viernes, 28 de septiembre de 2018

Visita en la habitación de Ander

Angie tiene 19 años de edad, el ultimo mes me ha estado escribiendo constantemente, quiere conocerme, salir conmigo, le he expresado mi falta de tiempo, para no decir que estoy indecisa, pero curiosa, realmente no sé qué sucederá ahí. Aproximadamente a medio día me escribe Ander, somo amantes hace tres años, pero solo nos hemos visto cinco veces; lo conocí en Buenos Aires, en un café cerca a la estación de Primera Junta, estaba solo, yo estaba sola y juntamos esas soledades.

Es español, siempre olvido si es de Sevilla o de Barcelona, suele viajar bastante en el año, no tiene esposa, o para ser más precisa, es divorciado hace cinco años, luego de que dejara embarazada a una mexicana. No cree en la monogamia, y esta firmemente convencido que tiene derecho a tomar la mujer que deseé; no me molesta esta forma de pensar, tampoco me agrada, llego a su hotel luego de salir del trabajo, al entrar en su cuarto tiene dispuestas unas botellas de vino, algo de comer, y me saluda con un beso en la mejilla, esta en boxers. No recordaba lo atractivo que es, tiene la cabeza rapada, barba, ojos azules, el pecho velludo. Brindamos por la vida y los placeres que uno elije disfrutar.

Follamos toda la noche, él suele ser un romántico, le gusta jugar el juego del seductor y la mujer inocente, suelo seguirle el juego, aunque ambos sabemos que no soy una doncella inocente, le pregunto si esa primera noche en Buenos Aires me creyó mi papel, Ander penetrándome suavemente menciona que desde que me vio pensó en que tenia "... cara de guarra", reímos, nos besamos, se viene en mi cara y esparce su semen por mi rostro usando su pene. 

Mientras escribo esto, Ander esta en un vuelo con destino Guadalajara, a ver a su hijo, disfruta ser padre, pero no esposo, solo amante; al despedirnos le digo que esa tarde en ese café, me preocupe por no tener dinero para pagar sus servicios como prostituto, me mira seriamente y suelta una carcajada.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Ducha relajante

Anoche cuando Andres llego, pensé que él realidad lleva el aroma de un capuchino, tal vez las personas en la ciudad son seguidores de esa bebida; venia del trabajo, se veía estresado, agotado, con el sudor del viaje, nos duchamos entonces aproximadamente a las 8:00pm, se lo chupe, se vino relativamente rápido en mi boca. Al salir, él me seco con la toalla y yo a él, fui al sofá, me puse en cuatro, viendo hacia la ventana, Andres sin pensarlo me penetro suavemente, disfrutando el momento. Me dijo que me había pensado esos días, y que en sus pensamientos siempre estaba desnuda, y que pensándolo bien, me había visto mas sin ropa que con ropa, comente que tal vez si llegara a su trabajo no me reconocería; hablamos otro poco mientras follábamos, luego, acelero el ritmo, nos vinimos. 

Fuimos a mi cama, él se acostó, lo cabalgue, apretó mis senos, me vine de nuevo; me dijo que no quería desaprovechar un momento, que quería jugar con mi cuerpo a cada instante, que mi vagina lo hacia feliz.  Creo que Andres cumple lo que dice.

Al despertar sentí su lengua en mi clítoris, iba despacio de arriba a bajo, en círculos, de izquierda a derecha, luego se hace encima de mi, me penetra. Tiene turno temprano, se levanta, se ducha, luego se acerca a la cama, se sienta en el borde mientras se viste, dice que ha dejado de masturbarse con el propósito de guardar todo para mi, esas palabras me hacen mojar, lo miro y me despido, entro a la ducha y él se va a trabajar, me masturbo con esas ultimas palabras resonando en mis oídos, en mi cabeza, en mis pensamientos.


miércoles, 26 de septiembre de 2018

Mi relación con Camilo se hace más profunda

De nuevo Camilo, muchacho de 17 años se mete en mi cama. Salí temprano del trabajo, nos encontramos y fuimos a mi apartamento; juega fútbol, hace natación, y me folla, dice que son sus deportes favoritos. También menciona que cuida su cuerpo para darme mejor placer. No hablamos mucho, solo follamos, mientras me penetra comenta que le ha dicho a su mamá que tiene novia, y desde ese anuncio su mamá ha estado más tranquila, y en efecto no he recibido más llamas extrañas, ni mensajes con preguntas que no deseaba responder.

