viernes, 9 de diciembre de 2016

Ana - II

Creo que las sorpresas pueden ser divertidas -no lo fue para mi en ese momento-, especialmente para aquel que ve tus cara y tus gestos cuando eres sincera con algo que ni habías considerado, y claro, había también en mí un poco de terror.

Es muy temprano y llegaron por mi puntualmente, hacia bastante frío, han sido años desde la ultima vez que salia tan temprano de mi casa, ni mis padres ni mi hermano se percataron de que salí a esa hora de la casa. Mi elección fue sencilla, unos jeans y una chaqueta de jean me pareció bastante prudente tanto si hacia calor como si no; en la maleta solo iba una pijama y mi vestido de baño de una pieza, además de lo básico.

Se preguntaran qué me sorprendió de esa manera, !oh Dios¡, motos, unas malditas motos, nunca he subido en una, y básicamente es debido a que me dan miedo, no puedo explicarlo, pero solo tragedias vienen a mi mente cada vez que veo una moto, y no, no es que alguien cercano haya muerto en un accidente, y si, si que he visto varios accidentes... creo que son impresionantes; y ahí están los tres -Jorge con Pilar abrazada a su cintura, y Andres- mirándome como esperando que me desmaye -no les di ese gusto-, y con risa nerviosa los salude a cada uno. Me acerque primero a mi amiga, también iba en jeans, y con una blusita que dejaba muy poco a la imaginación del buen observador; luego a Jorge, y en ese instante pensé muchas cosas, había visto a mi amiga -claro antes de ser amigas- salir con hombres muy atractivos, y otros no tanto, pero este Jorge era demasiado atractivo, creo que exhala seguridad y narcisismo, esta sin camisa, cualquier mujer querría estar con él... sin duda; y de ultimo salude a Andres con un beso en la boca y me enfrente a un reto, subir a la moto como una veterana de las dos ruedas, me puse el casco y no supe como asegurarlo, mis mejillas se calentaron, Andres se volvió hacia mi y tiernamente me ayudo, me subí torpemente, me aferre fuertemente a su cintura y cerré los ojos.

No supe a donde íbamos, hacia demasiado frío, pero eso me hacia aferrarme más a mi nuevo amigo, su espalda ancha me daba una sensación de seguridad y un calor agradable, pero el viaje que para mi fueron casi diez horas -en realidad fue una hora- no fue nada agradable, la velocidad me dio terror, pero no dije nada, creo que Andres se dio cuenta pero nunca hizo un comentario al respecto.

Es curioso que en esos momentos mi mente se puso en blanco, no recuerdo tener pensamientos específicos, creo que solo sensaciones como de caer o volar... y caer. Abrí los ojos cuando se detuvo, era un peaje, aún no sabia a donde íbamos, creo que en realidad no era relevante el destino; volví a cerrar los ojos y nos los volví a abrir hasta que llegamos al destino.

No hay una mejor sensación que la de poder poner de nuevo mis pies en la tierra, por el contrario veo que mi amiga a disfrutado el viaje, la veo radiante; llegamos a un hotel, tiene una muy buena vista, se siente como si estuviera construido en el borde de un abismo, hay piscina, y el clima -hacia bastante calor- realmente no esta mal.

Me quede disfrutando el paisaje, creo que necesitaba algo de tranquilidad, ver ese abismo verde, y solo perderme en la vista y ver como los buses, carros, camiones, andaban por ese camino serpenteante.  Mi amiga se hizo a mi lado, hizo un comentario de la vista, y luego me dijo que nos quedaríamos en ese hotel, y que debíamos entrar para alojarnos -ya ellos había arreglado la estadía-, sentí algo de alivio en pensar que podía recostarme cinco minutos.

Evidentemente compartiría cuarto con Andres, cuando entramos, lo primero que me percate era lo pequeño que era el cuarto, apenas si cabía la cama y había una ventana pequeña a la cabecera de la cama -la vista era excelente-, al lado de la cama un pequeño baño con una ducha aceptablemente limpia.

Entre al baño, sin duda de ningún genero mi prioridad es la piscina -siempre lo ha sido-, me desnude y me mire al espejo, me pregunte si mi cuerpo puedia ser objeto de deseo, enseguida pensé que por alguna razón mi compañero de cuarto estaba en este viaje, de alguna manera sabia que la respuesta era si. Cuando me puse el viejo vestido de baño lo primero que note es que había engordado un poco desde la ultima vez que lo vestí -hace 3 años aproximadamente- y eso resultaba algo vergonzoso especialmente en ese plan; estoy segura que el rojo complementa bien mi piel blanca y mi cabello rubio, mis senos quedaron algo apretados, siento como si en cualquier momento se me fueran a salir, pero puedo ver que eso puede llegar a ser una ventaja en el juego de la seducción, sin embargo no sé si estamos jugando ese juego aún... o tal vez ya estar acá en un cuarto juntos es que ya nos hemos seducido mutuamente, o incluso tal vez este tipo de planes no necesite seducción. De una cosa estoy segura, y es que mi EX se mordería los codos al verme así.

