El pasillo se veía extraño, como un acordeón daba la sensación de alargarse y contraerse, el suelo no se mantenía firme. Estaba ebria de alcohol y sexo, pase dos noches fuera de casa y olvide decirle a Francis. Solo le había escrito, estoy bien, regreso mañana.
Todo estaba oscuro en mi apartamento, cerré la puerta y fui
a tientas a mi habitación; no lo vi venir, un ardor en la mejilla y una fuerza
que no entendí me tumbo en la cama. Sus manos me tomaron con fuerza y me ato a
mi cama, uso una corbata para dejarme inmóvil, boca abajo.
Luego un par de correazos, me los dio con rabia, no
obstante, yo estaba demasiado excitada par sentir dolor, había pasado un par de
noches muy interesantes. Francis, me penetro el culo, quería gozar y
lastimarme, tal vez darme una lección.
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