martes, 13 de noviembre de 2018

Instructor de gym

Llevaba un tiempo sin escribir, fue un mes duro, de poco sexo y mucho trabajo. Cuando algo así sucede en mi vida, suelo ser distante, simplemente me alejo de todos; no es que me comporte como una amargada, no señor, solo es que el descanso se me hace fundamental. Y para mi descansar equivale a no salir de casa y leer. Por alguna razón note que Netflix me cansaba, o más bien me aburría. 

El lunes me anime a salir con alguien, con el que nunca considere salir; solo les diré que Miguel es instructor en el gym al cual asisto, y ahí debo mencionar que tengo una especie de prejuicio con los instructores: 1) su trabajo creo que fácilmente los lleva a una vida promiscua, 2) esta promiscuidad por lo general no distingue genero y 3) su narcisismo puede ser insoportable. Lo siento si algún instructor me lee, pero esa ha sido mi opinión durante bastante tiempo. El lunes me di cuenta de una habilidad que ellos suelen tener, y de la que denominare "olfato de vulnerabilidad". Sí, el lunes me encontraba vulnerable, algo triste tal vez, algo que Miguel capto en una señal que se suponía no tenia destino, pero la capto y se puso en acción. Se acerco sin que me diera cuenta, me tomo por la cintura... es fue la acción que me derroto, sentir sus brazos, su firmeza, naturalidad. Espero a que nadie viera y me robo un beso, no me resistí, no escape.

Fuimos a su apartamento, no lejos del gym. Un apartamento prácticamente vacío, solo una cama y un sofá; una cama pequeña de eterno soltero, pensé. Fue rápido, casi sin preliminares, como si presintiera que en cualquier momento me arrepintiera, y en efecto en el momento que me penetro, sentí que no debía estar ahí, pero no huí. Cerré los ojos y me deje llevar, estaba vulnerable, sin embargo, no tarde en sentir un orgasmo, y luego otro. Él parecía no cansarse, no tener limite, hasta que sentí como mis senos se llenaban de su liquido caliente y muy espeso.

Me levante, fui al baño, me limpie. Él ser acerco de nuevo, pero esta vez le dije que tenia que irme, debió ver algo diferente en mi, pues no insistió.

Hoy, estoy bien. 

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