martes, 15 de marzo de 2016

Bacantes III: Habitación

He venido cometiendo error tras error en mi vida, aveces podría decir que mi vida termino cuando quede embarazada a los 16 años de edad, fue mi novio del colegio, y apenas supo de mi embarazo desapareció, decidí tenerlo porque no había otra alternativa.

Soy Paola, tengo 18 años, y madre soltera de tres niños. Trabajo como cajera, no gano mucho, me gusta el alcohol, las fiestas, el sexo; en el pueblo saben todo de mi, mi historia y con qué hombres casados me he acostado. Sé muchas cosas secretas del pueblo, sé quien no ha salido del closet, también conozco qué mujeres que dan fé de su moral engañan a sus maridos, y se de cierto tipo de fiestas que las personas de plata hacen en sus fincas.

He estado viniendo aproximadamente un año, consigo sexo y dinero, además de la diversión que me desconecta de mi aburrido trabajo, hago buenas amistades. He visto todo tipo de perversiones, prostitutas que contratan para que hagan bailes eróticos, gangbangs, shows lesbicos y hasta shows de zoofilia con perros y caballos.

Afortunadamente conozco mis limites, y ellos los conocen también, hoy he visto a la profesora veterana, ella es una habitual compañera, creo que es mi única amiga.

Hoy son 6 hombres para mi, en una habitación de la casa, son ya rostros conocidos, son caras que las asocio a mi placer personal.

Pero hoy hay un rostro nuevo en la piscina, tiene tatuajes, creo que es tan joven como yo; no imagino cómo vino a para a un sitio así. No tiene pinta de la prostituta habitual.

Debe ser la novedad, todos quieren con ella; se percata que la observo y cruzamos sonrisas de "sé que la estas pasando bien".