martes, 20 de octubre de 2015

Monolgo I

Me abotone el jean mientras veía que mi jefe se subía el cierre de su pantalón, vi su rostro lleno de placer y satisfacción; se había vuelto costumbre todas las tardes encerrarnos algunos minutos en su oficina, y cada ves él se mostraba más agresivo y de alguna manera posesivo. Mi coñito ardía, puse mi mano encima de mi jean frotándome mi vagina de manera superficial para distraer el dolor. Él se fue.

Minutos después, me encontraba de nuevo con mis jeans en las rodillas, esta ves era Camilo, mi compañero de trabajo en la papelería, que estaba dentro de mi, me penetraba con fuerza, pero mi mente estaba en otro lado, tuve la sensación de llorar pero me contuve. Estaba triste, tenia miedo y me inundaban los peores escenarios que podía imaginar. Camilo termino, se subió su pantalón y salio de la oficina, había gente esperando.

Me subí de nuevo los jeans, y salí, me ocupe trabajando tratando de espantar pensamientos que me estaba haciendo los últimos días miserables; todo empezó cuando me percate que tenia dos semanas de retraso, lo que me genero un miedo como nunca había sentido, y llore desesperada como nunca en mi vida.

18 años de edad, apenas un mes en la universidad ¿y quedas embarazada?, eres una estúpida; ¿qué vas ha hacer?, y lo peor, si resulta ser verdad... ni siquiera sabes quién es el padre, y además ¿quien putas va a responder?, ¿qué mierdas les voy a decir a mis papás?... preferiría no vivir más...

Al llegar a mi casa en la noche llevaba conmigo una prueba de embarazo.

¿Qué hago si sale positiva?, mierda se me acaba la vida, me la jodí.

Repase la lista de posibles padres, y todas eran malas opciones, desde le mejor amigo de mi papá, pasando por personas de mi trabajo, compañeros de la U, los estudiantes en la escuela de arte o los que me había hecho mis tatuajes.

-Mierda...mierda...mierda....mierda..mierda- dije casi gritando, mis mejillas se empararon de lagrimas.