domingo, 4 de octubre de 2015

Diario Libidinoso II

(01-10-2015)

X: ¿sabes cómo puedo contactarme con ella?
Y: si claro, pero ¿para que la necesitas?
X: la quiero conocer
Y: bueno, pues el jueves voy a estar en un bar, con ella.

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Salí un poco tarde del trabajo, y me sentí afortunada de haber citado a Y en un bar cercano, solo tuve que caminar alrededor de cinco cuadras en un frío poco común. Ella es una amiga que aprecio, pero que no compartimos mucho, pero que nos divertimos hablando de temas sin importancia. 

Entre en el bar, el cambio de temperatura fue evidente de modo que me quite mi chaqueta enseguida, y busque entre las luces tenues alguna mujer solitaria, pero no vi a nadie remotamente parecida a Y, decidí ir a la barra y sentarme un rato, apoye mis codos en la barra y empece a ver la tv, en la que habían imágenes de un concierto bastante viejo de Metallica, vi que el bartender me preguntaba algo, pero no le entendí, puse atención y su rostro me pareció familiar.

Le dije que esperaba a alguien, él se mostraba cercano y amable; recordé que habíamos salido meses atrás, un buen amante pero emocionalmente frágil, el tipo de hombre que fácilmente me aburre con el tiempo. Me di la vuelta con la intención clara de ignorarlo.

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Me sorprendió que Y llegara acompañada de un hombre joven, bastante joven casi adolescente, reí cuando le pidieron su identificación para corroborar que era mayor de edad. Nos sentamos en una mesa en una esquina, en donde había una especie de sofá en L contra la pared, con una mesa relativamente grande y una silla al frente, yo me senté en la silla, y ellos se hicieron en el sofá frente a mi. Tenia la idea de una noche de chicas, entonces casi automáticamente ignore a X:

-es un amigo, y lo vi solo, entonces lo invite. Espero no te moleste- dijo Y.

-no tengo problema- conteste.

X pidió una botella de vino para los tres, me sorprendí y le regale una sonrisa como de agradecimiento. Seguimos la conversación con Y, me la estaba pasando de maravilla apenas notando la presencia de su acompañante que tenia su mirada fija en mi, note su interés pero desconocía sus intenciones, y no me atreví a jugar con él pues no tenia claro su relación con Y.

La segunda botella que pedimos iba a la mitad, hacia calor, teníamos una conversación estimulante y divertida, no notamos que la mayoría de gente ya se había ido.

-bueno, fue divertido, pero tengo que irme, hay que madrugar- dijo Y levantándose se su silla, se puso su chaqueta, miro a X en un gesto de cómplices.

-esta bien, si tienes razón, mejor nos vamos- dije.

-No, pero ustedes pueden seguir, no se preocupen- manifestó ella disculpándose y despidiéndose gentilmente.

-Si, podemos seguir, todavía queda media botella- dijo X titubeando. Su compañera abandono el sitio y nos quedamos solos.

-Vale- mis palabras fueron secas.

El muchacho estaba con suerte, el vino despertó mi libido desde el primer sorbo, y había planeado quedarme sola y ver qué sucedía... sin embargo X sin saberlo me había estropeado ese plan, y con él tenia dudas, lo vi a los ojos y percibí fragilidad. Pero, estaba haciendo un esfuerzo, pensé. Decidí darle una oportunidad... decidí darle una noche.

Me puse de pie y fui a la barra a pedir un vaso de agua, tenia sed, el bartender me miro, se acerco y dijo:

-¿me vas a esperar y vamos a mi apto más tarde?- me dio el vaso de agua, y con una mano me tomo del antebrazo, tome el vaso y se un sorbo lo deje vacío.

-no puedo, estoy acompañada- trate de zafarme, no tuve éxito.

-¿con ese niño? ja, ¿no prefieres un hombre que te haga maravillas?- su tono burlón me dio fuerzas para soltarme, él no tenia suerte esta noche.

