lunes, 22 de febrero de 2016

Noche de barra libre

Es apenas martes, me quede en la U sin sentido alguno, se paso la tarde sin darme cuenta; son más de las 8:00pm y la sola idea de ir a casa en transmilenio me aburre.

Voy caminando sola, hace frío, voy en minifalda y siento mis piernas casi congeladas; hay poca gente, no es como un viernes que es casi imposible caminar por ciertos sectores, no tengo una cita, no tengo nada, voy caminando y mi rumbo es incierto.

Me encuentro con un letrero mal hecho y viejo que dice "barra libre para mujeres". No estoy segura de entrar, pero por alguna razón no suena tan mal, además puede que encuentre un rumbo adentro.

Es una casa vieja, el bar queda en el segundo piso, las escaleras son de madera vieja y a cada paso tengo la sensación que se va a romper; la música esta a medio volumen, escucho risas y personas conversando, creo que solo ponen rock en español.

Esta oscuro, tengo esa sensación cuando se llega a cine y la película ya ha iniciado. Voy directo a la barra y tomo asiento, es el único lugar con una iluminación decente; apenas iba a abrir la boca cuando ya tenia una cerveza en la mano, esta helada y rápidamente pense que habría sido mejor un capuccino.

Mis ojos van acostumbrándose a la oscuridad, puedo ver que no hay muchas personas, sin embargo no distingo sus rostros, asumo que la mayoría serán estudiantes de la universidad.

Alguien pone una mano en mi cintura y me habla.

-Hola preciosa, estas como muy sola- es una voz de un hombre presumiblemente mayor, pero al verlo no lo es tanto.

-Hola...- respondí lentamente.

Su aliento de cerveza y cigarrillos inundo mi espacio personal, por un momento paso por mi mente ignorarlo, sin embargo fue insistente.

-Ven me acompañas, yo te cuido de todos estos pervertidos- me respondí a mi misma que seguramente él seria el más pervertido, la forma que me miraba era la de alguien que no veía a una mujer en años.

Dice que su nombre es Hair, creo entender que esta prestando el servicio militar o es soldado profesional. Hair es un hombre grande con cara de niño, su rostro muestra uno quince años de edad, pero dice que tiene 22; su forma de hablar me hace pensar que en otras circunstancias este hombre me estaría pidiendo mi celular con una navaja en su mano.

-Me llama la atención que estés sola y a estas horas en un lugar así...- con cada palabra parecía acercarse más a mi, con la segunda cerveza ya estaba mareada y accesible.

No respondí, y no reaccione de manera particular cuando puso su mano en mi pierna; habla mucho, tal vez demasiado cuando esta tomando; mi atención esta en su lenguaje corporal, su cercanía, su mirada morbosa y mis latidos.

Me dice que nos vayamos, acepte, me dice que vayamos a algún lugar pero no entendí y no pregunte, tomamos un taxi, me recosté en su pecho, no estoy ebria, creo que solo no tengo energías. En poco tiempo llegamos a un parqueadero, debe ser algún motel en chapinero.

Hair habla con alguien y le dan una llave, solo tenemos que ir al segundo piso; tomamos las escaleras, es la habitación del fondo me dice. El pasillo es oscuro, nada especial, el piso es como el de cualquier apartamento en cualquier barrio de Bogotá.

La habitación tiene un espejo en el techo, justo encima de la cama; es bastante grande e iluminado, voy a la cama enseguida y me acuesto boca arriba. En el reflejo vi que él se desnudo rápidamente, y se acerco a quitarme las botas...y toda mi ropa.

-No me gusta usar condón- me dijo al oído, al tiempo que me penetro lentamente. No dije nada, sinceramente no me importo.

Pude darme cuenta de lo húmeda que estaba al sentir como su pene entraba y salia con facilidad generando un sonido que me excitaba más. Me aferre a él, su espalda ancha hizo que me entregara con mayor facilidad, estoy dispuesta a todo.

-Llevaba 11 meses sin nada de nada- me dijo, mientras llenaba mi vagina de varios chorritos de semen.

No alcance a venirme, fue inesperado que se viniera así de rápido, me sentí algo frustrada, quise ponerme de pie pero Hair me detuvo, y empezó a moverse de nuevo. Con intensidad sentí su pene dentro de mi, y como mi cuerpo le pertenecía.

Abrí mis piernas, mordí su oreja, arañe su espalda con intensidad cuando por fin pude venirme, él no se detuvo.

-No se lo quiero sacar mi amor- dijo, puso mis piernas sobre sus hombros y busco una penetración más profunda.

Mis gemidos fueron en aumento, y también mi humedad, clave mi mirada en el reflejo del espejo del techo. Se aferro a mi, casi no podía moverme, él dominaba mi cuerpo y movimientos.

Después de la 1:00am, me levante al baño, Hair estaba ya durmiendo, exhausto, percibí como salia un montón de semen de mi vagina; me mire a mi misma, por un lado me sentí mal... pero por otro muy bien.

Volví a la cama, sabia que quería más, lo busque, me hice a un lado y busque su pene, lo metí a mi boca; se puso duro rápidamente, lo chupe con intensidad, y luego me hice encima... lo guié a mi vagina y me lo metí.

-No quiero dormir- le dije.