Me sorprende su energía, casi no deja tiempo para descansos, apenas terminaos y nos venimos, se hace a mi lado un par de minutos y vuelve a buscarme cuando aun mi respiración no se regula; tiene una fijación en mis senos y en mi vagina, me lame, muerde, chupa, besa. No fuma, toma y se la pasa con amigos, no tiene novia, me pregunta, y le digo que tampoco tengo novio, más sin embargo, salgo con otras personas; parece no molestarse por mi afirmación, y dice que no es celoso y que entiende, que no podría ser de otra forma. 

Se masturba pensando en mi, me pide tomar algunas fotos a mi  vagina, no tengo problema, abro mis piernas, toma algunas, luego pone sus dedos en mi vagina y toma otras, enseguida, con mis dedos abro mis labios para las ultimas. 

Se va a las 7:00Pm de mi apartamento, me quedo en mi cama, veo algo de TV, me toco, y me quedo dormida temprano.

martes, 25 de septiembre de 2018

Celos Irracionales

Antonio es militar, escogió esta vida debido a que no había otra posibilidad; tiene corte militar, es alto, fornido, habla rápido y en ocasiones no logro entender lo que dice. Cuando se pone nervioso habla más rápido y con poca coherencia, no me gusta hablar con él, me aburre, me desespera en ocasiones. Nos conocimos aproximadamente hace tres meses, tomamos un café, el cual estuvo acompañado de su triste historia en las relaciones de pareja: recuerdo principalmente que su ex-pareja quedo embarazada de su mejor amigo, y todo fue descubierto por lagunas conversaciones en una red social. Esa noche fuimos a mi apartamento, follamos, fumamos, nuestros cuerpos sudaron de modo que era curiosos como nuestra fricción resbalosa era absolutamente excitante para mi.

Anoche sucedió de nuevo, follamos lubricados por nuestro sudor, vi su frente llena de gotitas cuando me penetraba, su caballeo estaba empapado, al igual que su espalda. Baño mis senos con su semen espeso y caliente, tome algo de agua, di una mirada por la ventana; él se acerco por mi espalda, froto mi clítoris, me pregunto si podía volver la noche siguiente, le dije que estaría ocupada que me era imposible, se molesto y me pregunto si iba a estar con alguien más, no conteste, no quise provocarlo, no obstante, el silencio resulto ser desafiante. 

Me llevo de nuevo a la cama, se hizo encima de mi, abrió mis piernas con sus muslos violentamente, me penetro, me miro a los ojos y me dijo que yo era suya y de nadie más, lleve mi mirada a un costado de la cama, luego a la ventana, mencione que no eramos pareja, eso se había pactado desde esa primera noche que follamos, no se calmo hasta que se vino, se hizo a mi lado y dormimos como si nada ocurriera.

Al despertar, nos duchamos juntos, follamos, esta vez lentamente, casi romántico, me pidió disculpas y dijo que se había enamorado de mi; al separarnos en la calle, le comente que debía pensarlo mejor si deseaba seguir viéndome... tal vez no le haría bien, hizo una mueca forzada intentando sonreír.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Café de domingo

Andres trabaja en un café y huele a café, o eso es lo que me parece. Tiene turnos de trabajo que nunca entendí, y que solo me hicieron pensar que no debe ser un trabajo agradable; tomamos un par de cervezas en mi apartamento, me pregunto si podía verme cómo me tocaba, no le vi problema, me baje los jeans, me senté en el sofá, frote mi clítoris delicadamente, seguimos hablando, me cuenta que es de Bucaramanga, lleva dos años sin estar con una mujer, no quiere hijos. Todo esto lo cuenta pausadamente, esta mas concentrado en observar cómo me froto, cómo me mojo.

Cuando me penetra siento su desesperación, como logrando algo que hace mucho esperaba, cansado y frustrado de solo masturbarse; no es delicado, tiene prisa, chupa mis senos con la misma desesperación. 

Casi a media noche estoy boca abajo, Andres besa mi espalda, la lame, hace un recorrido lento, se hace encima, con sus piernas abre las mías con la intención de penetrarme por atrás, lo detengo, temiendo un poco que me haga daño, le digo que aún no, que hoy no, que deberá ganárselo. Me gira, y con rabia me penetra de nuevo por mi vagina, me mira a los ojos, noto un matiz de rabia, me aferro a su cuerpo, me entrego totalmente. 

