viernes, 25 de agosto de 2017

Un recuerdo No-Libidinoso


El otro día hable con mi mamá, lo hicimos por skype, hablamos de varias cosas debido a que era difícil coordinar algunos tiempos; por alguna razón hablamos del viejo apartamento, ese espacio donde crecí y donde tengo mis más remotos recuerdos de la infancia. Por alguna razón vino a mi mente la imagen de la puerta de la cocina, era de madera con una ventana en la parte superior, el cristal era sencillo, no tenia ninguna figura.


Le conté a mi mamá que cierta noche me había dado mucha sed, entonces fui a la cocina en medio de la oscuridad por un vaso de agua, tuve cuidado en hacer el menor ruido posible, pues no quería despertar a mis padres. Los vasos están en la parte alta, por lo tanto debí acercar una silla de plástico para poder tomar uno, no prendo la luz, pensé que había luz suficiente -tal vez de algún poste- para no tropezarme; abrí la llave del agua y llene mi vaso, tome un poco y lo volví a llenar, deje la silla en su sitio y salí de la cocina, al salir, la puerta se cerro de un golpe casi sordo, volví la mirada y solo pensé en que ojala ese ruido no despertara a nadie.

Mi mamá guardo silencio cuanto termine de contar mi historia, luego me contó una ella: "yo estaba con una amiga del trabajo, fui al cuarto a traer algo, cuando volví mi amiga me pregunto por la persona de la sala, y yo solo pude decirle que no había nadie en la sala".

Luego me contó que el anterior dueño de ese apartamento había muerto en un accidente, y que siempre manifiesto un amor profundo por ese apartamento. Creo que sin verbalizarlo, para nosotras quedo en claro que era mejor no hablar del tema.




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