lunes, 19 de octubre de 2015

No 26. Mi Primer GangBang. Parte 2

Un GangBang presenta una serie de dificultades para la mujer, en especial en mi caso que mi experiencia era poca en esa practica, me di cuenta que cuando las fantasías están en el acto de hacerse realidad pueden haber reacciones diversas, en mi caso fue paralizarme.

Llevaba un tiempo imaginando y fantaseando con una experiencia de este tipo, la idea de ser el objeto de placer de varios hombres a la vez y estando encerrada en una habitación con ellos para hacer su voluntad me había llevado a las noches solitarias más húmedas que había experimentado hasta ese momento; muchas manos acariciando mi cuerpo, varios dedos buscando mis zonas más intimas, y varios penes buscando darse placer con mis talentos como amante. No supe qué hacer, o por lo menos por donde empezar, ya que cuestionamientos con respecto a que todos obtuvieran un mínimo de satisfacción lo asumí como una responsabilidad de la que no estaba preparada, en realidad tenia un bloqueo mental que no dejaba fluir algo de creatividad o de movimiento.

Vi sus rostros, parecía que esperaban que yo hiciera algo, pero no lo hice, me concentre sol en el pene que tenia en mi boca, los otros los percibí que rozaban mis mejillas, se acercaban a mi boca como esperando su turno para entrar en mi boca; a continuación uno de ellos tomo mi mano y la puso en su verga, otro hizo lo mismo y automáticamente me moví buscando su placer, los otros dos se iban turnando para entrar en mi boca.

Los cinco estaban cada vez más calientes, hasta el momento parecía que se habían reprimido para evitar el caos, supe que debía activarme para cambiar eso; enseguida me puse de pie, ellos me abrieron paso y me senté en el pequeño sofá, me recosté y abrí mis piernas, las coloque hacia arriba como queriendo alcanzar el techo, con mis dedos estimule mi clítoris y me masturbe intensamente para ellos. La intención tuvo excito, y los cinco me observaron con ojos morbosos y depravados.

-esa cuquita quiere pipi- dijo uno.

-ufff yo quiero ese coño- dijo otro mientras se acercaba con su verga en la mano, puso mis piernas en sus hombros y de un empujón me penetro, haciendo lentos movimientos adelante y atrás.

Los otros cuatro se acercaron, sus manos tocaron mis senos, un pene entro en mi boca, lo humedecí con mi lengua, el que estaba en mi interior aumento el ritmo, mis pezones fuero pellizcados y mi gemidos se ahogaban.

-me toca a mi- dijo uno, agarro a su compañero del brazo y lo aparto gentilmente.

Sus embestidas fueron mas violentas, una mujer normal pensaría que era un cerdo, pero yo lo estaba disfrutando, ya no se contenía y estaba feliz de recibir su energía.

-quite, que yo quiero- dijo el tercero, y me penetro lento y fuerte, su pene era el mas grande hasta ahora, lo mire  los ojos e imagine varias mujeres en su vida que le rogaban para que las penetrara con gentileza, hubo dolor, pero se lo permití.

-mi turno- dijo el cuarto, puso también mis piernas en sus hombros, lamió mis pies y mis dedos, me metió su verga gentilmente.

-dejen algo- dijo el quinto, que lo metió con fuerza, quería hacerme gritar, y lo consiguió, sus ojos reflejaban frustración o tal vez odio, no me importo con gusto podría desahogarse conmigo.

-pongamosla a gozar- dijo burlonamente el más grande, aparto al que me estaba penetrando, se sentó a mi lado, con una mano agarro su verga, -venga y se sienta acá-.

Con un rápido movimiento me hice encima de él, su cara quedo a la altura de mis senos, de modo que  las comenzó a chupar y morder, guiado con mi mano su pene entro en mi, y cuando me senté sobre él solté un intenso gemido y un gesto de placer en mi rostro que los demás apreciaron. Otro se acerco colocándose en el espaldar del pequeño sofá, abrí mi boca y su pene entro rápidamente, mientras empece a mover lentamente mis caderas.

