miércoles, 2 de noviembre de 2016

Atada

Fue una de esas noches innolvidables, pude desconectarme de las tensiones propias del trabajo, de las metas y de todo lo que tiene que ver con la cotidianidad; creo que tome más de la cuenta -así lo había planeado- y claro eso usualmente tiene implicaciones para una mujer... sola.

Mi cabeza da vueltas, la siento pesada, como si al más mínimo movimiento requiriera un esfuerzo desbordado, me duele todo el cuerpo y apenas si quiero abrir los ojos..., no puedo moverme con total libertad, mis manos, mis muñecas están inmovilizadas, estoy atada a una cama de un lugar donde nunca he estado antes.

Observo con dificultad a mi alrededor, hay dos hombres sentados al borde de la cama, me observan detenidamente, sus rostros no me son familiares y puedo darme cuenta que se han divertido conmigo toda la noche -la sola idea hace que me moje-, hay semen en mis senos... y en otras partes de mi cuerpo; no parecen estar aun satisfechos, estaría decepcionada si ya lo estuvieran para ser sincera.

Ven que estoy despierta, me sonríen y no dicen nada, solo actúan y eso ya dice suficiente; uno abre mis piernas y me penetra, el otro acerca y mete su pene  a mi boca, se mueven y yo sigo su ritmo, me encanta la situación..., puedo ver la escena desde un espejo que hay en la pared, me fascina verme, vernos.