domingo, 16 de agosto de 2015

No 9. Una reunión de amigos. Parte 3

No me era familiar el rostro, pero sus movimientos denotaban experiencia y una libido bastante alta, no tenia aun energías ni de gemir, pero sentía un ahogo típico del placer llevado a un extremo... prácticamente me despertó un orgasmo intenso seguido por una venida larga y abundante del desconocido en mi vagina, que sentí desbordada.

No pronuncie palabra, y me senté con dificultad en el borde de la cama donde estaba, me sentía bastante mareada -tal vez había tomado demasiado-, no reconocía la cama ni el cuarto, sorprendentemente no estaba asustada, solo desconcertada. 


Me tome unos minutos, busque mi ropa por ese cuarto, pero no la encontré, salí del cuarto, tambaleándome abrí la puerta y ahora todo empezaba tener sentido, reconocí que aun estaba en casa de Fabian, pero en otro cuarto, y el desconocido debía ser el hermano mayor de Fabian (lo cual confirme luego), mire en el cuarto de él, y ahí estaban los tres, durmiendo aun, quería acostarme, entonces me dirigí a la sala buscando el sofá, mientras caminaba sentía que de mi vagina salia un liquido caliente que se escurría por mis piernas.

Me acosté, y me quede dormida casi de inmediato... sentí de nuevo que entraba en mi una verga, y un susurro en mi oído que decía -no he terminado putica-.


No tenia fuerzas para moverme, no me moleste en abrir los ojos, pues sabia que era Leonardo (el hermano mayor de Fabian), que estaba obsesionado por llenarme el coñito de su semen. Sus fuertes embestidas sacaron de mi varios gemidos, un nuevo orgasmo que me ahogaba y una nueva venida de Leonardo... volví a quedarme dormida luego que él se levanto.

Volví a despertar al sentir mi cara caliente y empapada, abrí mis ojos, y vi a Sergio con su verga en mi rostro que lo lleno de su semen, no le puse mucha atención, y empece a preguntar al aire -¿donde esta mi ropa?, me tengo que ir-.


Llegue al lavamanos, y me limpie con agua mi cara, estaba muy fría y sentí un alivio. En ese momento de nuevo la sensación de que entraba una verga en mi coño, esta vez, Fabian que estaba detrás de mi que me decía -se perdió tu ropa-. con ironía.


No se me ocurrió otra cosa que preguntar -¿quien es ese con el que me desperté?-


-es mi hermano, llego anoche cuando te estábamos clavando, y dijo que también quería-, mientras seguía enbistiendome desde atrás, como queriendo lastimarme.


Entre gemidos dije -me tengo que ir, no quiero que mis papás se den cuenta de este tremendo guayabo-


Sentí que Fabian me inyectaba una gran dosis de su semen, y me soltó, salí del baño a buscar mi ropa, cuando Wilber me agarro, me alzo de mis piernas y me apoyo contra la pared del pasillo.


-no se vaya todavía perrita- dijo mientras me penetraba.


Comprendí que no me dejarían tan fácilmente, por lo que me rendí, y deje que hicieran lo que quisieran, mientras pensaba eso, Wilber lleno mi vagina de nuevo.


-terminen, que tengo que irme, prometo que esto lo repetimos- les dije mientras entendí que habían escondido mi ropa.


Leonardo tomo entonces la iniciativa, me tomo del brazo y me llevo a la sala, me puso de rodillas y les dijo a todos -todos a la vez, mamelo y la bukkakiamos-


No entendí la palabra, sin embargo empece a mamarcelas a los cuatro, y a masturbarlos.


-abre la boca y saca la lengua- dijo Leonardo, mientras recibí su chorrito de semen en mi boca


-no la cierre todavía que faltan tres- enfatizo-


Vino después, Fabian, con dos chorritos cortos, después Wilber con un chorrito, y por ultimo Sergio con tres chorritos, uno largo y dos cortos... nunca había tenido tanto semen en mi boca, y me encanto, me costo tragarlo, pero valió la pena, pensé.

Me devolvieron mi ropa, y fui a mi casa, agotada, con el recuerdo de una de mis experiencias más satisfactorias de mi vida... y quería más.