Los demás estaban fuera de mi campo visual, percibí unos dedos urgando en mi culo, en el borde, suavemente; mientras los otros dos se hicieron junto al que se la mamaba, tome sus penes con mis manos intentando masturbarlos y seguir mis movimientos a la vez, el que estaba en mi ano metió dos dedos, moviendolos adentro y afuera con moderada rapidez. Mis gemidos confundían dolor y placer.

-ese culo es mio, se lo voy a llenar de semen- susurro a mi oído, pude sentir la punta de su pene en mi ano, lentamente fue entrando, gritos ahogados por la verga que estaba en mi boca generaron que no tuviera compasión y lo metió todo.

Tener dos penes adentro es una sensación extraña, en primer lugar por la incapacidad casi total de movimiento que produce en mi, por lo que casi todo depende de los hombres, que descordinadamente tratan de moverse, lo que me produce más dolor que placer; la mejor opción es que solo uno guié el movimiento y el segundo haga movimientos ligeros o se quede quieto manteniendo la penetración oponiéndose al movimiento del otro.

En esta ocasión optaron por lo ultimo, el que estaba en mi ano hizo los movimientos, con fuerza, no tuve como defenderme o protestar, in embargo estaba en un limite de dolor y placer que aún era disfrutable y soportable, gritaba ahogadamente, mis ojos estaban llenos de lagrimas pero con una gran sonrisa dibujada en mi rostro.

El movimiento fue cada vez mas intenso, con el impulso que daba sede mi ano trataba de mantener ese ritmo para mamar y masturbar a los otros, no aguantaba más, un gran grito mio y el que estaba abajo quedo empapado, mientras yo trataba de seguir respirando después de un intenso orgasmo, los demás continuaron, no me dieron respiro; un liquido caliente inundo mi vagina y el que estaba abajo mordió intensamente mis pezones, mi culo ardía, dolía, y un fluido caliente calmo el ardor de mi ano, mis lagrimas caían, el que estaba en mi boca con sus manos agarro mi cabello me follo la boca, mientras los otros jadeaban de cansancio, no podía respirar, y me la lleno de su semen, que trague al instante. Los tres se apartaron. Un pensamiento de miedo paso por mi mente.

Faltaban ellos dos, los que estaban en mis manos, me puse en cuatro en gesto de que podían continuar, no pronuncie palabra pero rogaba porque no eligieran mi culo; se acerco el primero y lo metió en mi culo, "mierda", pensé. Me tomo de las caderas y con un rápido movimiento me giro, se sentó haciendo que yo quedara encima de él dándole la espalda, todo eso sin dejar de penetrarme, con sus piernas bajo mis muslos hizo que abriera mis piernas, de modo que el segundo se vino encima y e penetro en la vagina; esta vez el que estaba en mi vagina llevo el ritmo, el de mi culo hacia ligeros movimientos, gemidos y gritos débiles mostraron que estaba casi en mi limite.

El que estaba encima acelero el ritmo cuando sintió un nuevo orgasmo en mi, saco su pene y se vino en mis senos, después se retiro, el otro se incorporo me coloco de nuevo en cuatro y me penetro con intensidad, me halo del cabello, me dio nalgadas mientra los demás lo animaban:

-dele más duro-

-acabele ese culo-

-ufff mirenle esa cara de felicidad, mucha perrita-

Gritaba, ya sin fuerzas, él estaba a punto, saco su pene de mi culo y se vino en mis nalgas, me desplome, y oí gritos de celebración, como si vieran un partido de fútbol.

Cerré los ojos, agotada y adolorida, pero feliz, me percate que mis amantes se vestían y se iban de la habitación.

-te llevo a tu casa- alguien susurro a mi oído.