Volví a la mesa, y esta vez me hice al lado de X, cerca, muy cerca y lo bese con la intención de inhibirlo el resto de la noche.

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Cuando llegamos a mi apto esa noche, lo hice seguir directo a mi cama, el vino había hecho bien sus efectos, me tambaleaba, me costaba caminar bien, y estaba húmeda, dispuesta a una noche de placer.

-ponte cómodo- susurre y lo empuje delicadamente en mi cama.

-esta bien- se quito su camisa y su pantalón; a pesar de verse tan joven, pues tenia apenas 18 años, media más de 1.85, y un cuerpo formado por algún deporte. Me di cuenta que no sabia nada de él salvo su nombre y su edad.

Lentamente me quite mi blusita, mi pantalón y mi ropa interior, X me miraba con deseo detallando cada rincón de mi piel, me monte en él, y me deslice para poner mi coño en su rostro; X se sorprendió, me miro a los ojos y entendió que quería que me lamiera... saco su lengua queriendo alcanzar mi clítoris, lo hizo lento, como examinando cuidadosamente mis sabores.

Me gire y me incline buscando su verga y dejando mi coño a su disposición, un 69 lento e intenso obtuve como resultado, me sorprendió lo profundo que metía su lengua. A continuación mi joven amante se incorporo, me dejo en cuatro, espere que entrara su verga, pero se tomo su tiempo; primero mirando mi coño, metiendo un par de dedos y probando mis líquidos, luego su lengua que parecía querer meter hasta el fondo, y finalmente su verga entro en mi.

Lento, muy lento entraba y salia de mi vagina, sus ojos fijos como sacando en primer plano la imagen.

-¿puedo grabar?- me pregunto tímidamente. 

-si- respondí llena de placer por la fricción y la idea de ser grabada.

Busco en si jean que tenia al lado y saco su celular, lo apunto directamente a la acción, mientras entraba y salia su pene pude escuchar el sonido que daba cuenta de que estaba tomando varias fotos, luego empezó a grabar y me moví pensando en que el vídeo quedara impregnado de mi intenso placer.

Lleve mis dedos a mi clítoris y lo estimule en movimientos circulares, eso llevo a X a meter y sacar con mayor rapidez, siempre intentando llegar al fondo. Mi humedad y calor iban creciendo, y una sensación de desesperación me llenaron, me vine y me desplome, pero X no se detuvo, aumento su intensidad, lo saco, me tomo del cabello girándome y se vino en mi cara, bañándola con cuatro chorritos de su semen espeso.

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Eran cerca de las 2 de la mañana, la noche me había traído cuatro orgasmos, X tan solo había eyaculado dos veces. Mi joven amante me estaba cargando, sosteniéndome de mis piernas y apoyándome en la pared, él sudaba y note que estaba llegando a su limite; yo por otra parte me sentía agotada e inmersa en una actitud completamente pasiva.

-dame el ultimo, quiero el ultimo- apretó los dientes y me miraba a los ojos.

-más, más duro, quiero más- susurre en su oído y enterré mis uñas en su espalda.

-quiero ese orgasmo rico, mamacita-

-¿donde te quieres venir?- pregunte y me di cuenta que estaba a punto de tener un nuevo orgasmo.

-adentro, quiero venirmele adentro- al escucharlo perdí el control, lo rasguñe y todas mis extremidades se movieron como por si solas.

Enseguida X gimió, dio tres empujones con fuerza inyectándome su semen. Nos quedamos durante unos minutos inmóviles, como recuperando el aliento, luego X se giro y me dejo delicadamente en la cama; abrió mis piernas, saco de nuevo su celular y tomo varias fotos, especialmente de mi vagina chorreando semen.

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El sábado me encontré con un amigo, estábamos follando en su casa, estaba especialmente excitado, más que de costumbre: sonreí cuando me mostró y me contó que el vídeo y fotos que me tomo X se había "viralizado" en su universidad.

Voy a tener un Octubre "ocupado", pensé.