus hombros, lo metió sin ningún preliminar y con una intensidad que hasta ahora estaba controlada; tomo mis tobillos he hizo mis piernas aun lado, se tumbo sobre mi, buscando una penetración más intensa, puse mis manos en sus nalgas y lo guié para que incrementara su ritmo, y así lo hizo, en menos de un minuto sus embestidas se incrementaron y percibí la tensión en sus nalgas, que apreté mientras él eyaculaba.

El paisa tomo mi mano y me llevo a la sala, me hizo arrodillar, el de cabellera larga se quito el condón y escurrió su semen en mi cara, el costeño y el paisa se masturbaban, enseguida sentí que el paisa me me bañaba la cara con tres chorritos, los disfrute, sentirlo en mi piel en mi cara, dos minutos después el costeño me dio dos chorritos mas de su semen.

Los mire y, sonreí.

Una sed casi dolorosa me despertó, la luz del día no era muy brillante, por lo que imagine que deberían ser cerca de las 4:00 pm, no lo verifique, la cabeza me daba vueltas en una espiral psicodelica, o por lo menos fue la palabra que en ese momento tuvo mayor eco en mi; también moría de hambre, intente moverme pero había un brazo que me pareció pesaba lo mismo que un toro sujetándome por el abdomen, hice un esfuerzo y lo puse a un lado, vi sobre mi pecho tres condones usados, los deje caer al suelo cuando me gire al borde de la cama.

Cuando logre sentarme pude darme cuenta del dolor intenso en mi cabeza, pero la sed era más dolorosa, me puse de pie, fui al baño y tome agua del lavamanos. Nunca había tomado un agua de lavamanos tan gloriosa como esa, vi mi reflejo en el espejo, esperaba verme mas despeinada, pensé. Al salir del baño pude verlos a todos dormidos, el costeño era el único que estaba en la cama, los otros, inconscientes estaban en el suelo apoyando sus cabezas en un par de cojines del sofá.

El olor a semen y sexo taponaba pesadamente mi nariz, necesitaba salir y respirar, de repente el apto se me hizo extremadamente pequeño, levante mi ropa del suelo, con prisa salí, sin darme casi cuenta que no me había vestido. Me puse mi ropa en el pasillo, baje por las escaleras, y salí, me alegraba poder respirar.

Ahora tenia que tomar algo, comer algo y descansar en mi propia cama... cómo anhelaba mi cama.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Todos Fracasos I

Tenia que hacer un trabajo importante, me encontraba cómoda ya que era un trabajo individual, eso me permitía manejar mis tiempos, así entonces decidí dedicar el sábado para hacer un mapa conceptual en el cual tendría que hacer la distinción entre el enfoque conductual y el psicoanalítico. No era un trabajo sencillo y mucho menos estimulante, pero hice mi mejor esfuerzo en la biblioteca del barrio el Restrepo, la cual era una biblioteca pequeña y agradable, se había convertido en un espacio de estudio que me era útil por la cercanía al trabajo.

Los conductistas desde un principio me parecieron aburridos y mecánicos, me causo mucha gracia que toda una teoría para comportamiento humano se basara en experimentos con ratas; por otro lado Freud lo vi complicado, poco útil y hacia perder mi interés entre más leía.

Escribí notas e ideas en mi cuaderno, me tome a pecho el trabajo, tal vez por miedo a la profesora o tal vez como un reto personal, me concentre de tal manera que había olvidado algo importante:

-Hola Pilar, ¿cómo estas?- dijo un muchacho, no lo reconocí, tomo asiento frente a mi a modo despreocupado.

-Hola- respondí por cortesía, me sorprendió que conocía mi nombre, pero estaba segura que era la primera vez que hablábamos.

Baje la mirada y la clave en mi cuaderno, estaba tensa y desconcertada, y no encontré una mejor manera de disimularlo que ser cortante, algunos dirían que grosera y antipática. Él no se movió, me dio espacio y se mostró tranquilo.

-Te vez más joven en persona- cuando termino de hablar algo hizo click en mi, me sonroje apenada por haberlo olvidado.

En el transcurso de la semana por medio de MySpace.com había concertado una cita, y no podía creer que la había olvidado; quería ir a la biblioteca pero quería algo de diversión en la tarde-noche, por esa razón había aceptado en primer lugar su propuesta.

-Déjame terminar algo y ya te pongo atención- dije para aliviar mi tensión.

Su MySpace era algo particular, carecía de virtudes estéticas, como una hoja en blanco arrugada, fotos con un uniforme camuflado, y tenia entre sus favoritos perfiles de lo que parecían reconocidas actrices porno; lo que me llevo a pensar que podría pasar un rato divertido con él. No sabia con exactitud su ocupación actual, solo tenia la certeza que tres meses atrás termino su servicio militar; tal vez por eso conservaba el típico corte de cabello.

En la tarde fuimos a tomar un par de cervezas, en un lugar en donde la música nos obligaba a gritar para tener una conversación, o en este caso un intento de conversación, pues evidencie que no teníamos temas en común, pues sus intereses eran los carros, las motos y el fútbol; y no tengo nada en contra de esos temas, pero cuando es todo lo que hablan me aburro con facilidad.

Entonces eramos dos extraños que habían quedado, yo estaba aburrida y él aunque me miraba, mis senos especialmente se veía inseguro; todo hasta que por fin dijo algo interesante:

-Vivo cerca, ¿quieres ir a mi casa y la seguimos?- asentí, nada podría ser peor, pensé.

Al llegar a su casa todo fue peor, la cervezas lo pusieron sentimental, parecía que había sufrido una decepción recientemente.

-...yo la amaba, le llevaba flores al trabajo, a la U, la invitaba a almorzar casi todos los días, hacíamos el amor y yo me sentía que estaba en el cielo, todo era perfecto... qué niña tan hermosa, hasta mi mamá me dijo que le parecía una niña muy bonita y muy de su casa- lo mire, pero en mi cabeza estaba pensando en otras cosas.

-y ¿por qué terminaron?- preguntar eso fue un grave error, y me di cuenta al verle los ojos llenos de lagrimas. Mi libido llego a cero.

-...yo la llamaba por la mañana para saber cómo había amanecido, y cómo había llegado al trabajo, y dónde nos íbamos a ver... y en las noches la llamaba después de cada clase para que se sintiera apoyada y porque quería saber de ella... un día me empezó a colgar y dejaba apagado el teléfono y entonces...- quería decirle que se callara, que parecía una niña, que era obvio que nadie quisiera estar con él, que era un maldito intenso y aburrido, pero termine por decirle "uff que mal".

Me ofreció su cama para pasar la noche, La acepte. En el fondo tenia la esperanza que todo este padecimiento podía tener un final feliz.

-Esta bien, pero yo duermo desnuda- dije algo coqueta.

-Tranquila, ante todo soy un caballero, yo duermo en el sofa- vamos a ver hasta donde te llega ese respeto o miedo, pensé.

Me di la vuelta y lentamente me quite la ropa, con la intención de seducirlo; mis jeans quedaron en el suelo, la blusita la deje encima de la cama, enseguida me di vuelta y... no había nadie. Fruncí el ceño. Me acosté, dispuesta a todo, quería una noche de sexo loco. Nunca paso.

Al día siguiente quise irme lo más rápido posible, me vestí agilmente. Enseguida él se manifestó.

-¿Como durmió la princesita?- dijo con una sonrisa que me pareció exagerada.

Tuve la microfantasia de romperle la nariz.