Esta mañana se levanta temprano, tiene turno, se baña, y se viste en menos de quince minutos, antes de irse, dice que quiere verme de nuevo, y me pregunta cómo se gana mi culo, casi dormida solo le digo que tal vez la próxima, pone su mano en mi vagina, la agarra con fuerza, y dice que quiere seguir dándole a eso. No digo nada y se va. 

viernes, 21 de septiembre de 2018

Manos mágicas para una migraña

En la tarde tuve una breve migraña. Todos los que sufren de esto saben que eso prácticamente te daña buena parte del día, y dependiendo de la intensidad, la semana; al llegar a casa le escribí a Fernando, le mencione que estaba algo cansada, estresada, y en ese sentido necesitaba relajarme. Llego a mi casa alrededor de las 9, nos desnudamos y nos acostamos en mi cama, puse mi cabeza en su pecho velludo y canoso, y paso toda la película acariciando mi cabello, mi cabeza. Él tiene esa característica, sus manos tienen esa magia. Me hizo un delicado masaje en la espalda, no hablamos, yo me concentre en relajarme y él en ayudarme a eso.

En la mañana me despertó su mano, estimulaba mi clítoris, metía y sacaba delicadamente sus dedos de mi vagina, los lamia y los volvía a meter; con delicadeza me penetro, tuve dos orgasmos, él se vino en mis senos, la migraña apenas si la recordaba. Se fue, entre a ducharme, me toque, me vestí, elegí jeans y una blusita. Esta noche no deseo salir, no quiero ni cerveza, ni vino, ni música a alto volumen, solo mi cama, aun no sé si sola o acompañada. SI decido estar acompañada deseo un Fernando, pero él no puede hoy.

jueves, 20 de septiembre de 2018

No dormí sola

No dormí sola. lo tenia planeado, lo soñé, lo anticipe, pero termine no durmiendo sola. De nuevo Camilo se las ingenio para meterse en mi cama, no hice ningún comentario sobre los sucedido en la mañana, y cuando intento hablar de ello le dije explicitamente mi desinterés por el tema; impedí que hablara haciendo que su boca se ocupara de mi vagina, solo me acosté, abrí mis piernas y puse mis manos en su cabello, el mensaje fue claro y no hablamos.

Siempre me sorprende su energía, su curiosidad, su calentura, como explorando desesperadamente un territorio que en algún momento no podrá visitar más. Me pide que sea su novia, le digo que no, no podría tener como novio alguien tan joven; me hago encima de él, pongo mi mano en su boca indicándole que no hable.

Esta mañana no hay citofono, no suena el teléfono, no hay nadie esperándome a la salida de mi apartamento, nos duchamos, lo hacemos una ultima vez antes de vestirme y salir al trabajo, él con cara triste, tal vez tiene problemas en casa y yo me he convertido en su droga, su escape, un lugar donde es hombre y no niño, mi cama donde solo tiene placer y no responsabilidades. No sé a qué se dedica, no tengo idea si estudia o trabaja, dónde vive o si tiene novia. Solo sé que me gusta estar con él, que ha aprendido rápidamente algunos secretos de mi cuerpo. 

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Enredo de oficina

Con Ricardo no hablamos mucho, o hablamos mucho solo con la mirada, creo que seria más preciso decir que nuestra comunicación es simple y superficial como nuestra relación, solo con alguna mirada o un destello de los ojos nos ponemos de acuerdo. Hoy llegue tarde al trabajo, evitando a alguien que no quería ver y, no sé si el enojo, la incomodidad, lo particular de mi mañana ayudaron a que estuviera muy excitada en la tarde; pensé en tocarme en mi oficina, más sin embargo, me cruce con Ricardo en un pasillo, nos saludamos, y todo fue claro.

Al llegar a ese salón, él ya estaba ahí, me acerque, desabotono mi pantalón, lo dejo hasta mis rodillas, sin preliminares me penetro, todo sucedió muy rápido, muy intenso, muy caliente, placentero para ambos. Él salio primero, espere un par de minutos, fui al baño, luego tome un café, regrese al trabajo relajada, y pude concentrarme sin dificultad. Al salir, ahí estaba en su carro, quería traerme a casa, pero me negué, es mejor dejarlo todo simple, sencillo, sin complicaciones, y más enredos sentimentales innecesarios, aún usa su anillo de matrimonio, y considero que los enredos de oficina deben quedarse solo como enredos y nada más. 

Esta noche duermo sola, como cualquier persona, también disfruto de la soledad en ocasiones, hoy no hay muchachos mentirosos en mi cama ni hombres casados escapando de la suya.

