miércoles, 6 de enero de 2016

Todos Fracasos V: TelMex

Hay un momento en que la independencia progresa y hace que haya una sensación de mejor calidad de vida cuando tienes la capacidad de tener Internet en tu propia casa; lo que implica no depender del Internet de otros o de pasar tardes enteras en las salas de informática de la universidad.

Para mi llego ese día, creo que es uno de los mejores días de mi vida; de alguna manera me sentí como pasar de ser una adolescente descontrolada que se piensa autónoma a una mujer con un borrador de proyecto de vida.

Creo que pase media hora tratando de hacer entender que no quería la TV, solamente deseaba el Internet, hasta que me logre hacer entender y llegaría el gran día.

He pasado la mañana pensando en lo practico y divertido que será tener por fin Internet en mi apto, pero también ha pasado un pensamiento alternativo que me ha distraído; recordé esas primeras películas eróticas que pude ver, habían escenas recurrentes, como la del fontanero que llega a hacer su trabajo en una casa y mientras esta haciendo su labor la mujer de la casa lo seduce.

Bueno, aunque me parece una circunstancia un poco tonta, no deja de divertirme la idea de experimentar algo así, claro después de que el técnico haya hecho su trabajo; luego podría jugar y tener una buena tarde de sexo al mejor estilo del cine erótico y de las películas de Cinemax pasada la media noche.

Al sonar el timbre me levanto de mi cama emocionada, vistiendo lo mas casual posible con unos jeans y un saco que deja todo a la imaginación, tomo el citofono autorizando al técnico para que siga.

Toca la puerta con timidez, al abrir, veo que es un hombre pequeño, casi de mi estatura... que para un hombre es bastante pequeño, pero ese no es el problema, usualmente no me agradan los hombres en extremo tímidos y callados; pero claro hay una ventaja se ve que sabe lo que hace y pronto tendré Internet.

Lo veo trabajar agilmente, pero mis pensamientos están en qué acciones debo tomas para seducirlo, y también ¿seré capaz de hacerlo, o me arrepentir y actuare cobardemente?, los latidos retumban en mi pecho, y estoy sudando frío.

-Por favor ¿puede prender el computador?- dijo secamente, y en un tono tan bajo que me costo entender sus palabras.

-Si, claro- respondí mientras prendía mi pc de escritorio.

Mientras él seguía en lo suyo, me quite el saco, sentía tanto calor que me estoy ahogando, no fue predeterminado, pero funciono, creo que se puso nervioso, me lanzo una mirada tímida, como queriendo admirar pero sin ser notado. Pero tampoco fue algo del otro mundo tenia debajo una camiseta blanca, de esas que solo te pones en casa y nunca te atreves a salir con ella.

-Por favor abra el navegador y revise- dijo como un vendedor de aquellos que se suben en los buses, con un tono extraño y sin mirarme.

-Esta bien- frunci el seño por la evidente incomodidad de ambos.

Entre a mi correo de hotmail, emocionada, casi que aplaudo, pero me contuve, descargue un par de imágenes, luego navegue en youtube y casi se me salen las lagrimas por ver un vídeo en mi propio pc.

-graciaasss¡¡- dije emocionada, él se dio vuelta y de su maleta saco algunos papeles que comenzó a llenar.

La alegría me ha desinhibido, mientras me da la espalda, me quito mis zapatillas, me bajo mis jeans y los dejo en en sofá, me quito la camiseta quedándome solo con mi bra, un bonito conjunto de color rosa bastante claro. Dispuesta a lo que deba venir, esperándolo como una forma personal de celebrar y de alguna manera premiarlo por su trabajo.

Cuando él se da vuelta se lleva una sorpresa que lo paraliza, sus ojos tan abiertos que podrían salirse, lo estoy esperando, pero él no reacciona, los estoy esperando y él esta retrocediendo.

-No, no.... no ...no- empieza a tartamudear, a la vez que se va lentamente dirigiendo a la puerta.

No es la reacción que esperaba, como que le genero temor, decido quedarme quieta y ver qué sucede; enseguida el técnico pone su mano en la perilla de la puerta y empieza a girarla, la puerta no se abre... luego pone su otra mano en la perilla y fracasa, la puerta no se abre, frenéticamente intenta girarla para ambos lados pero nada sucede.

Mis mejillas están calientes, no estoy segura de los que siento, tengo una ensalada de emociones, frustración, vergüenza, ganas de burlarme... un caos interno.

-Tiene el seguro- dije acercándome, quite el seguro, y él pudo salir.

Me vestí bastante desconcertada por la incomoda situación, de todas maneras me ha divertido ver que un hombre me tiene miedo, no lo vi venir, bueno lo importante es que tengo acceso ilimitado a la web.

Casi a las 7 de la noche, el citofono vuelve a sonar, no espero a nadie.

-Señorita, aqui abajo esta el técnico que les instalo el Internet, dice que se le quedo el contrato y otros papeles, que si por favor se los puede bajar...- no escuche bien la ultima parte, pero ya me esperaba algo así, por lo que baje a la portería con los papeles.

Esta vez no estaba solo, y ya no tenia el uniforme; gallina, fue lo primero que pensé, su mirada me evito lo más que pudo. Firme los papeles con algo de frustración, luego risa... la fantasía fue fallida, pero de haber sido más lanzada el pobre habría muerto seguramente de un derrame cerebral.