martes, 2 de abril de 2019

Vestido Azul II

No tarde en lucir de nuevo el vestido azul, salí de nuevo, quería emborracharme y follar, desconectarme de la rutina de mi vida, como si le pusiera una pausa y dejara que pasara lo que pasara podría volver y simplemente continuar. Pedí ron con Coca-cola, lo tome despacio mientras escuchaba algo de música, pero por momentos tome deprisa, me sentí triste de nuevo, aburrida; se acerco un hombre, gordo, con poco cabello, toco mis piernas, me dijo que le gustaba mi vestido, sonreí  y le dije que me gustaba su corbata.

Hacia calor en el bar, vi su cabeza llena de gotitas de sudor, y yo misma me sentí algo ahogada, era como si el aire no circulara, como si todo fuera en cámara lenta, o mejor, como si a la cinta le hubieran editado algunos segmentos y no estaba la secuencia completa. Se acerco más, acaricio mis piernas con más confianza.

Fuimos a su apartamento, era grande, pero descuidado, menciono que su esposa se fue con otro y que sus hijos estaban con los abuelos, hace un mes estaba solo. Al cabalgarlo en su cama matrimonial me di cuenta que la habitación estaba llena de fotos de ella, y todas esas fotos nos miraban, él gemía, y me moví hacia adelante y hacia atrás sin ningún control, pensé que era su pequeña venganza personal. Me tomo de las manos, me dio la vuelta y me acostó, se hizo encima, me penetro, lo hizo con rabia, y comprendí que se desquitaba de sus desgracias conmigo. Me aferre a él, me beso, me tomo del cabello y me miro a los ojos, sus embestidas fueron lentas y con fuerza, no dejo nunca de ver mis ojos, tal vez buscando señas de dolor y placer, se las di, aumento el ritmo, se levanto y se vino en mi cara.

Invirtió toda su energía ahí, y se quedo dormido; me quede despierta un rato, revise mis mensajes y encontré que R me había escrito:

"Espero que no este culiando con ese gordo Hijueputa"

Sentí miedo.

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