Conversaciones que nunca debería tener

Anoche le di una nueva oportunidad a Camilo, un muchacho joven, nervioso, algo perdido en la vida; hace dos meses lo conocí, fuimos a mi apartamento, tomamos algo, follamos un par de veces en mi cama. Luego de ello, acostados desnudos, me confeso una mentira que había sostenido por un tiempo, me dijo que tenia 23 años, cuando en realidad tenia 17.  Me confeso esto cuando su celular empezó a sonar insistentemente, al principio intento ignorarlo, no obstante, al final tuvo que decirme la verdad. 

Era su mamá la que llamaba, Camilo me pidió decir mentiras para disculparlo, lo cual me molesto pero que en ultimas considere era lo mejor. Pase al teléfono, y me hice pasar por la mamá de un compañero de él, la señora pidió el fijo y tuvimos una breve conversación de mamá a "mamá". Camilo se quedo esa noche en mi apartamento, seguimos follando aunque estuviera molesta.

Ayer le advertí que no hablaría con su mamá, si deseaba pasar la noche en mi apto, él debía hacerlo posible, sin ayuda. Pero ahora la sorpresa fue cuando a las 6:00 am de hoy 19/09/2018, sonó el citofono, donde una tal "Margarita" deseaba hablar conmigo, preocupada por el comportamiento de su hijo. Le dije que bajara con su mamá, yo mientras me duche, y decidí salir más tarde de lo usual. Creo que aveces es mejor evitar ciertas conversaciones, y evitar tener relaciones con muchachos de esa edad. Al escribir esto, suena el teléfono insistentemente, es un numero desconocido. Pensándolo mejor, seria sensato no salir hoy. 

martes, 18 de septiembre de 2018

Preguntas incomodas que arruinan amistades

Anoche fue la segunda vez que salí con este hombre, es rubio pero calvo, ojos claros, no muy muy gordo, no muy delgado, es amable, y hasta donde noté suele ser ambivalente cuando habla, pues en algunos momentos habla de querer una relación abierta y luego me confunde con enunciados que relaciono a la exclusividad e incluso al matrimonio o convivencia. Dice que su nombre es Esteban.

La primera noche que salimos tuvimos sexo en su apartamento, lo disfrute bastante, tuvimos una buena conexión sexual, hablamos poco, hicimos mucho, dormimos solo un par de horas; a la mañana siguiente me despertó tocándome y penetrándome suavemente, trajo desayuno a la cama, nos duchamos juntos, y luego me fui. Escribió insistentemente las dos semanas siguientes, apenas le puse atención eso días. Anoche tuvimos sexo en mi apartamento, de nuevo dormimos poco, esta mañana nos duchamos juntos, al salir de mi apartamento, en el ascensor, me pregunto si deseaba ser la madre de sus hijos. No le respondí.

Al escribir esto, Esteban, me ha enviado 27 mensajes, y no me apetece ni siquiera decirle un hola. 

SPA

Esa tarde en el SPA era sin duda lo que había estado esperando por mucho tiempo, no debido a que sea una fiel seguidora de ir a estos establecimientos, pues en sí, no creo que vaya una vez al año; pero cuando voy es un pequeño regalo a mi misma. No voy con expectativas altas, solo con la idea de relajarme, de ser atendida, de tener el claro propósito de no pensar en trabajo y en responsabilidades y, a decir verdad tampoco pensar en hombres, relaciones, deseos.

No podría ir cada semana, seria aburrido, perdería encanto, desgastaría su gracia; los masajes me es indiferente si los hace un hombre o una mujer, o una mujer con más fuerza que un hombre, o un hombre más delicado que una mujer. Solo cierro los ojos y me mantengo en la frontera entre lo onírico y la vigilia, sin llegar a entregarme por completo a alguna... creo que ese es el secreto de que pueda ser una excelente experiencia. Pero ayer fue diferente, fue un hombre joven, con lo que llamaría un tacto libidinoso, que por alguna energía extraña me impidió relajarme del todo, creo que sus dedos transgredían algunos limites del masaje, como si sus dedos avanzaran unos milímetros más de lo usual o de lo permitido. 

No miento, en algún momento espere que esos dedos fueran más allá, pero no sucedió, sin embargo, la incertidumbre, la espera, la imaginación me llevaron a mojarme significativamente; me pregunto ¿lo habrá notado?

Llegue a casa  a tocarme, y no me basto con mis dedos, no quede satisfecha.