No todo esta a mi favor, hay unos gorditos donde antes no había, bueno tal vez siempre han estado ahí y nunca me había dado cuenta; igual estoy casi segura que mis senos van a distraer o mejor aún captaran toda la atención. Me doy cuenta que si funciona ya que no me había percatado de mi entrepierna, literalmente mi vestido era "comido/tragado" por mi coñito. Creo que tuve un mini-infarto ante no saber si podría ser algo por así decirlo seductor o coqueto o por el contrario una total vulgaridad matapasiones.

!A la mierda¡, no iba a quedarme pensando y re-pensando, ya me estaba estresando por estar pensando en tantos detalles; De repente hay algo que distrae mi atención... mi amiga ya empezó a divertirse en el otro cuarto, sin duda no tiene pena alguna que la escuchen.

Salgo del baño y le digo a Andres que voy a la piscina, él no aparta le mirada de mis senos, creo que no se lo esperaba, y dice que va conmigo, saca una toalla de su maleta y se va conmigo; la piscina esta fría -me encanta-, Andres dice que esta tibia, lo relevante es que para ambos esa casi excelente, me sumerjo un par de veces y la recorro a lo largo. Mis pezones están como piedras, una piedras preciosas claro esta, y puedo darme cuenta como él esta atento a todo.

Me acerco a él y le chapoteo agua en la cara, él hace lo mismo, yo me tapo la cara ante sus ataques y luego él se acerca, toma mis manos y me obliga a destapar mi rostro, me mira a los ojos y me besa... y yo lo beso. Me abraza y yo lo abrazo... mis senos se aprietan contra su pecho, no lo hace con amor, eso es nuevo para mi, en efecto el deseo sexual y el romántico son diferentes, y este sin duda es un deseo meramente sexual, solo deseo en este instante que me toque mis senos como aquella noche en el bar, con firmeza, con pasión. Cuando vi su mano acercarse pude saborear la sensación, la anticipación al contacto... cuando alguien salto violentamente a la piscina, sentí ahogarme en el agua que fue arrojada hacia mi cara.

Era Jorge, seguido por Pilar que se veían también entusiasmados por la piscina, claro ellos se tomaron su tiempo, y ver la mejillas rosaditas de mi amiga me hicieron sonreirle instantáneamente, se habían tardado su tiempo, creo que la prioridad de ellos difiere a la mía, y aquí les voy a compartir un pensamiento que nació en ese instante y que por el resto de la semana estuvo en mis pensamientos como un intruso:

Alguna vez escuche que en una escena porno no había nada más importante que la química que puede existir entre los actores, ya que eso el que observa el vídeo puede darse cuenta de cuanta química hay entre ellos, y eso hace que una escena sea mejor o peor calificada. Pues bien, estos dos tienen la mayor química que he visto en una pareja, claro es una química que tiene sus bases en la pasión, y ello me lleva a pensar que no podría haber mejor escena porno que una protagonizada por ellos dos.

La forma qué él la mira a ella, como si todo su deseo, toda su libido se conectara al cuerpo de ella, y ella sin embargo devolvía una mirada no menos intensa en la cual podía interpretarse mil palabras de invitación al placer. Recordé los gemidos que escuche y no pude evitar sentir un poco de envidia.

Voy a compartirle querido lector otro pensamiento intimo y secreto: al momento de haber conocido a Jorge y saber que salia con mi amiga hace algunos meses, pensé en competir con ella, este hombre tan dolorosamente atractivo podría ser mio; pero al verlos en esa piscina pude darme cuenta que yo no tenia ni tuve oportunidad alguna.

Recordé de nuevo esos sonidos de placer, y me hice una imagen, en la cual Jorge estaba encima de mi amiga desahogándose como si no fueran a verse en meses y ya se necesitaran; y en ese punto yo ya estaba más allá del umbral del placer... de nuevo mi vagina parecía que se derretía.

Es muy probable que Andres sintiera algo parecido o que por lo menos pudo ver mi gesto de envidia, y ellos lo llevo de nuevo a mis brazos, pero esta vez sus manos no dudaron, pero no fueron a mis senos; cuando toco con firmeza mi vagina sentí una especie de alivio, mi amiga no era la única que podía divertirse.

Pude ver que Jorge hacia algo parecido a mi amiga, pero ella le daba la espalda en una esquina de la piscina, comprendí donde estaba el placer de él. Andres movía su mano en círculos, lentamente, luego un dedo rozaba lentamente cerca a mi clítoris, casi gemí, pero me contuve -no quería risas en ese momento tan significativo para mi-, enseguida ese mismo dedo exploro más profundo, y más profundo, hasta que llego al fondo; me dijo que estaba sorprendido por "encontrarme tan húmeda", pude sentir en mi pierna su pene, estaba bastante duro ya, y eso me llevo a tomar la iniciativa.

Busque con la mirada a nuestros compañeros, pero ellos ya estaban en sus asuntos como si nosotros no existiéramos, o mejor, como si fuéramos una ola mas en la piscina la cual se llevaba lentamente el vestido de mi amiga.

Salí de la piscina y lo invite a que me siguiera...


Continuara....


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