domingo, 20 de septiembre de 2015

Pantys Rojos IV

Es una cama desconocida, en un cuarto desconocido con un hombre desconocido de un motel en la Av Primero de Mayo, esta oscuro y la habitación es iluminada por las luces de carros que van de paso. Paola ve las sombras de sus siluetas cuando el cuarto es iluminado, ve su figura en cuatro mientras un hombre más joven que ella le da envestidas con fuerza y con el deseo de no ser olvidado.

En la mesita de noche esta el celular de Paola, no suena, ella le quito el volumen cuando subían por el ascensor para no ser molestada, entra una llamada y sin ver de cerca la pantalla tiene seguridad que su novio le marca insistentemente. 

Ella centra su atención en su cuerpo, las sensaciones que un amante pasajero le brinda y que se traducen en placeres eróticos negados en su relación de pareja en donde el placer de él era lo único.

La venganza y la libertad son experiencias que Paola abraza con incertidumbre y alegría; el hombre saca su pene, se quita el condón y se derrama en su espalda. Ella se deja tumbar en la cama por la fuerza del habito, dispuesta a dormir, pero su nuevo amante no tiene en mente dejarla descansar.

Él agarra la cintura de Paola, indicándole que se coloque boca arriba, ella lo hace y se ve a si misma en el espejo del techo, puede observar como su joven amante la cubre, se da cuenta que entra una nueva llamada.

-¿es tu novio?- pregunta el joven amante, se pone otro condón y guía su pene para penetrarla de nuevo.

-Si, es mi novio, estará... preocupado- pero en su mente pensó: eso le pasa por desconfiar en mi.