jueves, 27 de septiembre de 2018

Ducha relajante

Anoche cuando Andres llego, pensé que él realidad lleva el aroma de un capuchino, tal vez las personas en la ciudad son seguidores de esa bebida; venia del trabajo, se veía estresado, agotado, con el sudor del viaje, nos duchamos entonces aproximadamente a las 8:00pm, se lo chupe, se vino relativamente rápido en mi boca. Al salir, él me seco con la toalla y yo a él, fui al sofá, me puse en cuatro, viendo hacia la ventana, Andres sin pensarlo me penetro suavemente, disfrutando el momento. Me dijo que me había pensado esos días, y que en sus pensamientos siempre estaba desnuda, y que pensándolo bien, me había visto mas sin ropa que con ropa, comente que tal vez si llegara a su trabajo no me reconocería; hablamos otro poco mientras follábamos, luego, acelero el ritmo, nos vinimos. 

Fuimos a mi cama, él se acostó, lo cabalgue, apretó mis senos, me vine de nuevo; me dijo que no quería desaprovechar un momento, que quería jugar con mi cuerpo a cada instante, que mi vagina lo hacia feliz.  Creo que Andres cumple lo que dice.

Al despertar sentí su lengua en mi clítoris, iba despacio de arriba a bajo, en círculos, de izquierda a derecha, luego se hace encima de mi, me penetra. Tiene turno temprano, se levanta, se ducha, luego se acerca a la cama, se sienta en el borde mientras se viste, dice que ha dejado de masturbarse con el propósito de guardar todo para mi, esas palabras me hacen mojar, lo miro y me despido, entro a la ducha y él se va a trabajar, me masturbo con esas ultimas palabras resonando en mis oídos, en mi cabeza, en mis pensamientos.


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